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Existe una imagen algo pixelada en la que se observa al primer equipo del Getxo de rugby contra el Barakaldo en la temporada 1975-76. La sacó Andrés Escondrillas, jugador entonces del juvenil. «Nacemos de una herencia del Gernika. Había algunos jugadores de la cuadrilla Kantarepe que militaban en este equipo y se les ocurrió montar uno aquí, en Algorta. En el partido de esa fotografía contra el Barakaldo está mi hermano Janek, que jugó con el número 13 cuando tenía que hacerlo con el 14. Nadie quería el 13. E hizo los dos primeros ensayos del club. Teníamos unas 48 licencias para los dos equipos», recuerda Escondrillas en la presentación de los actos del 50º aniversario de todo un referente en esta localidad vizcaína. Porque el Getxo, claro, es el de rugby. Desde hace cinco décadas.
En esa histórica foto se le ve en la parte superior, con pantalón blanco, a Agustín Martínez 'Tintxu', que luego sería presidente durante casi 24 años. «Aquí están Fernando Monje, Edu Arrieta y Txomin Gezuraga 'Pitxon', que jugaban en la 'Uni'. Gezuraga estuvo en el Gernika con Jon Lázaro 'El Brujo' y Ramón Isasi 'Pepilo'. El entrenador –le señala– era Pepe Marina, que nos inculcó el espíritu del rugby. Era un ingeniero naval que había jugado en Madrid en el Cisneros y que entonces lo hacía en el Bilbao en Segunda. La mayoría del equipo procedíamos del remo y empezamos a entrenar casi sin idea de lo que era este deporte. Se creó afición. En las fechas del Cinco Naciones, Pepe Marina nos explicó cómo eran las normas del juego y tomábamos también un montón de cervezas. En ese primer partido contra el Barakaldo me jodí la rodilla derecha. Tengo el honor de ser el primer lesionado del Getxo con esa triada. Entonces, te abrían la rodilla entera», apunta 'Tintxu', orgulloso de haber sido el presidente del Getxo en los cuatro títulos de Copa del Getxo (1990, 1991, 1992 y 1997, y finalista en 1993, 1995 y 2005), y campeón de Liga en la 1992-93.
Los años 90 fueron de infinita gloria para la entidad getxotarra. De ese único e inolvidable campeonato de Liga se acuerda muy bien Jon Azkargorta, uno de los mejores zagueros del rugby en España y ahora miembro de la comisión de este cincuentenario junto a Jokin Bitorika, Joselu Jiménez, Mikel Rico o Joseba Aranguren 'Morotxo', entre otros. «El Getxo es algo muy grande de sentimiento. Aquí se hace equipo formando a personas. Es un eslogan que me gusta mucho. No se trata sólo de competir, aunque he tenido la suerte de vivir la mejor etapa con finales de Copa y la Liga que le ganamos al Liceo», rememora Azkargorta, que descubrió los actos de una celebración para la que se ha editado un calendario –en el que está ese retrato de los pioneros–, se han hecho camisetas y preparado una exposición itinerante de fotografías, además de programar homenajes, amistosos de veteranos y partidos inclusivos, todo culminado con una gran fiesta y comida.
Azkargorta es uno de los nombres ilustres entre centenares de jugadores, como fueron Javichín Díaz Paternain, Jonadab, Laskurain, Urko Manzano, Zuazo, Isidoro, 'Karra', Ortzi, Fidel Castro, Aurrekoetxea, Etxarri, César y David Hernández, Pérez de Ciriza, Dani Rodríguez, Urrutia, Jon Etxebarria o Álvaro González. Estos dos últimos reflejan ese sentimiento del que hablaba Azkargorta. «Aquí es donde me he hecho persona. Soy multideporte, porque yo venía del remo. Compaginé jugar al rugby con mi vida profesional de ingeniero», apunta Etxebarria, otro exinternacional. «Es mi segunda familia. Durante años he pasado más horas entrenando, viajando y jugando con el equipo que con mis hijas. Recuerdo la presentación del 25º aniversario en la discoteca Gwendolyne. Desde entonces hemos sufrido los vaivenes del rugby, pero ahora el Getxo atraviesa por uno de los mejores momentos de su historia con jugadores de todas las edades. Lo que se ha trabajado en estos últimos años ha sido fantástico», expresa Álvaro González sobre una entidad que tiene su primer equipo femenino actualmente en la élite y el masculino en División de Honor B.
'Morotxo' refrenda esta última opinión. «El Getxo es mi familia desde hace mucho. Es una forma de vivir. He sido jugador, entrenador y directivo en varias juntas. Se ha perdido algo de gas, pero el club es cuando mejor está con sus 400 licencias». Muy atrás quedan las 48 iniciales. Otro de los muchísimos educados en los valores del rugby y del Getxo ha sido Jokin Bitorika, quien nunca olvida «el primer campeonato de España de cadetes en el que yo estaba de entrenador con Ortzi. Son 50 años de respeto, vivencias y valores. Tengo ahora casi 60 años y me sigo sintiendo jugador del Getxo». Las sensaciones y emociones son idénticas en quienes forman parte de este club. «Es, junto a mi familia y amigos, otra pata de mi vida. Sigo teniendo ficha y he pasado por todas las etapas que se puede, desde jugador a entrenador, director deportivo, directivo, presidente y ahora árbitro», rubrica Andoni Saitua.
De aquella camiseta amarilla con la uve han pasado ya miles de días de barro, batallas y cerveza para consolidar a un club eterno. «Llevo toda mi vida aquí. Desde los 8 años, cuando empecé a jugar entrenado por Javichín, es una parte de mi familia», concluye Asier Basterretxea, entrenador tres años del primer equipo masculino y dos del femenino.
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