Urkullu: «¿Cómo está así La Naval, que tiene carga de trabajo?»
El lehendakari se muestra preocupado por el futuro del astillero de Sestao y de otras 35 empresas vascas en dificultades
La situación de La Naval, el astillero de Sestao que ha anunciado hoy la apertura de un proceso concursal, preocupa sobremanera al Gobierno vasco. Tanto como otra treintena larga de empresas de los tres territorios en las que trabajan 6.000 personas y que atraviesan por una situación delicada.
Así lo evidenció ayer el lehendakari, quien tras la primera reunión de su Gobierno después del parón estival, subrayó que el Ejecutivo mantiene una «interlución constante» con «propietarios, inversores y trabajadores» de todas ellas porque «nosotros no hacemos oídos sordos a su situación, de la que somos muy conscientes».
Y en este contexto, y en relación a La Naval, Iñigo Urkullu hizo tres consideraciones antes de que se conociera la quiebra del astillero. Primero, recordó que la compañía, donde trabajan más de 1.800 personas entre la plantilla fija y las subcontratas, arrastra problemas «desde hace 10 años» y, a renglón seguido, y evidenciando malestar, se preguntó «cómo una empresa que tiene carga de pedidos está en esa situación». Por ello, reclamó que se midan los modelos de gestión y las responsabilidades de «los agentes principales» implicados.
El astillero tiene contratados en la actualidad cuatro barcos -un cablero, dos dragas y un ferry de pasajeros-, pero ha perdido en los dos últimos años 80 millones de euros y debe a la banca 150. Los accionistas han sido convocados hoy a una junta extraordinaria para oficializar que la ampliación de capital ha sido una fracaso, ya que no hay aún noticias del empresario asturiano Manuel del Dago, que se comprometió a cubrir el 80% de los 42 millones necesarios. El 7 de octubre la empresa puede entrar en concurso.
«Fortalecer el ecosistema»
El lehendakari no habló solo de La Naval o de Edesa industrial -la antigua Fagor Electrodomésticos-, dos de las firmas emblemáticas con serios problemas. Dijo que su Gobierno está haciendo un seguimiento especial a 36 firmas en dificultades, con 6.000 empleados, y avanzó que en una docena de casos, que suman una nómina de 1.800 operarios, se ha logrado en el curso de las últimas semanas «una resolución positiva», sin ofrecer más detalles. La «apuesta» del Ejecutivo que preside, resumió, es «fortalecer el ecosistema económico vasco para que sea competitivo» y supere las «grandes dificultades» a las que se enfrenta.
La economía centró buena parte de la intervención de Urkullu, quien enfatizó que su Gobierno mantiene la previsión de crecimiento del 3% del PIB este año y el objetivo de «crear empleo paulatinamente hasta situar la tasa de paro por debajo del 10%». A este respecto, destacó que en el segundo trimestre el número de ocupados creció en 13.800, gracias principalmente a la «tracción de la industria», con 6.400 trabajadores, y del sector servicios, con 6.900. Y subrayó, además, que la afiliación de la Seguridad Social alcanzó en julio las 931.000 personas, 18.600 más que hace un año, mientras que la tasa de paro se sitúa en el 11%, tres puntos menos que en 2016. Por todo ello, concluyó que «vamos por el buen camino».
El Consejo de Gobierno abordó ayer la prioridad de desarrollar el Plan de Reactivación Económica, que incluye la aprobación en octubre de un nuevo Plan de Empleo, y de reformar Lanbide y la RGI «en los términos planteados ante el Parlamento vasco».