¿Y si en vez de vender la nuestra, compramos otra 'startup'?

Cuando en el ecosistema emprendedor se habla de 'exit' se refieren a la salida de una 'startup' de su equipo fundacional o de un grupo de inversores. Es decir, a su venta ya sea a inversores de mayor tamaño o a una compañía, una operación que es la meta de muchos emprendedores desde el día en que constituyen la firma. Sin embargo, 'exit' y éxito, están muy lejos de ser sinónimos y una 'startup' no sólo no tiene por qué venderse, sino que puede ser ella quien compre o se fusione. Resistir a la tentación del pelotazo y quedarse a «construir país», como lo definen Fernando Rodríguez Bergareche, Roger Álvarez, Ignacio Urigüen y Xabier Álvarez, protagonistas de la mesa redonda con que se ha clausurado hace unos minutos la octava edición de B-Venture.

«Yo creo que falta cultura empresarial y ambición por construir. Nosotros hemos optado por comprar, pero, ojo, hay que comprar empresas y no negocietes. Empresas que ganen dinero y no compañías que dicen que van a ganar dinero», ha explicado Urigüen, máximo responsable de Irontec, ingeniería especializada en el desarrollo de 'software' que en los últimos años ha incorporado a su estructura cuatro firmas. «Hay fórmulas para comprar sin sacar el talonario, que no implican la salida del equipo fundador. De hecho, nosotros no compramos así. No damos unas cantidades enormes a nadie para que se vaya a su casa. Eso no es construir empresa. Nuestra visión es que hay muchos emprendedores que necesitan ayuda y tú se la puedes dar convirtiéndoles en tus compañeros de viaje, sobre todo si vienen del mundo técnico y no tienen conocimientos empresariales», ha añadido.

«No nos vamos a engañar. Lo más probable es que las 'startups' que están hoy aquí y triunfen se vendan, pero antes de hacerlo yo no cerraría la puerta a la posibilidad de hacer adquisiciones, incluso ahora, desde muy el principio. Como alternativa al crecimiento orgánico, buscar empresas que sean buenas para el proyecto, para los inversores, para los trabajadores e incluso para el ecosistema. Creo que si una empresa hace una adquisición en las primeras fases de su vida, el equipo directivo ya se plantea las cosas con una mentalidad más abierta y tienen más posibilidades de generar proyectos de consolidación con más potencial que esas 'starups' creadas para venderse», ha explicado Roger Álvarez, socio responsable de la zona norte en Bondo Advisors, consultoría especializada en fusiones y adquisiciones. «Esas empresas pueden incluso a salir a Bolsa. Ahora es relativamente fácil porque, además del BME Growth (antiguo MAB), está el BME Scale, que permite que tus acciones coticen sin haber levantado capital. Esas acciones ya tienen un valor que puedes utilizar para comprar otras empresas y puede dar confianza a la otra parte, aunque seas una 'startup' que vendes pocos millones de euros», ha continuado.

«¿Son incompatibles en una 'startup' crecimiento y éxito? ¿Por qué hay que vender en cuanto te va bien? Todo tiene un principio y un fin y ese puede ser el de tu 'startup', pero no te centres en lograrlo porque puede llegar o no. En cambio, si creces, ya sea orgánica o inorgánicamente, y finalmente vendes, venderás mejor», ha subrayado Xabier Álvarez, socio y máximo responsable de la firma de asesoramiento legal para operaciones corporativas Lawesome.

«También hay que tener en cuenta el peso de la coyuntura económica. Ahora mismo, tras la subida de los tipos, los fondos están empezando a interesarse por comprar empresas que puedan crear sinergias con las que ya tienen participadas», ha matizado Fernando Rodríguez Bergareche, responsable de zona norte de Day One de Caixabank. «Es cierto, ahora mismo es más fácil ir de comprador que de vendedor. Igual se pone de moda comprar empresas porque el ciclo económico juega a favor. Si ya tienes la mentalidad ahí, aprovecharás mucho mejor las oportunidades que puedan surgir», ha coincido con él Roger Álvarez.

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