La marca del candidato
Expertos analizan el valor añadido que aportan a sus partidos los cabezas de lista, cuya imagen y capacidad oratoria pueden sumar o restar votos
Lorena Gil
Martes, 27 de septiembre 2016, 01:06
¿Candidato o partido? ¿Qué vende más? Tres cosas entran en juego en una campaña electoral: el programa, el cabeza de lista y las siglas. ... Pero no todas tienen el mismo tirón. En un momento en el que las formaciones no gozan de una salud de hierro, más bien al contrario la corrupción y la nula capacidad de llegar acuerdos han hecho mella en la política, lo que los ciudadanos ponen en valor es el personaje. Para sumar y para restar.
Expertos analizan para EL CORREO cómo ha influido la elección de candidatos en los pasados comicios autonómicos en Euskadi. Rostros más o menos conocidos. Monótonos o coloristas. Hombres o mujeres. Si en algo coinciden los politólogos es en que Iñigo Urkullu, que volverá a ostentar la makila de lehendakari cuatro años más, ha reforzado al PNV, hasta el punto de ser consolidarse como una «marca en sí misma». Los resultados que obtuvieron el domingo en las urnas así lo avalan. La cara opuesta, Elkarrekin Podemos, quienes consideran pincharon en hueso a la hora de elegir a Pili Zabala. Y cuando las siglas nacionales se convierten en una lacra, poco o nada puede hacer el candidato o candidata en cuestión para salvar el barco. Ni siquiera llevar su programa hasta el último rincón de Euskadi.
PNV
El PNV vivió el pasado domingo una noche redonda. Lograron 29 escaños, dos más que en los anteriores comicios autonómicos, y recuperaron nada menos que 110.000 apoyos respecto a las generales del 26-J. Escrutado el cien por cien de los votos, Iñigo Urkullu, comedido siempre en sus reacciones, dio rienda suelta a la emoción. No era para menos. Buena parte del mérito es suyo. Al menos, en ello coinciden los expertos. La formación jeltzale «ha apostado claramente por su candidato. Sólo hay que ver la U, de Urkullu, que ha sido su imagen de marca», valora Itziar García. El PNV se ha permitido el lujo de blindarle: Sólo ha participado en dos debates con sus adversarios en las urnas, ambos en ETB, un gesto que le valió duras críticas. No le pasó factura.
Frente a dirigentes como el guipuzcoano Joseba Egibar, cuyo «perfil es más soberanista, al estilo Ibarretxe», el cabeza de lista del PNV transmite «confianza y capacidad de pacto», remarca. «Sabían que iba a haber un Parlamento muy fragmentado y que iba a ser necesario llegar a acuerdos. Urkullu, pese a tener un discurso monótono, irradia «moderación, transparencia y humildad». «Incluso atrae a los no nacionalistas», sostiene García.
«En unos momentos de inestabilidad política, Urkullu da certidumbre», añade Ignacio Martín Granados. Licenciado en Ciencias Políticas considera que el cabeza de lista jeltzale es «una marca consolidada». «El PNV ha tenido una gestión tranquila en la última legislatura y lo que ha hecho Urkullu es reforzar al partido. Su ventaja en estos comicios ha sido muy grande. Ni las siglas ni el candidato restaban, ambos sumaban», valora.
Bildu
A falta de uno, tres fueron las candidatas de EH Bildu el 25 de diciembre: Miren Larrion (Álava), Jasone Agirre (Bizkaia) y Maddalen Iriarte (Gipuzkoa). La inhabilitación de Arnaldo Otegi llevó a la coalición a cambiar de pie, y lo cierto la jugada «no les fue nada mal». «De hecho advierte Ignacio Martín Granados, es posible que si hubiesen presentado a Otegi, los resultados habrían sido peores». EH Bildu obtuvo 14 escaños, aguantó como líder de la oposición en el Parlamento vasco y solo cedió cuatro representantes ante la irrupción de Elkarrekin Podemos.
