Hamás e Israel negocian el intercambio de rehenes por presos y la retirada del ejército
Las delegaciones de ambas partes realizan una primera toma de contacto en Egipto ante la creciente presión de Trump
El segundo aniversario de la operación 'Inundación de Al Aqsa', con la que Hamás cometió una masacre en Israel el 7 de octubre de 2023, ... llega de la mano de la que puede ser la negociación definitiva para poner fin a la guerra. Hamás e Israel negocian desde este lunes la propuesta de Donald Trump en la localidad egipcia de Sharm el Sheikh bajo la extraordinaria presión de un presidente estadounidense que quiere un acuerdo rápido.
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Las delegaciones de ambos bandos se juntaron para una primera toma de contacto después de meses sin diálogo indirecto y tras el intento de asesinato de Israel de la cúpula negociadora islamista en Doha. El intercambio de rehenes por presos palestinos y el repliegue israelí fueron los dos primeros puntos de la agenda y tienen la llave para que se pueda seguir dando el resto de pasos. Eso sí, aunque Trump le pidió detener los bombardeos, Netanyahu no ha acatado esa orden y ya han muerto más de 100 personas en Gaza en las últimas 72 horas.
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Sobre la mesa de negociación figura la lista de 20 puntos con los que Trump busca el Premio Nobel de la Paz, galardón que se dará a conocer el viernes y para el que cuenta con el respaldo de Benjamín Netanyahu y de las familias de los rehenes, que agradecieron al presidente «traer luz a nuestras tinieblas». No en vano, el factor Trump puede hacer que esta vez sea diferente a la tregua de enero, cuando, después de pactar una primera fase de intercambios, Israel decidió romperla al llegar el momento de negociar el final de la guerra y la retirada de sus tropas.
La delegación israelí incluye al jefe adjunto del Shin Bet 'M', el coordinador del gobierno para rehenes y personas desaparecidas Gal Hirsch, el mayor general retirado Nitzan Alon, el asesor político del primer ministro Ophir Falk y representantes del Mossad y el ejército.
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El ministro de Asuntos Estratégicos y hombre de toda confianza de Netanyahu, Ron Dermer, esperará a que el equipo estadounidense, encabezado por Steve Witkoff y Jared Kushner, se involucre en las conversaciones personalmente antes de sumarse a la negociación. La oficina del primer ministro señaló en un comunicado que participan en este proceso «preparados para todos los escenarios, aunque con la esperanza de que sea satisfactorio».
La cifra
900.000 gazatíes
se han desplazado al sur de la Franja para evitar los ataques israelíes, creando un auténtico drama humano.
Islamistas e israelíes comparten edificio, pero no están en la misma sala. Jalil Al Khaya, cuyo hijo falleció en el bombardeo israelí en Catar, encabeza una delegación que, según declaraciones de fuentes de Hamás recogidas por el portal Ynet, se expresaron en la misma línea que la oficina del primer ministro israelí y dijeron que se respira «una atmósfera tensa, pero optimista respecto a la posibilidad de sacar adelante el acuerdo».
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A la hora de marcarse plazos, el periodista israelí Amit Segal habló con Netanyahu y aseguró que «Estados Unidos ha aceptado las condiciones de Israel y sabremos el jueves si hay un acuerdo». Segal compartió en su perfil de X que «cabe destacar que, si se cierra un acuerdo a finales de esta semana, los rehenes regresarán a casa 72 horas después. En otras palabras, si todo sale según lo previsto, los 48 rehenes restantes podrían ser liberados en Simjat Torá, dos años exactos en el calendario judío desde que fueron secuestrados en Gaza». Hamás atacó en pleno día de Simjat Torá, el día en el que se termina de leer en las sinagogas el Pentateuco, y el círculo podría cerrarse en la misma festividad.
Fuertes diferencias
El intercambio de rehenes por presos palestinos precisa de un calendario y una logística que ambas partes deben coordinar. Hamás pide un alto el fuego para recuperar los cuerpos de varios rehenes, actualmente en zonas ocupadas por el ejército, pero Israel dice que no se mueve hasta que no liberen a los cautivos. Los islamistas quieren incluir en la lista de presos a figuras míticas como Marwan Barghouti, carismático líder de Fatah y quizás el único dirigente capaz de unificar a todos los palestinos, pero los israelíes se han negado en todas las negociaciones a aceptarlo. Israel tampoco está dispuesto a liberar a miembros de Al Nukhba, cuerpo de élite del brazo armado de Hamás que encabezó las operaciones del 7 de octubre. Los mediadores tienen un duro trabajo por delante para acercar posturas.
