Varios militares delante del palacio Singha Durbar, atacado por los manifestantes, en Katmandú. EFE

Nepal despliega al ejército para tratar de restablecer el orden tras los violentos disturbios

Las autoridades imponen el toque de queda hasta el jueves por la mañana mientras se inicia el diálogo entre el jefe del Estado Mayor y representantes de las protestas

Miércoles, 10 de septiembre 2025, 17:45

Nepal ha amanecido este miércoles en una tensa calma tras la violenta ola de protestas contra la corrupción que desde el lunes se ha cobrado ... 30 vidas y la dimisión del primer ministro, K.P. Sharma Oli. El ejército patrulla las calles de Katmandú, la capital, que se encuentra bajo toque de queda después de que los manifestantes, sobre todo jóvenes, incendiaran y saquearan edificios oficiales, incluido el Parlamento, durante los peores disturbios que ha sufrido el país asiático en dos décadas. Una situación extrema que ha derivado en la apertura de un diálogo sobre el futuro de la nación.

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La prohibición de las redes sociales anunciada la pasada semana -y ya revocada- fue la chispa que desató las protestas en un país donde se acumulan las denuncias de corrupción. La Policía nepalí trató de reprimir las manifestaciones pero el escenario sólo empeoró, con enfrentamientos entre agentes -tres de ellos se cuentan entre los muertos- y civiles que provocaron una treintena de fallecidos y más de un millar de heridos. La capital quedó arrasada tras dos jornadas de disturbios. Empresas, comercios y escuelas estaban el miércoles cerrados, escombros y restos carbonizados se amontonaban en la vía pública y en las calles solamente se veía a militares y bomberos, con la excepción de algunos jóvenes que ayudaban a limpiar los destrozos.

Los manifestantes, que se autoidentifican como 'Generación Z', prendieron el martes fuego al Parlamento, la sede de la Corte Suprema y las viviendas de los ministros, incluida la residencia privada de Oli, de 73 años. El caos generado, y que sólo remitió con la renuncia del primer ministro, permitió además que 13.500 presos escaparan de las cárceles. Los participantes en las protestas quieren que la expresidenta del Tribunal Supremo Sushila Karki asuma las riendas del país de forma interna. «El jefe del ejército inició reuniones con diferentes partes y se reunió con representantes de GenZ», informó el miércoles el portavoz del Estado Mayor, Raja Ram Basnet, como punto de partida para resolver el complejo escenario.

30 muertos

y 1.033 heridos ha causado la ola de protestas, según el balance de este miércoles emitido por el Ministerio de Sanidad nepalí.

Karki ha aceptado la propuesta de dirigir el país de manera interina, aunque también suenan otros nombres para el cargo de primer ministro como el alcalde de Katmandú, Balendra Shah, antiguo ingeniero y rapero de 35 años. Mientras, las autoridades actuales llaman a la calma. El presidente nepalí, Ramchandra Paudel, pidió a «todos, incluidos los manifestantes, cooperar para resolver pacíficamente la difícil situación del país». «Primero intentamos normalizarla. Nos comprometemos a proteger la vida y la propiedad de las personas», aseguró Basnet. Por ahora, y a la espera de que fructifique ese diálogo, el aeropuerto de la capital ha reabierto este miércoles. El toque de queda se mantendrá, inicialmente, hasta el jueves por la mañana.

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