Jon Rahm, en una salida durante la segunda jornada en Bay Hill. afp

Rahm sufre en Orlando en un día lleno de obstáculos

Supervivencia ·
El vizcaíno batalla contra el fuerte viento y la exigente preparación del campo para no alejarse demasiado de la cabeza y seguir vivo en el torneo

Bilbao

Viernes, 3 de marzo 2023 | Actualizado 04/03/2023 01:33h.

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JonJon Rahm se vio obligado ayer a sacar el manual de supervivencia en la segunda jornada del Arnold Palmer Invitational de Orlando para llegar con ... opciones de victoria a las rondas decisivas del fin de semana. Fue un día muy duro para el vizcaíno por la exigente preparación del campo -casi propia de un 'Major' y con las banderas escondidas- y por la aparición de un viento fuerte y racheado que condicionó sobremanera su hoja de ruta en la segunda parte del recorrido. Incómodo y en ocasiones frustrado por no encontrar las calles con asiduidad y por los cambios de dirección de eolo, el de Barrika envió incluso dos bolas al agua y a pesar de todo supo aguantar la presión y no flaquear en los momentos de zozobra.

Tantas adversidades le obligaron en cualquier caso a hacer penitencia. Había salido como líder destacado con dos golpes de diferencia sobre Chris Kirk, Cameron Young y Kurt Kiyatama y la ventaja disminuyó con el transcurrir de los hoyos hasta firmar una tarjeta de 76 impactos, cuatro sobre el par, que le ha situado con un menos tres en el cómputo global de esta prestigiosa cita del PGA Tour. Al cierre de la segunda ronda se había colocado al frente de la tabla un inspirado Kitayama con menos nueve.

Fue un mal día en la oficina en el que Rahm necesitó sacar a relucir la fortaleza mental que le ha encaramado de nuevo al número uno del ranking planetario con tres victorias en un 2023 para enmarcar. Se trataba de reducir riesgos y salir airoso del corto plazo con la mirada puesta en un nuevo triunfo en el circuito norteamericano, sin duda el objetivo del vizcaíno en Bay Hill. Y, por extensión, poner a buen recaudo un reinado mundial recientemente recuperado después de perderlo hace once meses a manos de Scottie Scheffler.

Las tarjetas

Bien defendidas por bunkers estratégicamente colocados y por un rough cortado a la contra para castigar los golpes desviados, el jueves las banderas no se movían ni un milímetro. Ayer, sin embargo, el aire arreció con fuerza y se convirtió en un obstáculo más de un recorrido ya de por sí envenenado. El viento llegó a desplazar algunas bolas en los greenes, prueba evidente de que su fuerza fue determinante en los discretos resultados de la jornada de la mayoría de los participantes.

Rahm salió desde el tee del 10 junto a Xander Schauffele y Collin Morikawa. Fue capaz de mantenerse en el alambre hasta el hoyo 4 en un extraordinario ejercicio de equilibrismo. Pero el bogey del 5 supuso un punto de inflexión que emborronó su 'pasaporte' con otros bogeys en el 8 y en el 9 y un doble bogey en el par cinco del 6. Un birdie en el 7 mitigó en parte el efecto negativo de una ronda que volvió a demostrar que en el golf se puede ganar y perder todo en cuestión de horas.

Por fortuna el de Barrika aún dispone de dos jornadas para voltear este escenario y luchar por la cuarta victoria del curso tras las logradas en Hawái, en el American Express y en el Genesis Invitational de Los Ángeles. Toca sobreponerse y remontar para escalar posiciones y que los rivales sientan su sombra cercana. No sería la primera vez que lo hace.