La movilización decae en Francia en la tercera huelga general a la que se enfrenta Lecornu
Al menos 195.000 personas se manifiestan en otro paro nacional en contra de los recortes, menos multitudinario y agitado que el del pasado 18 de septiembre
La calle pierde fuelle en Francia y el primer ministro galo, Sébastien Lecornu, puede respirar un poco. Entre 600.000, según los sindicatos, y 195. ... 000 personas, según el Ministerio del Interior, se manifestaron este jueves en el conjunto del territorio galo en contra de los recortes, que el actual Gobierno en funciones defiende para reducir el elevado déficit público. Era la tercera huelga general a la que se enfrentaba el responsable del Ejecutivo en los poco más de 20 días que lleva en el cargo. Tras un mes de septiembre marcado por una movilización creciente, esta vez decayó respecto al día 18, cuando más de un millón de personas salieron a la calle, según los sindicatos.
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«Hay menos gente que la última vez, pero es cierto que no es fácil hacer huelga y renunciar a un día de sueldo una vez cada 15 días», reconocía Philippe Dollfus, de 64 años, investigador universitario en el CNRS y presente en la manifestación en París, en declaraciones a este medio. Entre 140.000 (sindicatos) y 24.000 personas (policía) desfilaron por la 'rive gauche' -zona sur del río Sena- parisina. La marcha transcurrió bajo un ambiente festivo y prácticamente no hubo incidentes. En la capital solo hubo cuatro detenidos.
La huelga no afectó de manera significativa la circulación de los trenes ni de los metros en la zona metropolitana de París. El Snes-FSU, principal sindicato en la educación secundaria, informó de un 27% de profesores en huelga, mientras que a mediados de septiembre fueron el 45%. En cambio, la Torre Eiffel sí que estuvo cerrada a causa del paro nacional.
Como ya sucedió hace dos semanas, esta huelga general fue organizada por una coalición de los principales sindicatos galos, desde la moderada CFDT hasta la más combativa y radical CGT. «¿El primer ministro está dispuesto a que los esfuerzos se repartan de manera justa? Un reparto justo, ese es nuestro lema», aseguró la secretaria general de la CFDT, Marylise Léon, en una entrevista radiofónica para RTL. Esta líder sindical se refería al plan de recortes que prepara el Ejecutivo. El anterior primer ministro, François Bayrou, obligado a dimitir al perder un voto de confianza en la Asamblea Nacional el 8 de septiembre, propuso un tijeretazo de 44.000 millones de euros.
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En el caso de Lecornu, sin embargo, se desconoce su objetivo de disminución del déficit (del 5,4% del PIB al final de este año) para el 2026 y de recorte del gasto público. Su gabinete presentó este jueves por la tarde un primer borrador de los presupuestos a un organismo vinculado al Tribunal de Cuentas. Desde que asumió el cargo el 10 de septiembre, el primer ministro, que aún no ha compuesto su Gobierno, ha llevado a cabo una política comunicativa minimalista. Ha consistido en deslizar cada semana unos pocos anuncios. El último de ellos tuvo lugar este jueves después de que su entorno indicara a la Agencia France-Presse su voluntad de reducir las cotizaciones sociales sobre las horas extra.
Aunque Lecornu confirmó el pasado sábado su negativa a dos de las principales reivindicaciones de las direcciones sindicales y del Partido Socialista -la derogación (o suspensión) de la impopular reforma de las pensiones de 2023 y la aprobación de la «tasa Zucman»-, eso no impidió una menor movilización en la calle. «Creo que la gente está esperando la presentación final de los presupuestos y, si ese texto no respeta la justicia social, entonces habrá más manifestantes», pronosticaba Paul Bonnot, de 30 años, un joven en el paro que llevaba una pancarta en la que pedía la adopción de ese impuesto especial sobre el 2% del patrimonio de los 1.800 franceses más ricos.
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El primer ministro recibirá este viernes a los principales dirigentes del Partido Socialista y de la ultraderechista Agrupación Nacional de Marine Le Pen. Ambas formaciones ejercen un rol de bisagra en un muy fragmentado Parlamento y de ellas depende que Lecornu resista más allá de este otoño en el cargo. Aunque en estos momentos cotiza a la baja la posibilidad de un acuerdo con los socialistas, algunos manifestantes abuchearon a dirigentes de esa formación, acusándoles de «ser colaboracionistas», durante el cortejo en París. El bloqueo continúa en Francia.
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