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Israel estima que quedan una veintena de rehenes vivos y Hamás acepta liberarlos a todos a la vez, y entregar los restos de otros 28, pero la prensa árabe recoge que están tratando de vincular esta concesión al cumplimiento del resto de puntos del acuerdo. Al Khaya y su equipo temen que Netanyahu decida retomar los bombardeos en cuanto tenga a los cautivos en casa. Es el arma más poderosa que le queda a Hamás. Otro de los puntos a los que acceden los islamistas, según la respuesta que dieron al viernes a Trump, es la entrega del poder a una comisión de tecnócratas palestinos.
Se respira «una atmósfera tensa, pero optimista respecto a la posibilidad de sacar adelante el acuerdo»
Los cautivos podrían ser entregados en la misma festividad en la que fueron capturados, Simjat Torá
Hamás pide que Tel Aviv deje en libertad a Marwan Barghouti, figura capaz de unir a los palestinos
A la presión diplomática de Trump, a través de Catar y Turquía, Hamás suma la militar que ejerce Israel cada día con su avance en Cuidad de Gaza. Israel Katz, ministro de Defensa, declaró que «la decisión de ocupar Ciudad de Gaza, el derrumbe de edificios de varias plantas y la intensidad de las operaciones militares en la ciudad han provocado la evacuación de aproximadamente 900.000 residentes hacia el sur, lo que ha generado una enorme presión sobre Hamás y los países que lo apoyan». Es un desplazamiento masivo en apenas tres semanas a una supuesta zona humanitaria abarrotada, sin servicios para atenderles y bajo frecuentes ataques israelíes.
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En estas circunstancias, desde la Casa Blanca se presiona para que las negociaciones avancen rápido. Aunque no estipuló ningún plazo, este lunes su responsable de Prensa, Karoline Leavitt, apremió a las partes involucradas. «Es importante que hagamos esto rápidamente para que podamos coger impulso, sacar a los rehenes y luego pasar a la siguiente fase, que es garantizar una paz duradera en Gaza y que Gaza ya no sea un lugar que amenace la seguridad de Israel o de Estados Unidos», afirmó Leavitt. De momento, añadió que los representantes de ambas delegaciones «están revisando la lista de rehenes israelíes y de presos políticos que serán liberados».
Un centenar de muertos en operaciones «defensivas»
En cuanto Hamás aceptó el plan de paz que había propuesto para Gaza, Donald Trump exigió a Israel que detuviese los bombardeos para facilitar la liberación de los rehenes. Sin embargo, desde entonces las fuerzas hebreas se escudan en la naturaleza 'defensiva' de las operaciones que sí pueden llevar a cabo para continuar atacando la Franja. Desde allí, diferentes fuentes confirmaron que los bombardeos continúan, y que este lunes dejaron al menos 21 palestinos muertos. La cifra se acerca al centenar si se suman los fallecidos desde que se alcanzó el principio de acuerdo el pasado viernes.
Por si fuese poco, el acercamiento de posturas tampoco ha facilitado la entrada de la ayuda humanitaria que desesperadamente necesita la población gazatí. Según denunció en declaraciones a la BBC Mahmoud Basal, portavoz de la Defensa Civil de Gaza -dirigida por Hamás-, «no se ha permitido el ingreso de camiones con ayuda a la ciudad de Gaza desde que comenzó la ofensiva hace cuatro semanas», una información que Israel refuta. Además, Basal añadió que «todavía hay cuerpos que no se pueden recuperar de las zonas bajo control israelí», en las que podría haber restos de los rehenes muertos que Israel desea recuperar.
Coincidiendo con la víspera del segundo aniversario de los ataques de Hamás en suelo israelí, que se conmemora hoy, las autoridades palestinas afirmaron este lunes que se ha superado ya el listón de los 67.000 muertos en Gaza. Aunque no se hace distinción entre combatientes de Hamás y población civil, sí añadieron que un tercio son menores de edad. Se estima que en torno a otro 22% son mujeres.
A pesar de la abultada cifra, no se incluyen los miles de muertos que se cree que permanecen aún bajo los escombros de los edificios derribados, ni las 460 defunciones relacionadas con la hambruna que afecta a la Franja. (Por Z. A)
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