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«No hay una sola manera de tratar el trauma»

Los tipos de trauma más frecuentes en hombres son accidentes, desastres y agresiones físicas, mientras que en mujeres predominan las agresiones y abusos sexuales, así como la violencia en la pareja

Viernes, 17 de octubre 2025

El trauma es una afectación psicológica y también física, «el cuerpo es el lugar donde el trauma dejó su huella y desde donde podemos empezar a transformarlo. Es como la caja negra que guarda toda la información de lo que nos ha pasado en la vida, y no solo la nuestra, sino también la de las generaciones anteriores en lo que quedó sin resolver», sostiene Mireia Darder, doctora en Psicología y confundadora del Institut Gestalt de Barcelona. «Si no damos expresión a lo anclado en nuestros cuerpos -a lo disociado y congelado- no habrá cambios en nuestra manera de ver el mundo ni de actuar. Si no nos reconectamos con las partes heridas, no hay posibilidad de integración ni de estar completas para poder relacionarnos plenamente con el mundo», añade.

«No hay una sola manera de tratar el trauma. Cada uno puede escoger la manera que mejor le vaya para sanar sus heridas, o incluso necesitar varias técnicas para llegar a la paz interna», explica Darder. «En las distintas prácticas hay elementos en común: todas buscan la integración de lo que quedó estancado o disociado. Para la mayoría, esto requiere la presencia de un terapeuta que acompañe, ya que solo se puede hacer desde la seguridad. En casi todas ellas, el cuerpo tiene un papel fundamental en la sanación del trauma», puntualiza la experta.

El trauma se da en todas las facetas de la vida y, por tanto, afecta a múltiples disciplinas. La sociedad misma es traumatizante, sobre todo por la separación que hace entre mente y cuerpo. El trauma social es muy importante «porque también nos afecta de forma individual», explica Darder. Los tipos de trauma más frecuentes en hombres son accidentes, desastres y agresiones físicas, mientras que en mujeres predominan las agresiones y abusos sexuales, así como la violencia en la pareja. En España, las estadísticas muestran un 2,78% en mujeres frente a un 1,06% en hombres. La expresión del trauma también difiere: «las mujeres presentan con más frecuencia ansiedad, depresión, culpa, vergüenza y rumiación; los hombres, en cambio, muestran más rabia, impulsividad, evasión y consumo de sustancias», describe la experta.

Actualmente, gracias a la epigenética, es decir a la ciencia que estudia la herencia transgeneracional, concluye que muchos comportamientos, sentimientos y traumas se heredan. Pero Darder lanza un consejo: «estaría bien que perdiéramos el miedo al trauma, que pudiéramos mirarlo y dignificarlo. Solo desde ahí lo podemos sanar, , en lugar de repetir una y otra vez -como personas y como sociedades- los mismos errores».

Barcelona ha sido escenario del Congreso de Trauma, con el objetivo de que «además de responsabilizarnos de lo que nos ocurre, podamos mirarnos de otra manera, distinta al juicio y la autoexigencia. Además, que entendamos que nuestros mecanismos de defensa y protecciones tuvieron sentido en algún momento de nuestra vida o de la de nuestros antepasados. Y, por último, que recordemos que somos animales sociales, que necesitamos a los demás para sobrevivir, y que aunque podamos llegar a autorregularnos y ser independientes, eso solo lo aprenderemos a través de la relación con los demás», apostilla Darder.

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