Tapia cree que desplazar el cuartel general de Gamesa a Madrid «genera desconfianza»

La decisión de ubicar al nuevo consejero delegado en Madrid fue transmitida a toda la plantilla el pasado miércoles por el presidente de la compañía, Miguel Ángel López, en un comunicado interno en el que también daba cuenta del cese del hasta ahora primer ejecutivo y consejero delegado, Andreas Nauen, que será sustituido a partir del 1 de marzo por Jochen Eickholt. Ya se habían desplazado a Madrid con anterioridad al relevo en la cúpula la dirección de Recursos Humanos, así como la de Comunicación, la asesoría jurídica y la dirección financiera, al tiempo que la división de generación marina se ubicó en Dinamarca desde la fusión entre Siemens y Gamesa, en abril de 2017.

«Y no es una buena señal este movimiento -agregó Arantxa Tapia- porque todo el mundo sabe que las cosas no son iguales cuando el consejero delegado está en un sitio o en otro». Lo cierto es que pese a la globalización de los negocios y al avance tecnológico que ha disparado el teletrabajo, es una tendencia asumida que el punto geográfico en el que se sitúa el primer directivo de una compañía genera desarrollo económico en su entorno. En sentido contrario, empobrece el lugar que abandona, como es en este caso el País Vasco y en concreto el Parque Tecnológico de Bizkaia, en la localidad de Zamudio.

La consejera señaló que, pese a todo, «hasta ahora Siemens Gamesa ha cumplido sus compromisos de mantener un considerable volumen de compras a proveedores vascos». Un acuerdo que se alcanzó en el momento de la fusión entre las dos compañías para mantener la actividad que había desplegado Gamesa en Euskadi, lo que propició el apoyo sin fisuras del Gobierno vasco a la operación. En los últimos años, las compras de Siemens Gamesa a los proveedores vascos han supuesto un 30% de sus adquisiciones totales a empresas españolas.

La consejera de Desarrollo Económico admitió haber recibido con malestar este alejamiento del País Vasco de la empresa eólica que, indicó, «se suma a la salida masiva que se ha producido desde la fusión» de los exdirectivos procedentes de Gamesa, el 'ala' vasca de la empresa. La totalidad del equipo directivo de la compañía vasca, al menos las tres primeras líneas del organigrama, ya han abandonado la firma y en su práctica totalidad han sido sustituidos por empleados que procedían de Siemens o por contrataciones externas.

La deslocalización del cuartel general de la compañía no es el único problema en estos momentos sobre la mesa. Tapia se refirió también a la preocupación con la que el Gobierno vasco observa «la situación de la empresa, debido a las dificultades que han surgido en el segmento 'onshore'». La producción de equipos de generación terrestre, cuya dirección se mantiene en Euskadi, está sometida a una durísima competencia internacional -es una tecnología que se ha expandido y a la que han accedido un buen número de nuevos fabricantes- y el aumento de costes de las materias primas ha disparado las pérdidas. Sobre esta división se ha colocado el cartel de 'se vende' y previsiblemente será absorbida en breve por otra compañía.

Los sindicatos ya han mostrado su temor a que Siemens Gamesa aborde a corto plazo un plan de ajuste de plantilla muy severo, que puede afectar de forma importante a su actividad industrial en España y también a las personas que trabajan en la sede corporativa de Zamudio. Por otra parte, el departamento de Promoción de parques, que tiene el grueso de su plantilla en Zamudio, también se ha puesto a la venta y puede ser desgajado de la empresa en muy pocos meses.