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Pedro Mendiguren, en la Misa Crismal, aparece sentado en el primer banco, el segundo por la derecha. DIÓCESIS DE VITORIA
Obituario

Pedro Mendiguren, el primer párroco del barrio de Sansomendi

El sacerdote alavés fue también director espiritual en el Seminario, párroco en Desamparados y en varios pueblos de Álava. Hasta su muerte, era capellán en la iglesia de San Antonio

Lunes, 4 de julio 2022

Pedro Mendiguren Balda era una figura muy conocida entre los feligreses de distintas iglesias y parroquias vitorianas. Quien fuera primer párroco en el barrio de Sansomendi falleció en julio en su habitación de la residencia sacerdotal de San Antonio. Tenía 86 años.

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Don Pedro era un sacerdote muy popular no sólo en la zona rural, sino también en la capital alavesa. Nacido en la localidad alavesa de Bernedo en 1936, fue ordenado sacerdote en 1959 una vez terminados sus estudios sacerdotales en el Seminario de Logroño. Durante su dilatada trayectoria, Mendiguren desempeñó «una enorme labor pastoral al servicio de la Diócesis. Hombre de confianza del monseñor Francisco Peralta, fue responsable de la formación espiritual de los seminaristas durante los años 60 y 70 del pasado siglo», recordó el Obispado de Vitoria al comunicar su fallecimiento.

Peralta, responsable de la Iglesia alavesa entre 1955 y 1979, le encomendó esa tarea que compaginó con la atención pastoral en pueblos como Gobeo o Lopidana. También ejerció como capellán militar en los cuarteles del famoso 'Cuarto de hora', donde se ubica el actual campus universitario de la UPV/EHU en Álava. Allí se encargaba de asistir religiosamente a oficiales y tropa. Corría el año 1978 cuando fue nombrado párroco, el primero, de Nuestra Señora de los Dolores en Sansomendi. En ese puesto permaneció veinte años. «Allí impulsó, entre otras muchas, la atención a la comunidad gitana que por aquellos años se fue estableciendo en este barrio vitoriano proveniente de chabolas y poblados ubicados en lo que ahora es Lakua y en otras zonas de la ciudad», evocó la Diócesis.

Tras su experiencia en Sansomendi, a finales de los años noventa, pasó a formar parte del equipo sacerdotal de la iglesia de Nuestra Señora de Los Desamparados. Más tarde, en 2008, se hizo cargo de las parroquias de Bergüeda, Bachicabo, Puentelarrá, Fontecha y Sobrón. Y tres años después cesó como párroco al haber cumplido los 75 años, edad de jubilación sacerdotal. En ese momento, las religiosas clarisas de Vitoria le pidieron que fuera su capellán, una solicitud que aceptó y desempeñó hasta la víspera de su fallecimiento; jornada en la que celebró misa en la céntrica iglesia de San Antonio, en pleno centro de VItoria. «Esta responsabilidad para con estas monjas y para con los muchos fieles de esta iglesia ubicada en la plaza del General Loma la compaginó con un encargo especial del Obispo de Vitoria, monseñor Elizalde, para que acompañase en la dirección espiritual a los 21 seminaristas actuales del Seminario desde septiembre de 2021».

«Enorme bondad y silenciosa cercanía»

Quienes le trataron, entre los que se encuentran muchos fieles y sacerdotes, destacaron de él su «enorme bondad y su silenciosa cercanía, así como su entrega a las personas más necesitadas». Las monjas clarisas, por su parte, lamentaron profundamente su pérdida y destacaron «su trabajo hasta el último día, estando al pie del cañón siempre que se le necesitaba».

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