Las zonas que cambian de color en Bilbao son las más pobres y abstencionistas

La combinación de estos dos factores es frecuente y conocida. Es decir, que en los barrios más pobres hay más abstención. Es algo que ha vuelto a ocurrir porque mientras en el conjunto de la ciudad ha ignorado a las urnas el 38,3% de las personas llamadas a votar, en las zonas más pobres la proporción se ha elevado por encima del 60%. Por contra, en las más ricas llega a bajar del 20%. En las primeras, Bildu gana presencia. En las segundas, íntegramente ubicadas en el distrito de Abando, es el PP quien más crece, pero se mantiene el PNV como fuerza hegemónica, aunque a la baja.

El distrito de Abando, que incluye los barrios de Abando e Indautxu, es con diferencia el que tiene unas rentas más altas de Bilbao. Y también es donde el PNV y el PP obtienen sus mejores resultados. En cuanto a los jeltzales, acaparan el 45,8% de los votos emitidos el domingo, una cifra apoteósica pero que supone un retroceso con respecto a los comicios autonómicos anteriores: en el extraño 2020 rozó el 50%, y en 2016 el 47%. Como se ve, es cierto que cae algo, pero con semejantes cifras la bajada se digiere bastante bien.

La segunda fuerza más votada aquí, en Abando, es el PP, que se llevó el 24,56% de los sufragios. Pero en este caso la tendencia es al alza porque en las elecciones de hace cuatro años cosechó el 18%, así que ha subido mucho.

El distrito central de Bilbao tiene otra característica distintiva: es donde hay menos abstención. De media, ni llega al 30% (es del 29,92%), muy por debajo del promedio de la ciudad, el mencionado 38,3%. Pero es que hay secciones censales, como los alrededores del parque de Doña Casilda (donde están las rentas más altas de la ciudad y también los pisos más caros), donde baja al 23%. Incluso hay una manzana al norte de la plaza de Indautxu donde es del 16%.

Otxarkoaga es el barrio con una renta más baja de Bilbao junto con Iturrigorri-Peñascal. También es donde hay unos niveles de abstención más elevados. Hasta ahora era el gran reducto socialista, pero eso se ha acabado. Es cierto que el PSE se mantiene como fuerza más votada en una pequeña zona, pero la mayoría ha pasado a manos de EH Bildu. En concreto, son dos las secciones censales que tienen color soberanista, y son las dos con un nivel de abstención más elevado: del 65% y del 63%, nada menos.

Los de Pello Otxandiano también consiguen ser la primera fuerza en Mina del Morro (donde más de la mitad del censo no ha ido a votar) y en un par de zonas de la parte alta de Rekalde (con un nivel de abstención que también ronda el 50%). Todos estos enclaves, como queda dicho, se suman al Casco Viejo y alrededores, donde ya hace tiempo que los soberanistas son mayoría.

De hecho, este distrito de Ibaiondo (que también incluye otras zonas de perfil diferente, como Miribilla) es el único en el que el PNV ve peligrar su hegemonía, ya que ha cosechado el 33,61% de los votos, tres puntos menos que hace cuatro años; mientras, EH Bildu ha subido a 32,46%, cinco más que en 2020. Poco más de un punto porcentual les separa, que son unos 300 votos (8.928 los jeltzales frente a 8.623 los soberanistas).

Deusto es el otro distrito en el que el PNV ha logrado más del 40% de los votos (el 40,2%, concretamente), y sigue el esquema que se repite en casi todo el resto de la ciudad: EH Bildu en segunda posición, PSE a cierta distancia, y el PP a continuación, ganando peso. Lo de Sumar y Podemos, la debacle conocida, y Vox sigue siendo residual.