Entrevista a Jon Rahm
El vizcaíno confía en que la resolución de la multa del circuito europeo llegue tras la Ryder: «Sería crear un problema que no necesitamos»
Un sol de justicia da la bienvenida al LIV Andalucía, que por tercer año consecutivo se celebra, desde el viernes hasta el domingo, en el ... emblemático campo de Valderrama, escenario enclavado en el gaditano Campo de Gibraltar y que acogió la Ryder de 1997. Aquel año se plantó la semilla de la carrera que ha labrado Jon Rahm (Barrika, 1994). El vizcaíno, doble campeón del Grand Slam con sus triunfos en el US Open 2021 y el Masters 2023, busca coronarse por primera vez en el lugar donde su padre se enamoró del golf antes de transmitir su pasión a su hijo. En esta entrevista con EL CORREO pasa revista a muchos temas de actualidad. Su presión por ganar –«eso no cambia»–, aspectos a mejorar en el LIV, como el calendario, y su papel en la próxima Ryder de Nueva York, para la que todavía no tiene billete pero es «muy optimista».
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Además, el de Barrika no esquiva las preguntas sobre la multa que le ha impuesto el circuito europeo por irse al LIV, una decisión que está en manos de la Justicia y que espera que se resuelva después de la Ryder: «Eso sería crear un problema que no necesitamos». Por supuesto, como gran aficionado del Athletic –en su bolsa siempre lleva un león de peluche vestido de rojiblanco y su tarjeta la preside el escudo del club– se moja sobre la continuidad de Nico Williams. «Como deportista yo no voy a juzgar a que él tome una decisión por mejorar», dice sobre el revuelo generado.
– Acabada en Dallas, hace dos semanas, la racha de top-10 en el LIV, y con una sequía de títulos desde septiembre, ¿aumenta la presión por ganar?
– No, la presión por ganar es la misma ganes o pierdas, no cambia. Casi mejor que se haya acabado la racha. No es que me diese igual, pero es una estadística que es un añadido. El año pasado gané dos títulos y no es algo en lo que piense. Me gusta ser consistente, pero hay maneras diferentes de hacer un top-10. Puedes estar con opciones de ganar, pero igual terminas mal por ser agresivo al final en busca de la victoria y quedas séptimo (en una clara referencia a su papel en el PGA). Otra cosa es si vienes por detrás y haces un día bajo el domingo, y es lo que me he visto muy a menudo (como el US Open). He conseguido llegar ahí arriba porque todos los días cuentan, también para el equipo (los resultados entre los cuatro miembros se combinan en la liga saudí) pero no con opciones de ganar en individuales, que es lo que me gustaría. Me quitaba varios top-10 de mi vida por victorias, lo haríamos todos. Ojalá la primera llegue aquí, en Valderrama.
– ¿Cuál es la receta? ¿La versión que ofreció en el PGA, donde le peleó la victoria al número uno del mundo, Scottie Scheffler?
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– Es interesante, allí jugué muy bien justo después de un bajón muy alto. Estuve mucho más cómodo, trabajando en las cosas que debía mejorar. La idea era correcta, pero algún gesto en el swing a largo plazo igual no era lo que me hacía falta. Aún sigo en ello, estoy más cerca. En un deporte tan enrevesado como el golf hay mil maneras de hacer las cosas, de acercarse al mismo gesto, y tengo que encontrar la más cómoda.
– ¿Es cuestión de tiempo ¿entonces?
– Cualquier día todo se ordena, encaja, y tengo un par de meses o un año muy bueno, sí. Estoy cerca. Vengo más enérgico.
«No es que me diese igual, pero es una estadística que es un añadido»
– Se encuentra en Valderrama a solo una semana del Abierto Británico. ¿Echa en falta un mayor tiempo de adaptación al link que se encontrará en Portrush?
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– No es que juegue en contra pero sí es algo que se se ha comentado entre muchos jugadores, que quieren cambiarlo. Si no podemos jugar (en el LIV, donde el calendario va a misa y ningún jugador se lo puede saltar) en links pues igual deberíamos tener la semana libre para ir a entrenar porque es un tipo de golf que requiere algo más de tiempo para acostumbrarse.
– ¿En qué sentido?
– Los greenes suelen ser más lentos, la hierba es muy diferente. Lo bueno de Valderrama es que mentalmente de tee a green te prepara para un torneo complicado. Es un campo tan difícil que ayuda a preparar el Open. Además hace viento, como en las islas, y hay que tener ese control sobre la bola. Es verdad que en los links no hay árboles, tienes más opciones, puedes jugar con el viento, pero alrededor de green se juega muy diferente. De cara a largo plazo nos vendría mejor para prepararnos para un British tener otra opción para entrenar.
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«En el PGA jugué muy bien justo después de un bajón muy alto. Estoy más cerca, sigo en ello»
– ¿El LIV atiende sus reclamaciones?
– Se está trabajando en tener el calendario hecho un poco antes para que los golfistas y quien quiera venir a ver los torneos tenga mayor tiempo para organizarlo. No todo el mundo tiene la capacidad económica y la flexibilidad para viajar lejos. En la Fórmula Uno el calendario se conoce con antelación. Es el modelo a seguir. Sin duda sería mejor para todos, pero es complicado con tantos países –nueve en quince certámenes– y gobiernos involucrados. Cada uno tira para una semana por sus propios intereses.
– ¿Hay algo más que cambiaría del LIV?
– Que diese puntos para el ranking mundial, que tenga esa credibilidad. Pero eso no depende de mí. Algo a favor de esta liga es que el hecho de ser pocos jugadores (54 por torneo, de ahí las siglas LIV, en números romanos, mientras que en el último US Open hubo 156 participantes) la atención es mejor que en otros torneos. Nos tratan mejor a las familias, caddies, fisios... Aquí puedes acabar de jugar a las seis y sigue habiendo comida, por ejemplo. Hay sitios en los que no.
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La paz en el golf
– En esta línea, ¿cómo están las relaciones entre el circuito con el tradicional PGA Tour? Parece que las negociaciones para la paz en el golf se han encastillado.
– Antes de venir al LIV me aparté un poco del tema. No tiro la toalla, pero eso aquí les compete a Scott (O'Neil, CEO del LIV), su excelencia Yasir (Al-Rumayyan, presidente del Fondo Público de Inversión saudí e ideólogo del circuito) y el PGA Tour. Lo que sí sé es que el nuevo presidente del PGA Tour (Brian Rolapp) y Scott tienen una relación anterior, ya se conocen. Me imagino que es algo bueno.
– Siguiendo más allá de lo deportivo. ¿Cómo está la situación de su multa con el circuito europeo? ¿La Ryder está en peligro?
– Imagino que son cosas que saldrán después de la Ryder. Si pueden tener la opción de que yo, Tyrrell (Hatton, su compañero en la Legión XIII), incluso Sergio (García) estemos no se la van a jugar. Espero que no porque eso sería crear un problema que no necesitamos.
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«Si no podemos jugar en LIV en links antes del British al menos deberíamos tener la semana libre para entrenar»
– ¿Cómo es su relación con el capitán europeo, Luke Donald?
– Muy buena, hablamos muy a menudo.
– ¿Cuenta con el billete, con ser uno de los seis elegidos, en el caso de no clasificarse entre los seis mejores del ranking?
– Yo no cuento con nada pero soy muy optimista de que juegue esa Ryder, pero a ver si me clasifico y no hay dudas. No controlo la política del golf, sigue siendo un factor que puede cambiar las cosas en cualquier momento o tras cualquier reunión.
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