Euskadi sortea el veto europeo al diésel ruso con compras en EE UU y Brasil
El pasado año todavía se compraron 427.000 toneladas al país liderado por Putin y el hueco ruso se llena con Angola, Libia o Países Bajos
Las compras de diésel a Rusia realizadas desde Euskadi descendieron ya un 50% el pasado año y un 16% en los dos primeros meses de ... este 2023. La imagen evidencia la desconexión vasca de Rusia que se inició en 2022 en el comercio exterior que se canaliza en el Puerto de Bilbao. El movimiento, registrado en los datos del Instituto Vasco de Estadística (Eustat), se adelanta al veto al gasóleo de Vladímir Putin acordado en las instituciones europeas desde el pasado 5 de febrero.
Así se desprende, al menos, de los datos oficiales que se recogen en la aduana. Y es que el Gobierno de España ha iniciado una investigación después de detectar diversas maniobras para introducir fraudulentamente este combustible ruso con otra bandera. Las vías con las que Rusia podría burlar esta prohibición van desde el trasvase de la carga entre buques en alta mar hasta la descarga de gasoil ruso en puertos de otra nacionalidad para mezclarlo con producción local enmascarando así su origen.
De momento lo que sí se ha detectado es un aumento de compras de diésel en otros países, algunos africanos, como Angola, Libia o Guinea Ecuatorial, así como en Países Bajos y Reino Unido. La importación de petróleo en Euskadi, especialmente desde Brasil, Estados Unidos y Angola, también se ha visto alterada hasta duplicarse en el último trimestre del pasado año con el objetivo de aumentar la producción local de diésel.
La compra de petróleo se ha disparado en Euskadi para elaborar más diésel con el que sustituir al ruso
En definitiva, que los datos están ofreciendo un cambio en el paisaje del comercio internacional del diésel. Así, en 2021, la fotografía centraba en Rusia el 26% de las compras de gasoil en Euskadi con un total de 865.000 toneladas por las que se pagaron 368 millones de euros. Tras la invasión de Putin a Ucrania el saldo de las importaciones de este combustible registró un serio frenazo -una caída del 50% en 2022- con la entrada declarada de 438.000 toneladas menos en las que sí se notó la subida de precio, ya que se abonaron por ellas un total de 423 millones, un 15% más. Esta reducción minimizó el peso del diésel ruso en el total del volumen importado, convirtiendo ese 27% en un 7%.
El gasóleo es, después del gas natural, la fuente de energía en la que más se acusa la dependencia europea de Rusia, país al que compraba más de 40 millones toneladas anuales. Eso explica que, tras el veto al petróleo incluido en los primeros paquetes de sanciones, para el diésel haya habido que esperar casi hasta que transcurriera un año del inicio de la invasión de Ucrania. Por lo tanto, el volumen que deja de llegar de Rusia -son 427.000 toneladas las que se importaron el pasado año desde el País Vasco- ha de buscarse por otras vías que, según explican desde la Asociación Española de Operadores de Productos Petrolíferos (AOP), pasan por aumentar el comercio con otros países productores y por la rentabilización al máximo de la capacidad de refino que tiene España.
Buscando este tipo de movimientos en la balanza comercial vasca que detalla el Eustat, ya se perciben cambios. Para hacer acopio de diésel, llegaron de Angola 68.000 toneladas, mientras que en 2021 no hubo ninguna compra en este país. También en África, Guinea Ecuatorial registró un crecimiento en el envío de gasoil del 25% con cerca de 30.000 toneladas.
El veto a Rusia refuerza el papel de países inestables y de otros influenciados por el Kremlin
En cuanto a los dos primeros meses de este 2023, que es del periodo hasta el que existen datos contabilizados, destacan las compras realizadas a Estados con refinerías como Países Bajos y Reino Unido. En el caso del primero, solamente en 60 días se han comprado 52.500 toneladas de combustible, un dato que multiplica por 50 las cifras del año pasado. En el caso de Reino Unido, que cuenta con uno de los gigantes del sector, British Petroleum (BP), el incremento de los envíos de enero y febrero ha sido del 58,2% con 66 toneladas.
Precisamente la puesta en funcionamiento a pleno rendimiento de la industria de refino europea es otra de las consecuencias del veto a la compra de diésel ruso. Este sector busca su máxima producción para contrarrestar la falta del combustible ruso y eso ha disparado las compras de la materia prima energética por excelencia: el petróleo, que centra gran parte del aumento de las compras.
La actividad de Petronor en Euskadi es uno de los mejores exponentes para evidenciar estos cambios. La filial de Repsol prescindió totalmente del petróleo de Putin hundiendo sus importaciones en Euskadi un 80%. El volumen fue de 299.000 toneladas, muy por debajo de los 1,6 millones toneladas de 2021.
USA gana la guerra del crudo
El incremento, excitado por la actividad refinera, de las importaciones de petróleo a través de Bilbao llegó a triplicar las compras en el último trimestre. Brasil batió todos los récords con el envío de 1,5 millones de toneladas, diez veces más que en 2021. Estados Unidos, como hiciera con el gas, también ha ocupado una parte importante del hueco dejado por Rusia. Así, la nación gobernada por Joe Biden se convirtió en el primer importador de crudo con 897.000 toneladas, seis veces más que en 2021. Otros países con un importante crecimiento de sus ventas fueron Irak, un 720% más con 820.000 toneladas y los africanos de Libia, un 75% de subida con 810.000 toneladas, y Nigeria, que con 253.000 toneladas enviadas incrementó sus ventas un 432%. Desde Europa, los británicos duplicaron sus importaciones con 688.000 toneladas.
Repsol y Aramco dan luz verde a su planta de combustibles sintéticos en el Puerto de Bilbao
Repsol y Saudi Aramco han dado luz verde a su primera planta de combustibles sintéticos, que supondrá una inversión conjunta de 103 millones de euros y se instalará en el Puerto de Bilbao. Está previsto que esta planta de 'e-fuels', cuya primera piedra ya se colocó hace ahora justo un año, esté concluida a finales de 2025 y sea «una de las mayores instalaciones del mundo», con una capacidad inicial de más de 2.100 toneladas anuales o unos 18.000 barriles. Según informó ayer Petronor en un comunicado, la inversión incluye la construcción de la instalación -cuyos productos podrán utilizarse en cualquier vehículo con motor de combustión, como automóviles, aviones, camiones o barcos-, así como un electrolizador de 10 MW, en el que también participarán Enagás y el Gobierno vasco a través del Ente Vasco de Energía.
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión