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Judeah Reynolds.
Grandes niños

La niña que vio cómo mataban a George Floyd

Judeah Reynolds, de 9 años, estaba entre los testigos del homicidio que ha desencadenado las protestas por la brutalidad policial contra la población negra de Estados Unidos. Ahora va a publicar un libro sobre su experiencia.

CARLOS BENITO

Jueves, 30 de julio 2020, 23:55

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El pasado 25 de mayo, Judeah Reynolds fue a comprar caramelos y acabó viendo cómo mataban a un hombre. Judeah, de 9 años, había convencido a su prima adolescente Darnella, de 17, para que le diese tres dólares y la acompañase a la tienda. Juntas salieron hacia Cup Foods, un pequeño supermercado del sur de Minneapolis, en la esquina de las calles 38 y Chicago, y allí se encontraron con el horror y, en cierto modo, se cruzaron también con el curso de la historia reciente de su país.

Judeah y Darnella presenciaron en primera fila, espantadas, cómo el policía Derek Chauvin presionaba con la rodilla el cuello de George Floyd, el hombre negro al que habían acusado de pagar con un billete falso de veinte dólares. En realidad, fueron mucho más que testigos del brutal homicidio: Darnella fue quien grabó con su móvil el vídeo que desveló al mundo la agonía de George Floyd y la indiferencia de los policías ante su sufrimiento. Las imágenes, que después colgó en su perfil de Facebook, se convirtieron en un elemento clave para despertar las conciencias y extender el movimiento de protesta que sacude desde entonces Estados Unidos.

Judeah y su prima han relatado cómo, en algunos momentos, la mirada de Derek Chauvin se cruzó con las suyas, sin que apreciaran en ella ningún signo de compasión, ni siquiera una sombra de duda al verse grabado por un teléfono móvil. Los gritos y ruegos del pequeño grupo de personas reunidas alrededor no lograron que aflojase la presión sobre el cuello de George Floyd. La niña volvió a casa llorando: «Mamá, le han puesto la rodilla en el cuello y lo han matado». Desde entonces, la pequeña suele tener pesadillas que le devuelven una y otra vez a aquel momento: «Me despierto a eso de las cuatro de la madrugada, pero cada vez que sueño con eso se lo cuento a mi madre y me da abrazos», ha relatado. Días después, se atrevió a volver a la esquina de Cup Foods, en compañía de su madre, para participar en las concentraciones que inundaron aquel tramo de calle de pancartas y flores. Con rotuladores de color rosa, azul y rojo, Judeah escribió: «Las cosas pueden ser mejores».

En casa de parientes

La situación ha puesto de relieve las dificultades que atraviesa la propia familia de la pequeña, difundidas por un grupo de trabajadores sociales: no cuentan con domicilio propio y residen, a temporadas, en las casas de parientes y amigos o en habitaciones de moteles baratos. «Judeah y su madre viven en una situación de constante adversidad e inseguridad. No quieren llamar la atención y no esperan nada de un mundo que los trata como si fuesen irrelevantes», ha escrito el grupo de voluntarios que ha puesto en marcha una campaña de apoyo para la familia, planteada como una de las múltiples ramificaciones posibles de la reivindicación de Black Lives Matter. «Creemos, sabemos, que Judeah Reynolds importa. Es una niña pequeña en los cruces de caminos y el fuego cruzado de la historia y necesita una casa, necesita estabilidad, necesita que la escuchen, que la alimenten, vivir en un mundo que la valore».

«Fui una chica valiente», ha resumido Judeah, que afronta ahora con ilusión el proyecto de escribir un libro. También en esto se puede encontrar una vertiente de las desigualdades denunciadas por Black Lives Matter: Judeah se quedó fascinada al leer el volumen publicado por Cameron Brundidge, otra niña afroamericana, ya que jamás antes había visto un libro protagonizado por alguien como ella. Según ha publicado el 'Chicago Tribune', un estudio de 2018 comprobó que el 50% de las ilustraciones de libros infantiles muestra a niños blancos, casi el 30% está protagonizado por alienígenas, animales u objetos animados y solo en el 10% aparecen niños negros. El libro de Cameron supuso una revelación para Judeah, que a principios del año que viene va a publicar el suyo propio, titulado 'A Walk To The Store' (un paseo hasta la tienda), acerca de una niña negra que presencia un hecho horrible y sale reforzada de la experiencia. «Tengo un montón de cosas que contar -ha declarado al 'Tribune'-. Después escribiré una segunda parte, una tercera, una cuarta, una quinta, una sexta... ¡Así hasta once!».

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