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El sector de los servicios acumuló dos terceras partes de las horas extraordinarias realizadas en 2017. EFE

Las horas extra, en máximos de la última década

Superan los 147 millones en los últimos doce meses tras haber aumentado casi un 10%, sobre todo en la industria, un avance que no se veía desde principios de la crisis

Viernes, 14 de septiembre 2018

España se despertó a principios de mes con los peores datos de paro en siete años, al aumentar la cifra de desempleados en agosto en 47.047 personas -el mayor incremento para ese mes desde 2011- y dejar el total de personas que no encuentran un puesto de trabajo y están inscritas en los servicios públicos (antiguo INEM) en 3,18 millones. Pues bien, pese a ello, el número de horas extra que se realizan en las empresas españolas no para de crecer, tanto que ya han alcanzado los niveles de los primeros años de la crisis y se aproximan a los 176,24 millones contabilizados en 2008.

En concreto, se contabilizaron 146,95 millones en 2017 (un 9,8% más en tasa interanual) y eso hablando solo de las horas extra remuneradas -según las estimaciones que hacen los sindicatos casi la mitad (en torno al 45%) no se pagan por parte de las empresas, una situación que fue yendo en aumento durante la crisis-, superando así los registros de los ocho ejercicios precedentes, incluidos los 136,82 millones de 2009. Según los datos de la Encuesta de Costes Laborales del INE analizados por la consultora laboral Randstad, el punto de inflexión en la caída de ese tiempo de trabajo superior al establecido se produjo a finales de 2013, cuando se situaron en poco más de 100 millones de horas anuales.

Desde entonces la recuperación de esta práctica tan extendida como vieja ha sido incesante, y ya en 2014 se contabilizaban 112,27 millones. Los autores de este informe que el volumen de tiempo extraordinario de trabajo está directamente relacionado con el número de ocupados que hay en ese momento en el mercado y por la carga laboral que manejan dichos profesionales. Por eso el promedio de horas extra remuneradas por persona, aún siguiendo una curva parecida en el período citado, no ha crecido con la misma fuerza. Así, tras tocar suelo también en 2013 con seis horas, a finales del año pasado el número había subido hasta las 7,8, aunque todavía por debajo de las 9,3 que se registraban de media en 2008, esto es, el inicio de la crisis.

Por sectores, los empleados de la rama industrial son los que registran más horas extraordinarias pagadas, con una media de 14,1 anuales, prácticamente el doble de las que se realizan en la construcción (7,2) y también en los servicios (6,9). Estos últimos, sin embargo, son los que acumulan un mayor número de trabajo por encima de la jornada habitual, con 98 millones de horas en 2017, dos tercios (66,9%) del total trabajadas el año pasado, debido también a su elevado número de ocupados. Más lejos quedaron la industria (37 millones) y construcción (8,1 millones).

Efectos contraproducentes

Los expertos de Randstad argumentan que la utilización de este trabajo añadido es «efectivo para solventar picos de actividad, pero solo de manera puntual». Por el contrario, advierten de que un incremento prolongado de la jornada laboral de los empleados «repercute de manera negativa en la productividad y el rendimiento de los equipos de trabajo, además de incrementar exponencialmente el riesgo de bajas laborales». Como alternativa, la consultora apunta los contratos a jornada parcial o de duración determinada, que «permiten solventar las necesidades eventuales».

Y es que el acopio de horas extra pagadas en el mercado laboral español está suponiendo un elevado coste para las empresas y, por extensión, impidiendo un gran número de nuevos contratos, aunque sea parciales. En este sentido desde Randstad calculan que con los más de 3.100 millones de euros que tuvieron que abonar por ellas en 2017 (un 9,4% más que el ejercicio anterior) habrían servido para contratar a 101.850 personas durante un año y abonándoles el salario medio. De ellos, además, casi el 85% lo habrían hecho a jornada completa y el resto a tiempo parcial.

De nuevo, 2013 fue el año de inflexión en la factura que abonan las empresas por ese trabajo añadido, abonando 2.232 millones de euros aquel ejercicio, lejos de las 3.691 millones que se pagaron en 2008. En total, en los últimos diez años el coste acumulado para las empresas en este asunto roza los 28.000 millones. Para ese cálculo, la consultora ha tenido en cuenta que una hora extra se suele remunerar entre los 17 y los 28 euros según la región donde el trabajador desarrolle su actividad.

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