Nacido en Uganda, treintañero y musulmán, así es el candidato demócrata a la alcaldía de Nueva York
Zohran Mamdani, de 33 años, se impone por sorpresa en las primarias al exgobernador Andrew Como con la promesa de congelar los alquileres e impulsar la gratuidad de los autobuses urbanos
Zohran Mamdani decidió hace unos días patearse Manhattan de punta a punta. Hacía calor, mucho, pero las calles de este distrito de Nueva York siempre ... están a rebosar de gente. Con cada persona que se cruzó, y que quiso, se tomó una fotografía. Jóvenes, mayores, turistas, migrantes... Las redes estaban horas después inundadas de selfis con él. Con ideas tan sencillas y virales como este paseo, su campaña para las primarias del Partido Demócrata para la alcaldía de Nueva York ha resultado todo un éxito. Y también una sorpresa. Mamdani, de 33 años y trayectoria política reducida, se ha impuesto este martes como candidato a Andrew Cuomo, de 67 y gobernador del Estado durante una década, pese a ser casi un desconocido. «Hoy es su noche. Lo merece. Ganó», zanjó su rival antes incluso del final del recuento.
Hope is not naive when you have a vision and a movement behind it. Hope is in fact righteous.
— Zohran Kwame Mamdani (@ZohranKMamdani) June 25, 2025
This is the dawn of a new era in New York City. And we will win it together. pic.twitter.com/Hj2buYNN8Z
La campaña de Mamdani, nacido en Uganda y de ascendencia india, ha dado en el clavo. Su retrato de un Nueva York hostil con sus habitantes, especialmente con una clase trabajadora a la que ve «aplastada», ha calado entre los demócratas más jóvenes. Sus propuestas, directas y fáciles de entender, aunque más complicadas de ejecutar, han conectado con ellos al instante: congelación de los alquileres para inquilinos de larga duración, autobuses urbanos gratuitos, guarderías públicas para menores de 6 años y más impuestos a las grandes fortunas. «Quiero ser el alcalde de todos los neoyorquinos», ha proclamado, consciente de que en las recientes primarias se jugaba algo más que la elección de un nombre. Había una batalla generacional e ideológica.
La diferencia de años entre Mamdani y su contrincante en las filas demócratas por el poder de una de las ciudades más importantes de EE UU es evidente. Cuomo tiene el doble que el joven que le ha vencido en las primarias y de quien una parte del partido desconfía precisamente por su juventud e inexperiencia. Su trabajo como miembro de la Asamblea del Estado de Nueva York por el popular barrio de Queens, donde reside, es por ahora su único cargo público. A ambos les separa también el espacio que han elegido dentro del progresismo. El futuro candidato se define como un «socialista democrático», reniega de las donaciones de grandes millonarios a las campañas y cuenta con aliados en el ala más a la izquierda del partido, como Bernie Sanders o Alexandria Ocasio-Cortez. Suena combativo y huele a aire fresco frente al exgobernador, que pertenece a la vieja guardia de la formación y tenía de su lado al 'establishment' que representan el matrimonio Clinton o Michael Bloomberg, quien ocupó antes la alcaldía neoyorquina.
Activista propalestina
La elección de Mamdani supone un terremoto a nivel interno para los demócratas, muy tocados desde el fracaso de Kamala Harris frente a Donald Trump en las elecciones del pasado otoño. «No había visto esto desde que Barack Obama se postuló a la presidencia de Estados Unidos», sostiene Letitia James, fiscal general de Nueva York, sobre el entusiasmo generado por el africano y su capacidad para arrastrar a jóvenes y grupos minoritarios, dos de los colectivos que se han alejado poco a poco de la formación. Pero su conocido activismo propalestino -en su época universitaria fundó la sección de Estudiantes por la Justicia en Palestina en el Bowdoin College- y gestos como su rechazo a condenar el lema 'Globalizar la intifada' le han valido la etiqueta de «extremista» y «terrorista» entre algunos progresistas y, sobre todo, entre los conservadores. «Es la prueba más alarmante de lo lejos a la izquierda que ha ido el Partido Demócrata y lo fuera de la realidad que está», ha dicho de él Ed Cox, presidente de los republicanos neoyorquinos.
Pero este treintañero, que podría convertirse en el alcalde más joven de Nueva York desde 1917, no esconde sus ideas. Tampoco sus creencias religiosas. Mamdani es musulmán, como otro millón de personas en esta ciudad donde uno de los suyos jamás ha llegado a la alcaldía, y en uno de sus vídeos de campaña se le veía romper el ayuno del Ramadán con un bocado a un burrito gigante en el metro. «Sabemos que presentarse en público como musulmán también implica sacrificar la seguridad», reconoció la pasada primavera. Sus grabaciones se han hecho virales. Desde la publicación donde se zambulle en las gélidas aguas del océano Atlántico en Coney Island para explicar que quiere «congelar» los alquileres al post en el que aparece con la top model Emily Ratajkowski, quien recuerda a sus 29,1 millones de seguidores que «el poder pertenece al pueblo».
«Los neoyorquinos se levantaron por una ciudad que se puedan permitir (...), una ciudad en la que puedan hacer más que sufrir», ha explicado Mamdani en su discurso tras la victoria. Él, que se mudó a Nueva York con 7 años y consiguió la nacionalidad estadounidense en 2018, decidió entrar en política tras conocer los problemas de la comunidad negra con bajos ingresos para costearse una vivienda cuando trabajó como asesor para la prevención de ejecuciones hipotecarias en Queens. En 2020 obtuvo un escaño en la Asamblea estatal, lo que le dio algo más de popularidad. Sin embargo, compañeros de partido no le ven preparado para dar otro salto en su carrera pública y el propio Cuomo ha asegurado que Trump le destrozaría como un cuchillo caliente a la mantequilla.

Erick Adams, actual regidor, ya ha cargado contra este licenciado en Estudios Africanos le rebate el poder de esta ciudad multicultural, con 8,5 millones de habitantes y tradición demócrata. «Lo que Nueva York merece es un alcalde que esté orgulloso de su historial, no uno que huye del suyo ni otro que no tiene ninguno», criticó el político demócrata, aunque se presenta como independiente, cuya posición se ha visto debilitada en los últimos tiempos por los escándalos de corrupción y sus supuestos vínculos con Trump. Con su dardo no sólo apuntaba a Mamdani sino también al derrotado Cuomo, a quien le ha jugado en contra las decenas de denuncias por acoso sexual que le obligaron hace cuatro años a dimitir como gobernador.
No será hasta el próximo noviembre cuando los neoyorquinos acudan a las urnas. Unas elecciones municipales que las formaciones se toman casi como una contienda nacional. David Axelrod, uno de los principales responsables de estrategia de Obama, lanzaba hace unos días un pequeño vaticinio en el diario 'The New York Times' sobre el futuro de Mamdani: «No cabe duda de que Trump y los republicanos intentarán aprovecharse de él como una especie de ejemplo de lo que representa el Partido Demócrata», avisó. El 'problema' para los conservadores es que el candidato «parece íntegro, ágil y hábil».
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