«Si le hubiera cazado no habría conectado tanto con la gente»
Jon Fernández siente que él y la afición «salimos reforzados» tras la trabajada victoria ante Houya en La Casilla
Tinín Rodríguez, su preparador, le pone una bolsa de hielo sobre el ojo derecho mientras en el vestuario de Miribilla Jon Fernández y su séquito ... dan cuenta de unas pizzas. Acaba de ganar por decisión unánime a Abderrazak Houya, un boxeador notable, ortodoxo, trabajador, honesto. «La afición era lo que quería y yo también. Necesitaba sentirme boxeador, hacer los diez asaltos. Aunque esté mal decirlo, necesitaba llevarme una buena hostia». Se llevó unas cuantas. Porque, como reconoce a modo de resumen, «ha habido muchas peleas en una. Momentos en que se agarraba mucho y hemos tenido que trabajar más la corta distancia, una pelea un poco más sucia».
Una de sus virtudes más destacadas fue la paciencia. Lección aprendida de su única derrota en Estados Unidos. «Ya aprendimos con Foster que desesperarse no es nada bueno». Por eso estuvo atento a las variantes del tunecino. « Normalmente siempre viene por el centro del ring y esta vez se ha salido más por fuera. Ha sido necesario mantener la calma y eso es muy bueno. Y lo de llevarte golpes, esto es boxeo. Igual no ha sido demérito mío y sí mérito de él».
Se señala un corte bajo el ojo izquierdo. «Este sí ha sido de golpe». Luego, apunta al tremendo globo que surge bajo su ceja derecha. «Este es por un cabezazo en el primer asalto. No me ha condicionado porque han trabajado bien en la esquina». No se obcecó en una mano ganadora. «En el primer asalto le he cogido y pensábamos que podía caer. Ha habido más crochets que parecía que ya estaba y venía a por mí. Sabíamos que no iba a caer y hemos seguido pegando para frenarle. Salimos reforzados el público y yo. Les ha gustado, se nota. Si le hubiera cazado en el primero y habría caído estaría muy contento, pero quizá no habría conectado tanto con la gente».
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