La recaudación de impuestos en Euskadi mejora las previsiones y alivia algo el déficit público

En el segundo trimestre del año, cuando aún nos encontrábamos en pleno confinamiento severo, algunas previsiones apuntaban a que se podía perder hasta el 20% de la recaudación de impuestos. En octubre las cosas se veían con otra perspectiva, con menos pesimismo, y el Consejo Vasco de Finanzas apostó por un descenso del 13,6%. En ese contexto hay que entender que si bien los datos definitivos no han generado una alegría desbordante en las diputaciones, al menos reflejan que la situación no ha sido tan complicada como se esperaba.

Recaudar un 9,83% menos que el año anterior ha supuesto contar con 1.520 millones de euros menos para el gasto público. Esa es la botella medio vacía. La botella medio llena hay que buscarla en el hecho de que la recaudación real se ha situado 538 millones de euros por encima de lo que esperaban Gobierno y diputaciones en sus últimos cálculos.

Para el Ejecutivo vasco es una buena noticia porque ello supone poder reducir el déficit final en unos 376 millones de euros. El Gobierno de Vitoria, que esperaba transitar por el año 2020 sin déficit y sin aumentar su endeudamiento vivo, tuvo que recurrir a importantes emisiones tras la declaración de la pandemia. A 31 de diciembre había realizado emisiones netas por importe de 1.417 millones de euros, cifra que permite concluir que en la recta final del año el gabinete ya conocía que los ingresos iban a estar por encima de las últimas previsiones. Tenía autorización para aumentar su endeudamiento en 1.726 millones de euros y había anunciado que consumiría 1.544. Lo cierto es que ni siquiera llegó a esa cantidad y se quedó 127 millones por debajo.

Las diputaciones han coincidido en señalar que el descenso en la recaudación ha estado condicionado por dos elementos diferentes. De un lado, se ha registrado un lógico recorte de impuestos por el brusco descenso de la actividad económica, que en algunos sectores ha reducido los ingresos de forma dramática. Es el caso de la hostelería y todo lo relacionado con el turismo y el ocio. Pero, además, las haciendas forales aprobaron importantes medidas para facilitar el aplazamiento en los pagos, con el objetivo de reforzar la tesorería de pymes y autónomos. Incluso, han dado facilidades a las empresas para compensar las pérdidas que hayan podido tener en 2020 en el Impuesto de Sociedades.

Aunque por el momento no existen datos agregados por impuestos, algunos avances sí permiten ver con claridad que el principal problema ha estado en los impuestos indirectos, que son los que están vinculados al consumo. Es el caso del IVA o del impuesto de hidrocarburos, con caídas en el entorno del 15%. Los impuestos directos han tenido un comportamiento errático. este martes

Por territorios, el mayor descenso en la recaudación se ha registrado en Bizkaia, donde los ingresos de la Hacienda foral han retrocedido un 10,92%. Álava ha experimentado un descenso ligeramente más moderado, del 10,53%, mientras que el mejor comportamiento ha estado en el fisco guipuzcoano. Los ingresos han retrocedido el 7,75%.