Euskadi se prepara para su agosto laboral más «atípico»
Álava parará, como hace Mercedes, mientras que Bizkaia y Gipuzkoa combinarán vacaciones con actividad a fin de no perder pedidos
Suma incertidumbre ante el agosto más atípico en prácticamente un siglo. Es el panorama que describen las empresas vascas a una semana de que arranque ... el principal mes vacacional del año. Más que nunca se va a aplicar una flexibilidad extrema; es decir, en principio, descanso, pero si hay pedidos, «habrá que responder».
Cada territorio vive su propia dinámica. Álava, el más golpeado en estos cinco últimos meses, vive mirando a Mercedes, la mayor industria del País Vasco y cuyo radio de acción se extiende mucho más allá de sus 5.000 trabajadores, porque de ella dependen varios miles de empleos de las empresas auxiliares. Y la planta automovilística cerrará todo el mes, igual que en los dos últimos años.
Solo que en esta ocasión todo suena distinto. De un lado, porque la multinacional alemana, que cerrará el 31 de julio y no volverá hasta el lunes 31 de agosto, sí se había planteado abrir un par de semanas, pero finalmente descartó hacerlo por falta de carga de trabajo; y lo más importante, porque la vuelta en septiembre no está despejada y todo el mundo espera medidas de ajuste.
Al menos Michelin, la otra gran empresa de Álava, sí se mantendrá activa. Dos tercios de los empleados sometidos a un ERTE ya han salido de esta situación, pero la coyuntura sigue siendo complicada para el producto estrella de la factoría de Vitoria, la principal de la multinacional francesa en España: la rueda gigante para obras públicas se mantiene hibernada. El resto de las grandes firmas lidian con momentos muy difíciles. Tubacex anunciaba esta semana 150 despidos en Llodio y Amurrio; la otra gran empresa tubera vasca, Tubos Reunidos, atraviesa también una situación preocupante y su plantilla está en ERTE, al igual que los trabajadores de Aernnova.
A modo de resumen, la patronal SEA concluye que, «aunque nos consta que hay empresas y plantillas dispuestas a trabajar en agosto, el problema es que no hay pedidos». Esto es, hay «ganas», pero no el trabajo suficiente como para hacer el esfuerzo de negociar con las plantillas un cambio en las vacaciones.
En Bizkaia no hay un patrón concreto de funcionamiento porque su tejido no es como el alavés, tan dependiente de algunas grandes empresas, y las compañías responderán en agosto «en función de necesidades, pedidos, calendarios y clientes».
La organización empresarial Cebek, que a diario testa el pulso de la industria, la construcción, los servicios y el comercio, percibe que «quien tiene actividad va a trabajar; y quien no la tiene hará vacaciones». Es decir, que la planificación de agosto va a depender mucho de los pedidos, «y quien los tenga aprovechará el tirón» con el fin de «alargar» la actividad fabril, que empezó a recuperarse en junio tras tres meses de confinamiento.
El territorio ve muchas «dudas» ante el otoño; en particular el panorama en septiembre y octubre, en el que se esperan nuevos rebrotes de la pandemia, con su traducción económica. Por ello, «y ante lo que pueda venir, es lógico que quien pueda acopie fondos en agosto». Tanto el comercio y la hostelería como la industria de automoción, muy presente en torno a Durango.
Siempre «conectados»
La Corporación Mondragón es uno de los mejores termómetros de lo que sucede en Gipuzkoa. Su amplio abanico de negocios -desde Eroski a Laboral Kutxa, pasando por un potente grupo industrial- le lleva a concluir que agosto será «atípico» y cada cooperativa «tendrá que ir apuntándose a lo que queda de ejercicio según la evolución de sus negocios».
El conglomerado coincide con las patronales territoriales en que septiembre «será clave» y todo dependerá de la «activación real de la demanda». Algunas de sus emblemáticas empresas industriales han comenzado a retomar el pulso porque sus clientes «quieren tener acopio de materiales» por si definitivamente se aclara el panorama. Por ello, «es posible que algunas de las cooperativas trabajen pensando en septiembre y otras tengan que estar conectadas en previsión de posibles movimientos».
Los sindicatos no tienen la sensación de que agosto vaya a ser un mes hábil a todos los efectos, aunque sí será «atípico». CC OO apunta, no obstante, dos excepciones: como el decreto dictado en su día durante el periodo obligado de confinamiento hablaba de una negociación de la licencia retribuida recuperable, existe la posibilidad de que esos días se trabajen en agosto. Esto es, una especie de 'cambio de cromos' entre las empresas y sus trabajadores. O que, en función del tipo de ERTE aplicado -ha habido más de 200.000 trabajadores vascos en esta situación-, no se hayan generado los días suficientes para disfrutar de un periodo vacacional normal.
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