Michelin traslada a Urkullu la importancia de un «diálogo social constructivo» en las fábricas de Euskadi
Los directivos del grupo francés han subrayado los mismos argumentos que esgrimieron cuando se habló de «pérdida de confianza» en Vitoria
Después de unos meses convulsos, la cúpula de Michelin y el Gobierno vasco por fin han charlado en persona. Sin intermediarios, sin dimes y diretes, ... el lehendakari Urkullu y la consejera Tapia han conocido este martes las inquietudes de la dirección del grupo francés, tal y como adelantó EL CORREO. Michelin ha confiado este encuentro a la directora general de España, Mari Paz Robina, y los directores de las fábricas de Vitoria y Lasarte: David Udakiola y Vicente Rodríguez.
Según fuentes de la empresa, la reunión ha sido «cordial». La cita fue solicitada por Michelin el 12 de noviembre, ya que el plan inicial de la empresa era trasladar a Urkullu la paralización de inversiones y las 150 salidas previstas en Vitoria antes de que se hicieran públicas. Durante el encuentro Michelin ha recalcado ante el Ejecutivo la importancia de contar con un «diálogo social constructivo».
Los representantes del grupo francés han hecho un particular hincapié en lo que en Michelin se conoce como el 'eje personas', una de las claves que han marcado el 2023. Fueron los debes en este punto los que hicieron a César Moñux augurar un recorte de plantilla en Vitoria y una de las causas que adujo la empresa de neumáticos para argumentar su «pérdida de confianza» en la factoría alavesa a principios de octubre.
De hecho, el argumentario que ha transmitido Michelin a Urkullu y Tapia ha sido prácticamente el mismo que se expuso cuando se habló de esa desafección. Sus representantes han vuelto a insistir en la «importancia de un modelo de relaciones humanas y sociales que pasa por el compromiso de las personas y el diálogo social constructivo para afrontar los retos futuros».
«Engrasar» relaciones
El encuentro entre la compañía y el Ejecutivo ha servido para limar las asperezas que habían surgido en las últimas semanas. El pasado diciembre, en una entrevista en este periódico, Arantxa Tapia llegó a afirmar de Michelin que «son muy especiales», que parecía que era una empresa instalada en Euskadi pero «dirigida desde la distancia» o que sus últimos directivos «no han entendido bien dónde se encontraban».
Las declaraciones de la consejera provocaron cierto malestar en el empresariado alavés. De hecho, el diputado general, Ramiro González, se desmarcó de las apreciaciones de su compañera de partido. Dos semanas después la titular de Desarrollo Económico tuvo que matizar sus palabras en el Parlamento vasco y se limitó a señalar la necesidad de «engrasar» la relación con Michelin.
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