Los creadores de la airfryer alertan de un uso habitual que puede ser muy contraproducente

La airfryer se hizo un hueco hace unos años entre los 'indispensables' para muchos cocinillas. Aunque el aparato también tiene sus detractores, que señalan que no deja de ser un pequeño horno y cumplir prácticamente la misma función, lo cierto es que las marcas se han lanzado a la conquista del producto, con amplias gamas con tamaños que pueden cumplir las expectativas de una sola persona o de una familia entera.

Haciendo un uso reducido del aceite, ya que solo necesita una cucharada, promete resultados similares a los de una freidora convencional, con el valor añadido de que los platos contienen un nivel muchísimo menor de grasa. Sin embargo, hay quienes creen que no consiguen hacer del todo las comidas y dejan los alimentos a media cocción, incluso crudos por dentro y tostados por fuera.

En esto de las freidoras de aire, lo mejor es escuchar a los que saben y atender a las recomendaciones de fabricantes para conseguir el resultado deseado. La marca Philips fue la primera en comercializar el aparato innovador y los expertos de la firma alertan de un mal uso generalizado que puede resultar muy contraproducente.

Se trata de cubrir el fondo de la airfryer con papel de horno o aluminio. Pese a que es un buen remedio para minimizar los residuos y facilitar la limpieza de la freidora, puede bloquear el flujo de aire caliente y la cocción puede ser irregular. También recuerdan que este tipo de material resulta inflamable con algunas partes de la freidora. Para evitar problemas, se recomienda optar por moldes de silicona o perforados, para que el aire no encuentre puntos de resistencia y pueda circular libremente.

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