El récord de 'Marquitos' en el Santutxu: es el entrenador de categoría nacional con más años en un banquillo

Él es el prototipo de un hombre de club. Nacido en este popular barrio bilbaíno, se integró con 9 años en sus categorías inferiores. Allí le entrenó Miguel Ángel Gómez, 'Mitxelo', la gran leyenda de la entidad, en la que suma 42 años como jugador, entrenador, coordinador y presidente (los últimos 14). El Santutxu es un equipo sin prisas. Todo el que llega tiene un largo recorrido por delante. Marco era delantero y subió hasta el primer equipo para pasar luego por el Deusto y el Etxebarri antes de retirarse, a los 27 años. Uno de sus hijos, Oier, ya está en uno de los equipos inferiores del club. La saga se perpetúa.

Su carrera de entrenador, cómo no, arrancó en las categorías inferiores del Santutxu. Tras un breve paso por el Plan Dena del Athletic y el 'Iturri', recibió la llamada de 'Mitxelo', que le ofreció directamente el banquillo de su primer equipo, entonces en Regional Preferente. Al segundo intento consiguió el ascenso. Hasta hoy. «Para nosotros, estar doce años en Tercera es como si el Amorebieta aguanta el mismo tiempo en Segunda A». No sobra el dinero. «Somos de los que menos pagamos. Un jugador gana entre 150 y 300 euros, sin primas. Y los de 300 son tres o cuatro».

- ¿Y usted?

- «Algo más», esquiva.

No solo soportan estrecheces económicas. Marco y sus futbolistas salen a entrenar al campo principal de Mallona. Mejor dicho, a la mitad del terreno, la que está a su disposición. Cuando se realiza la entrevista es martes y la otra parte la ocupa ese día el equipo juvenil del Santutxu. Los jueves esa zona es para un Danok Bat juvenil y los viernes, para el Begoña regional.

La masificación de Mallona es, precisamente, el contratiempo que más enoja a 'Marquitos'. Todos sus rivales de Tercera entrenan un mínimo de cuatro días. Ellos solo pueden hacerlo tres. Y, para colmo, en medio terreno de juego. «En catorce años nunca he tenido uno entero. Si me dan a elegir, prefiero trabajar un día a la semana a campo completo que el fichaje de un delantero».

Tiene los 500 partidos a la vuelta de la esquina. A sus espaldas acumula ya 487 -78 en regional y 409 en Tercera-. Lo de Marco, administrativo en una empresa de comunicaciones en Indautxu, es la lealtad a unos colores llevada a su máxima expresión. «No tengo ni quiero representante», zanja. Su fidelidad ahuyenta a posibles interesados en contratar sus servicios. Apenas se le acercan. «Hace unos años tuve la posibilidad de ir al Arenas, pero decidí quedarme. No me arrepiento; estoy donde quiero y me siento valorado».

Era una gran oportunidad, un equipo de Segunda B. «Todos los entrenadores quieren subir de categoría, pero yo no. Estoy encantado de estar aquí. Mi objetivo como entrenador no es ascender, sino disfrutar». Así que no se puede decir que 'Mitxelo' encare una ardua tarea para renovarle al final de cada curso. «Nunca hay ningún problema. Nos sentamos a tomar algo y antes de acabar ya hemos llegado a un acuerdo», explica el presidente. Las dos últimas temporadas han batido su propia marca: «Nos juntamos y nos pusimos a hablar de la plantilla. Ni siquiera comentamos lo de su contrato. Se dio por supuesto que seguiría».

¿Hasta cuándo tendrá cuerda? Marco no se pone metas: «Voy año a año». 'Mitxelo' se lo sirve fácil: «Estará aquí hasta que él quiera». Jamás ha pensado en echarle, ni en los peores momentos. «Un año estábamos en descenso a falta de dos jornadas. 'Mitxelo' no me hizo la más mínima alusión a un posible cese». Está decidido a llevar su amor al Santutxu hasta las últimas consecuencias. El día que deje el primer equipo no será para irse a otro club o retirarse a descansar en su piso de La Peña. «Me gustaría entrenar a un equipo de formación, porque donde realmente disfruto es en el campo». Otro que puede estar 40 años en el Santutxu.

487partidos lleva al frente del primer equipo del Santutxu, 78 de ellos en la máxima categoría regional y 409 en Tercera. Esta temporada alcanzará los 500.