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El consumo de frutas de los españoles ha crecido un 17% en los últimos cinco años. Borja Agudo

Más sanos al comer… y también mirando cada vez más el bolsillo

España gasta un 17% más en consumo de frutas y verduras en un lustro, pero también lo hace un 2% menos en leche y hasta un 9% por debajo en pan y bollería

Viernes, 9 de febrero 2018

El país parece cada vez más rico -tres años seguidos con un Producto Interior Bruto (PIB) creciendo a una tasa superior al 3% así parecen apuntarlo-, pero los españoles no tanto -tres de cada diez ganaron menos de 1.229 euros brutos al mes en 2016 (unos 800 netos) según el INE y otro 40% no pasó de 2.137 euros-. Y eso sin contar que el desempleo, aunque va en descenso, aún sigue siendo un drama para 3,7 millones de personas, con una tasa de paro del 16,5%, el doble que en los años previos a la crisis.

Se puede comprender mejor así la evolución del gasto en alimentos básicos de los españoles. La escuela de negocios EAE acaba de publicar su último informe al respecto, que incluye datos de las principales economías del mundo durante los últimos años de la crisis y los primeros de la recuperación (2012-2016), y a la vista de ellos podría concluirse que somos más sanos al comer aunque también cada vez miramos más al bolsillo. Tanto es así que, según los autores, aunque crece el gasto en elementos tan saludables como frutas y verduras, mientras decrece en pan y bollería, lo cierto es que en consumos reales se aprecian bajadas en prácticamente todos los grupos analizados.

No es menos cierto que el INE también ha registrado un descenso de unas 300.000 personas en ese lustro, pero esto apenas representa un 6% de la población en España, mientras que el consumo cae entre un 2% y un 5% en los grupos principales, llegando al 9% cuando hablamos de la leche líquida. Las razones son múltiples, aunque en el estudio se apunta a los trasvases de consumo hacía otros alimentos, la mayor preocupación social por el desperdicio (con su consecuente reducción) y una mayor compra directa al agricultor, que queda fuera del control estadístico.

Veamos los números concretos. Lo más positivo es el que el gasto en el país en frutas y verduras durante 2016 creció un 2% hasta sumar 16.971 millones de euros. Es el doble de lo que desembolsamos en leche, una cantidad similar a lo facturado en Canadá, más del triple que en Bélgica -también la cuadruplicamos en población- pero poco más que la mitad que en Francia (30.500 millones), que nos supera en casi 20 millones de habitantes. Los líderes de esta clasificación, como se podía esperar por su ingente masa de ciudadanos, son China (256.089 millones) y EE UU (101.779 millones).

Echando la vista atrás, el desembolso de los españoles en frutas y verduras ha aumentado un 17% desde 2011, en general en la línea de las principales economías de la UE, aunque cuatro veces menos que en China (donde se disparó un 61%). Además, el Gran Dragón asiático también ha aumentado con fuerza su consumo en el mismo período (24%), pero no así el resto de países destacados. En EE. UU. solo subió en 3% y en Francia otro 2%, mientras que en España cayó incluso cinco puntos hasta un total de ocho toneladas (la media por habitante era en 2016 de 171 kilos, un 4% menos que en 2011), casi parecido a Japón (-4%) pero bastante más que en Italia (-1%).

En el gasto medio por habitante sí hubo aumento, aunque claramente moderado: solo un 2% hasta quedarse en una media de 235 euros por año. Son 40 menos que en Estados Unidos, 130 por debajo que en Italia e incluso menos de la mitad que en Reino Unido (483 euros), aunque superan por poco a Francia (219) y claramente a China (176, y eso que allí se ha incrementado un 53% desde 2011).

Quejas de los ganaderos

En productos lácteos el panorama se presenta peor. El desembolso medio por habitante en España se sitúa en 178 euros, y lo menos malo es que solo ha descendido un punto en seis años. En Francia son 100 euros más y en Alemania el aumento es la mitad (219 euros), mientras que en los países nórdicos llega a triplicarse. En gasto total aquí se facturaron 2.557 millones de euros en 2016, un 2% menos que hace un lustro, 450 millones más que en Italia (-17%) y 700 millones por encima de Francia.

La industria láctea francesa es muy importante, pero en España se consume bastante más (más de 1.000 millones de litros más) y en parte por eso se explican las quejas de los ganaderos nacionales ante los bajos precios que continúan recibiendo aquí por su materia prima. En origen la lecha de vaca se pagaba a finales del año pasado a casi 0,33 euros de media -no obstante, el gasto medio por habitante al año en este producto es de 55 euros, el doble que una persona en Francia-, niveles que no se veían desde la primavera de 2015 pero que todavía están entre ocho y diez puntos por debajo de las tarifas más comunes en la UE. En total, se consumieron 3.427 millones de litros en 2016 (74 litros por persona), un 9% menos que en 2011.

Cambiando de producto, para algunos que en España haya caído otro 9% el gasto por habitante en pan y bollería podría interpretarse como un consumo más sano, aunque dicha conclusión tendría bastantes matices. En cualquier caso, los 96 euros desembolsados por habitante en 2016 -el país, en total, empleó 4.481 millones- prácticamente duplica lo que cada uno destinó a leche -otro alimento básico-, aunque es la menor cantidad entre las grandes economías (solo supera los modestos 16 euros de China). En volumen hablamos de 37 kilos por español (un 4% menos que en 2011), casi en línea con los británicos aunque la mitad que belgas y holandeses.

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