La bahía recupera la alegría
Color. Tras dos años sin público por el covid, la regata vuelve a mostrar todo su esplendor con miles de entusiastas aficionados
juan pablo martín
Lunes, 5 de septiembre 2022, 01:46
La estampa que había vivido las inmediaciones de la bahía de La Concha los dos últimos años cambió ayer de forma radical. La alegría regresó ... a tierra, y la mayor cita del remo recuperó todos los ingredientes que le arrebató la pandemia. Miles de aficionados se volcaron con las traineras para vivir una primera jornada como las de antes. Se recuperaron las estampas habituales como la del colorido de las camisetas de los diferentes clubes y las banderas, pero sobre todo fueron los ánimos y los aplausos los que devolvieron el calor a los remeros durante la prueba y en el recibimiento en la rampa del puerto viejo.
El amarillo de Orio fue el color más multitudinario. Recuperó su presencia en el paseo nuevo. Y fue allí donde hicieron el pasillo a sus remeros poco antes de embarcar con botes de humo del mismo color, mientras el técnico, Jon Salsamendi, pedía sus chicos que fueran con la cabeza alta y miraran al frente.
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Compartieron protagonismo con el marrón de Getaria. Tras 49 años regresaban a la cita más importante del remo y sus seguidores también dejaron patente las ganas que tenían de vivir esta fiesta con su música y alborozo. Entre los vizcaínos, los ondarrutarras fueron los que mayor número de aficionados aportaron. Dos autobuses. «Con clasificarse para la regata ya hicieron suficiente, ahora toca disfrutar. Es como si ya hubiéramos ganado», destacó Jone, una de sus seguidoras.
Esperanza
Mientras el animador de la regata la calificaba como «un espectáculo deportivo y estético de primera magnitud, y una referencia para todos los amantes de este deporte», Nicolás y Gurutze, pertrechados con sendas camisetas de Kaiku, fueron «positivos» con respecto a las posibilidades de los suyos. «Saldrán a tope. Hemos conseguido estar aquí y esperamos que lo hagan bien». No pudo ser. Según han constatado en el resto de regatas de la liga a las que han asistido este año, tras la pandemia los aficionados «no se mueven tanto y hará falta un tiempo para que vuelvan como antes».
La rampa del puerto viejo volvió a llenarse al final de la regata para animar a los remeros
Mientras las chicas de Orio y Arraun Lagunak se jugaban la primera plaza de la regata en el agua, los remeros de Zierbena escuchaban las últimas consignas de su técnico lejos del barullo junto a la rampa del puerto viejo. Atentos no perdían detalle. «Es una incógnita lo que puede ocurrir. En principio tendríamos que ser quintos pero si adelantaran un puesto y entraran en la tanda de honor sería un gran éxito», destacó Luis.
El agua puso a cada uno en su sitio. La alegría contenida de los aficionados de Urdaibai por su victoria parcial contrastaba con las caras largas de otros que no había visto cubiertas sus esperanzas. Muchos se encaminaron entonces a la rampa del puerto. Volvía la estampa más tradicional. Unos querían premiar a los suyos por el esfuerzo de lo cosechado, otros simplemente animar sin tener en cuenta el resultado. Dos años después estaban otra vez allí y también era algo a celebrar.
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