Tanto Martín Granados como Itziar García coinciden a la hora de destacar la «imagen renovada» que ha ofrecido la izquierda abertzale en estas autonómicas. «Alejada de la tradición política de Herri Batasuna», señalan. «EH Bildu ha apostado por las siglas, pero con un liderazgo coral muy feminizado y colorista», considera la consultora. «Tanto en su vestuario, como en los carteles». «Aunque la sombra de Otegi siempre ha estado ahí para mantener el mensaje más duro, el papel de las chicas ha sido fundamental», subraya García. Considera que el hecho de que Jasone Agirre y Maddalen Iriarte tuviesen experiencia en los medios de comunicación trabajaban en EiTB, les ha «beneficiado». «Han tenido un tono más optimista. Han ofrecido una postura más a favor que el habitual en contra de todo al que nos tenía acostumbrados la izquierda abertzale». «En definitiva, las tres chicas han trasladado una imagen dulce, frente al radicalismo». «No parecían de EH Bildu», añade Martín Granados. «Podían haber sido candidatas de cualquier otro partido. Del PNV, por ejemplo», concluyen ambos expertos.
Elkarrekin Podemos
«Un quiero y no puedo». Esta frase podría resumir, de alguna manera, lo que ha sido el papel de Pili Zabala como candidata de Elkarrekin Podemos. Al menos, así lo ven los expertos en la materia. No fue la primera opción. La formación morada tanteó a Garbiñe Biurrun, si bien la presidenta de la Sala de lo Social del Tribunal Superior de Justicia del País Vasco, rechazó la oferta. «Cuando pensaron en ella, quisieron apostar por la candidata, pero no les salió bien y optaron por un símbolo de la izquierda abertzale», considera Itziar García. Pili Zabala es hermana de Joxi Zabala, presunto miembro de ETA asesinado por los GAL. «Su tirón, sin embargo, no ha sido suficiente».
Elkarrekin Podemos irrumpe como tercera fuerza en el Parlamento vasco, con 11 escaños. Ahora bien, se dejó por el camino la mitad de los votos que obtuvo en las generales. «Podemos siempre busca un candidato popular. Ya lo hizo en Madrid, con Manuela Carmena, o en Barcelona, con Ada Colau. Aquí, apostaron por Pili Zabala», describe el politólogo Ignacio Martín Granados. «El personaje estaba bien, por su significado. Querían que su nombre aportara más a la marca, pero no fue así», expresa. «A nivel mediático no era conocida explica García, tiene la voz quebradiza, lo que le hace parecer débil, y suena muy monótona». La consultora política no cree que la polvareda que levantó el chalet de Zabala en Zarautz «haya influido». «Es más importante el hecho de que no tenga capacidad de persuasión ni oratoria». «Incluso leyó lo que dijo en la noche electoral», critica. «Cada vez que le preguntaban: ¿Es usted independentista? Ella respondía: Lo que diga el pueblo. Eso no puede ser. ¿Perdona? Tendrás una opinión».
PSE
«Los socialistas vascos han apostado por el programa, con una campaña brillante en ese sentido, buscando la centralidad. El problema, es que el programa no suele tener mucho tirón. Tendrían que haber apostado más por la candidata». Para Itziar García, Idoia Mendia era una «buena» cabeza de cartel. «Una mujer solvente y preparada, que gana mucho en las distancias cortas. Y eso es lo que deberían haber explotado más», estima.
Mendia es la candidata que más kilómetros ha recorrido durante la campaña. Participó en casi todos los mítines, entrevistas y debates... Pero no logró salvar al PSE de la debacle que ya avanzaban las encuestas. Los socialistas sacaron el peor resultado de su historia. Perdieron siete escaños de 16 a 9 y un 40% de los votos. «Idoia Mendia es una política conocida, fue consejera con Patxi López, pero le ha lastrado la marca», considera Martín Granados. Licenciado en Ciencias Políticas, asegura tener «serias dudas sobre la culpa» que pueda tener la candidata. «Lo que vemos en el caso de los socialistas es una espiral de autodestrucción en toda España», justifica.
