Carlos Torres tiende puentes para recuperar el protagonismo de BBVA en el País Vasco
La decisión de ubicar en Bilbao dos empresas tecnológicas supone un cambio de tendencia tras casi dos décadas de alejamiento
Han sido pequeños detalles, diseminados y espaciados en el tiempo, que revelan el interés del presidente de BBVA, Carlos Torres, por recuperar al menos una ... parte, por pequeña que sea, del protagonismo que la entidad financiera tuvo en el desarrollo de la economía vasca en un pasado no tan lejano. El movimiento anunciado la semana que ahora termina, la ubicación en Bilbao de dos empresas dedicadas a desarrollar tecnología de vanguardia en aplicaciones informáticas, ciberseguridad y análisis de datos, tiene su trascendencia. Serán dos filiales del banco, una de las cuales se ubicará en la Torre Bizkaia. Todo un simbolismo de connotaciones variadas, porque esa fue la sede del banco precisamente hasta que comenzó... el desmontaje. Y es trascendente no solo porque permitirá crear en dos años doscientos puestos de trabajo de alta cualificación profesional, en un campo en el que hay gran demanda de especialistas, sino porque rompe la tendencia del alejamiento iniciada por BBVA en abril de 2002, desde el mismo día en que Francisco González asumió en solitario la presidencia de la entidad financiera.
Torres, un salmantino nacido en 1966, formado en el prestigioso MIT de Massachusetts -la meca en donde la tecnología y los negocios son un todo indivisible-, lleva tiempo manifestando en privado su deseo de apostar por el País Vasco. Una vuelta a los orígenes. Hay razones de todo tipo para ello, incluidas las emocionales. El ahora presidente de BBVA se casó en la Iglesia de San Nicolás de Algorta, porque su novia, su esposa desde entonces, pertenece a una conocida familia de Getxo.
«Es hacer algo para que parezca que hace, pero para no hacer nada en realidad», sostiene un alto exdirectivo del banco al evaluar los gestos del actual presidente y de la entidad en su relación con el País Vasco. Pero, en cualquier caso, algo es más que nada.
También ha hecho gestos para normalizar las relaciones con lo que se conoce como 'las familias'
accionistas
Del mecenazgo al negocio
Hasta ahora, esos gestos se habían limitado a algunas decisiones en materia de mecenazgo cultural y, sobre todo, a la entrega de los premios Frontera del Conocimiento. Una convocatoria que ha permitido traer a Bilbao en los dos últimos años a mentes privilegiadas de todo el mundo, algunos de los cuales han sido galardonados posteriormente con algún premio Nobel. Importante, pero fugaz y en un ámbito alejado de la actividad empresarial. Por relucientes que sean esos actos, todo el mundo es consciente de que BBVA dejó en Euskadi un gran hueco en la generación de riqueza, en la promoción de empresas y en la creación y conservación de puestos de trabajo. Esto es, en lo sustancial.
Esas dos empresas que va a crear ahora BBVA en Bilbao son apenas dos semillas plantadas en un campo inmenso. Pero tienen la virtud de ofrecer servicios centrales al conjunto de la organización de la entidad y crearán doscientos empleos de alta cualificación. Algo que no sucede todos los días. Es, en la práctica, un punto de inflexión en una estrategia del banco que había descafeinado al máximo su presencia en el País Vasco.
La vuelta a la Torre Bizkaia, la antigua sede del banco, está cargada de simbolismo
ubicación
Recuperar lazos
De ser la cuna, el origen, el epicentro de la actividad y del control, se había pasado a una actividad financiera convencional, homologable a la de cualquier otro banco sin lazos con Euskadi. BBVA en Bilbao es hoy poco más que una cabecera regional de un banco que tiene su sede real -la social es otra cosa- en Madrid.
Desde que Francisco González asumió en solitario a la presidencia, el vaciamiento de la Torre de Bizkaia -esa que el banco ayudará ahora a llenar, en un gesto que también hay que interpretar como un apoyo a la Diputación de Bizkaia- se ejecutó con rapidez. Hasta entonces, ese edificio albergaba una parte de algunos servicios centrales que forman el corazón de un banco: la asesoría jurídica, la dirección financiera, la auditoría interna, la asesoría fiscal e incluso piezas fundamentales del área de sistemas estaban situados en la capital vizcaína. Cientos de empleados y generación de riqueza de alta intensidad. Y a esos aparatos centrales había que añadir el impulso empresarial del banco en iniciativas como la Corporación IBV o en empresas como Garavilla o Bodegas y Bebidas.
«En aquel proceso de desmontaje -opina un exdirectivo- hay que considerar que hubo razones políticas, de ruptura radical con lo que había sido el pasado del banco, pero también de comodidad. A cualquier presidente le resulta más cómodo que los equipos de primera línea estén físicamente a apenas unos metros de su despacho». En ese proceso también hay que anotar que las reuniones del consejo de administración se desplazaron a Madrid, al igual que las de la comisión delegada permanente.
Esa estrategia de tender puentes de Carlos Torres se ha sustanciado en otros ámbitos, aunque algo más privados y menos conocidos de cara al exterior. Ya en el inicio de su mandato comenzó a convocar almuerzos con los principales accionistas de la entidad, en lo que se interpretó como un intento de acercamiento, al menos de normalización de relaciones, con ese colectivo que se conoce como 'las familias'. Ese grupo de accionistas, en realidad grupos familiares, que fueron desalojados del consejo de administración por Francisco González, en una maniobra contundente que eliminó de la cúpula de la entidad cualquier atisbo de crítica a su gestión. Incluso la familia de Emilio Ybarra, el presidente del banco hasta 2002, pudo apreciar también gestos claros de cercanía en julio de 2019, tras el fallecimiento del banquero. Algo comenzaba a cambiar.
LAS INICIATIVAS
BBVA IT
Se ubicará en una antigua oficina del banco en el centro de Bilbao y arrancará con una plantilla de 50 personas, con la previsión de que sean 100 en 2023. Estará destinada a generar aplicaciones informáticas para el grupo.
BBVA Next
Es el proyecto que el banco va a ubicar en la Torre Bizkaia. También tendrá 100 profesionales en dos años, la mayor parte de ellos, informáticos, ingenieros y matemáticos. Estará especializada en el análisis de datos y ciberseguridad.
Fronteras del Conocimiento
Los premios de la Fundación BBVA, en colaboración con el Consejo Superior de Investigaciones Científicas, y el acto de entrega de los mismos se han convertido ya en la antesala de los Nobel.
Acuerdo con las universidades
La entidad ha iniciado conversaciones con la UPV, Deusto y Mondragon Unibertsitatea para desarrollar cursos de postgrado. También facilitará que sus profesionales impartan formación universitaria.
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