La abstención de Bildu para hacer presidenta a Chivite lastra al PSN
Los electores castigan a los socialistas navarros, que pierden un escaño y cosechan 11.000 votos menos que en abril
Era la primera vez que los socialistas navarros se enfrentaban a una cita con las urnas tras las autonómicas del pasado 26 de mayo y la posterior investidura de María Chivite gracias a la abstención parcial de EH Bildu y, a tenor de los resultados de estas generales, parece claro que parte de su electorado no ha asumido bien el apoyo en diferido de la coalición soberanista para hacerla presidenta.
El PSN, acostumbrado a salir casi siempre beneficiado de la concentración del voto de la izquierda en los comicios de ámbito nacional, ha sido esta vez uno de los derrotados de la comunidad foral al perder uno de sus dos escaños con una caída de más de 11.000 papeletas. Sin duda, la gran beneficiada ha sido la izquierda abertzale que, además de mantener la fidelidad de los suyos, ha 'pescado' en caladeros habituales de Podemos y Geroa Bai para lograr el respaldo de 56.000 navarros -9.000 más que el 28-A- y lograr un diputado que le permite tener grupo propio en el Congreso si se le suman los cuatro conseguidos en Euskadi.
El 'votar distinto' de Navarra ha sido en esta ocasión exagerada, pero en sentido contrario al habitual. Las fuerzas de ámbito nacional solían salir reforzadas en las generales y las nacionalistas, debilitadas. Pero esta vez se ha producido un giro en el guion y han sido las formaciones de ámbito estatal las más perjudicadas -sobre todo el PSN, que ha perdido el escaño, pero también los morados e incluso Navarra Suma-. Mientras que EH Bildu, cuya dirección se mostró favorable a facilitar la investidura de Chivite, ha sido ganado en consistencia.
La propia jefa del Ejecutivo foral, quien gobierna en coalición con Geroa Bai y Podemos y el apoyo externo de Ezkerra, reconoció la noche del domingo que tenía una «sensación agridulce» y que el comportamiento del electorado nacionalista ha sido el del «voto útil». La coalición abertzale, que tuvo la llave del desbloqueo de la legislatura en Navarra y que antes del 10-N ya era un grupo determinante en la negociación de normativas de calado -los contactos para aprobar los Presupuestos están a punto de iniciarse- tienen ahora más argumentos para hacerse valer.