Hay una cuestión, ahora bien, que consideran ha pasado factura al PSE: «Idoia Mendia está asociada al PNV». Los expertos se refieren, por un lado, al acuerdo económico suscrito con el Gobierno de Urkulu. Y por otro, al pacto de gobernabilidad que los socialistas vascos alcanzaron con el partido jeltzale en diputaciones y ayuntamientos. «Si luego atacas al PNV en tus discursos, te resta credibilidad», advierten. «La gente tiende a votar al partido ganador, no al socio de gobierno», apostilla Martín Granados.
Partido Popular
El PP, según los expertos, «ha tirado de mensaje político». Ni de programa ni tampoco, «demasiado», de candidato. «Y mejor valora Itziar García, porque ya metió la pata con Pili Zabala». La consultora política se refiere al encontronazo que protagonizaron Alfonso Alonso y la cabeza de lista por Elkarrekin Podemos durante el debate de ETB-2. Al tratar el tema de la violencia en Euskadi y la normalización política, Zabala preguntó al candidato popular si no la consideraba víctima. Alonso respondió que «tal y como está redactada la ley, no; del terrorismo, no. Sí de un abuso por parte de funcionarios del Estado». Ambos se quedaron mirándose, en silencio. Fueron cinco tensos segundos que obligaron a intervenir al moderador. Al día siguiente, Alonso rectificó: «Comparto tu dolor, tienes mi afecto, te ayudaré», escribió en las redes sociales.
«Han presentado al PP como valedor del antinacionalismo, el único capaz de garantizar la unidad de España», añade García. Pero, según Ignacio Martín Granados, «la estrategia ha sido gris y de perfil bajo». «Han ido a salvar los muebles», valora. Y lo hicieron. Pese a perder un escaño (de 10 a 9), logró mitigar la sangría de votos en plena situación de desgaste por el bloqueo de Madrid. Considera el politólogo que el PP puso al «mejor candidato que tenía: ¿A quién iban a poner? ¿A Maroto?».
Alfonso Alonso, exministro de Sanidad y exalcalde de Vitoria, es «una persona conocida», lo que les «ayudaba a mantener los apoyos en Álava». En su contra corría, según advirtió, que «se fue del País Vasco y que está muy vinculado a Mariano Rajoy»: «El votante fiel, te sigue votando. Pero es difícil conquistar a nuevo electorado».
Ciudadanos
Nicolás de Miguel «lo tenía difícil». Ciudadanos aspiraba el pasado domingo a rascar el voto de Unión, Progreso y Democracia llegaron a pedir el apoyo a su electorado, pero los números al final no dieron. Calcaron los resultados que la formación magenta obtuvo en 2012, pero fallaron en su intento de hacerse con el escaño de Gorka Maneiro. De Miguel calculó que hubiesen necesitado unas 500 papeletas más.
«Cuidadanos no ha podido tirar de candidato», mantiene Itziar García. Y es que «los sondeos revelaban que el 84% de los encuestados ni siquiera conocían a De Miguel». El partido naranja recurrió a su rostro conocido, Albert Rivera. No obstante, sin demasiado éxito en Euskadi. «Aquí no está bien valorado», advierte García. Máxime después de la imagen que el líder de Ciudadanos ha ofrecido en Madrid. Hasta en seis ocasiones se desplazó Rivera al País Vasco para apoyar a su formación. Ha sido el líder nacional que más ha participado en la campaña vasca. Cuando apenas faltaban seis días para las elecciones protagonizó un acto llamado Los retos de los constitucionalistas en España junto a dos piezas clave de UPYD, el intelectual y fundador del partido magenta junto a Rosa Díez, Fernando Savater, y el exeurodiputado Francisco Sosa Wagner. «También se han paseado por Euskadi los actores Félix Álvarez, Felisuco, y Toni Cantó, pero no ha servido de nada». añadió.
«Las propuestas programáticas tampoco son avaladas en Euskadi», subraya Ignacio Martín Granados. «Su postura contraria al Concierto económico y el Cupo vascos le restan muchos apoyos», advierte el politólogo.
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