El freno de Trump a Iberdrola apenas impacta en su cotización
Los analistas minimizan el impacto del bloqueo a dos parques eólicos en Massachussets
Cuando la semana pasada la Administración Trump ordenó a la multinacional danesa Orsted suspender la construcción del parque eólico marino Revolution Wind, en la costa ... de Nueva Inglaterra, la acciones de la compañía desplomaron un 19,5% en la bolsa de Copenhague. Con la obra ejecutada en un 80% –y 45 de las 65 turbinas– ya instaladas, la negativa de Washington a permitir que siguiera adelante supuso un golpe inesperado y de gran calado para el sector.
La cruzada de la Casa Blanca –firme defensora del fracking, el petróleo y el carbón– contra las renovables apuntó ayer a Iberdrola. La Administración republicana sopesa retirar los permisos de ejecución de los proyectos New England Wind 1 y 2, que su filial Avangrid desarrolla en Massachusetts, con el argumento de que la generación en alta mar es «fea», «costosa» y dañina para el ecosistema marino. Sin embargo, a diferencia del desplome sufrido por Orsted, el mercado apenas ha reaccionado a esta amenaza y los títulos de la compañía vasca solo han cedido un ligero 0,38% a media sesión, manteniéndose aún muy próximos a sus máximos históricos.
La diferencia es que, a diferencia del parque de la danesa, el proyecto de Iberdrola –en el que planeaba invertir 6.800 millones de euros– apenas se encontraba en una fase incipiente. A ello se suma que, aunque Estados Unidos figura como la gran palanca de crecimiento dentro del nuevo plan estratégico del grupo, su mayor apuesta pasa por destinar otros 18.500 millones de euros hasta finales de la década a modernizar, expandir y digitalizar las infraestructuras de redes. Un negocio estratégico que seguirá intacto pese al varapalo eólico.
Los expertos del sector consideran que la amenaza de Trump sobre los proyectos tendrá un efecto limitado. Firmas como JP Morgan sostienen que el coste «será cercano a cero», ya que los contratos de venta de energía se habían cancelado al dejar de ser rentables. Otros bancos, como Morgan Stanley o RBC, insisten en que se trata de iniciativas en fase muy inicial, sin inversión comprometida, por lo que el impacto en las cuentas de Iberdrola será mínimo.
En Caixabank subrayan que Iberdrola conserva los arrendamientos del lecho marino, lo que le permite reactivar los proyectos si cambia el contexto político en Washington. En su opinión, más que una pérdida, la situación actual equivale a mantener una opción de futuro que podría retomarse bajo otra administración. La reacción casi nula de la acción en bolsa tras conocerse la noticia refuerza la idea de que el mercado descuenta un riesgo financiero muy limitado.
En paralelo, analistas como Sabadell o Alantra recuerdan que el verdadero motor de la eléctrica en Estados Unidos no son estos parques marinos, sino el negocio de redes, donde concentra la mayor parte de sus inversiones y obtiene ingresos estables. De ahí que concluyan que la ofensiva de Trump genera ruido regulatorio y afecta al ánimo del sector renovable, pero no altera de forma significativa la hoja de ruta de crecimiento de Iberdrola.
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