La subida de precios ayuda a contener la caída en la facturación del vino de Rioja Alavesa

Sus ventas «se han comportado de manera satisfactoria, parecidas a las de 2022», defiende. Todo gracias a que ha sido «un buen año para los vinos de alto valor». Eso sí, todo desarrollado en un contexto inflacionista que ha retraído el consumo mermando el poder adquisitivo del consumidor.

Galarreta reconoce que analizar la situación de este mercado no resulta sencilla. «Las ventas ya cayeron antes de la pandemia, en 2018 y 2019», recuerda. Se trata de una 'tormenta perfecta' que además del cierre de la hostelería por el covid ha sumado también otros ingredientes como el Brexit, la sequía o la subida de los costes de producción derivados de la guerra de Ucrania.

Entre tanto, Galarreta advierte que actualmente «no se puede seguir pensando en crecer en volumen pero sí en valor». De hecho, el Consejo Regulador de la Denominación de Origen prevé una reducción en la cantidad de vino amparado que se aprovechará para comprobar cómo se comportan los clientes en los diferentes segmentos del mercado. «Las marcas consolidadas sufren menos. Tenemos que seguir invirtiendo en su creación y para eso es muy importante que ayude la marca colectiva», razona.

El responsable de Araex también contempla que pueda estar produciéndose un cambio de hábitos en el consumidor, como demuestra que se hayan reducido las operaciones en torno al vino tinto mientras se registra una clara subida en la comercialización de los vinos blancos de Rioja, que crecieron el 12,5% durante el primer semestre respecto al año pasado, todo frente al 5,35% de caída en el tinto.

No es la única reflexión en este sentido. «Hay que ver si el comportamiento de marca es el adecuado. Es importante saber si Rioja compite en condiciones con los vinos jóvenes o si tenemos que centrarnos en los de crianza o reserva. Eso hubiera dado lugar a otras reflexiones que, a ola pasada, siempre son más fáciles», señala Ruiz de Galarreta.

En la Asociación de Bodegas Rioja Alavesa (ABRA) son algo más pesimistas con la situación. Su presidenta, Itxaso Compañón, remarca que «las ventas de 2022 no son las deseadas, especialmente después de unos años malos», y advierte que los problemas tras estas caídas apuntan a ser más «estructurales que coyunturales». «Ésta ha sido una denominación grande más que una gran denominación, y estamos en un momento en el que el consumidor está buscando calidad antes que volumen», afirma.

La presidenta de ABRA también alerta sobre el temor de los agricultores a no poder vender el cien por cien de su cosecha de este año. «Muchas bodegas han dicho que no van a comprar uva. La problemática se la va a llevar el agricultor», denuncia. De hecho, esta misma semana el colectivo recibió una resolución del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación en la que rechazaba el recurso que acababan de presentar tanto desde ABRA como por parte de la Unión Agroganadera de Álava (UAGA), para reclamar la posibilidad de vender la uva a productores que no formaran parte de la DOC Rioja.

Detrás de esta batalla, en todo caso, se encuentra la iniciativa llevada a cabo por una parte del sector para crear una nueva Denominación de Origen, que se denominaría Viñedos de Álava, y que en la actualidad continúa judicialmente paralizada.