El Amorebieta se da un festín ante el Valladolid

Hubo hasta quien se frotó los ojos al término de los noventa minutos para cerciorarse de que lo que reflejaba el marcador de Lezama era cierto. Y sí, lo era. El Amorebieta pasó este miércoles por encima del Valladolid. Se impuso por goleada a los pucelanos, una victoria tan necesaria como sanadora para los azules, que encadenaban ya diez jornadas sin saborear las mieles del triunfo. Un partido casi perfecto de los de Iñigo Vélez de Mendizabal en el que contaron por goles casi cada acercamiento que tuvieron. Los tres puntos sumados ante los de Pacheta saben a gloria para un Amorebieta combativo que toma aire en su lucha por salir de la zona de descenso, escalando un peldaño y dejando tras de sí a Leganés y Alcorcón, su rival del próximo domingo.

Como era de prever, hubo varias caras nuevas en el once de los azules. Frescura para un equipo que afronta de nuevo tres partidos en ocho días. Vélez de Mendizabal dio entrada a Iker Seguín buscando mayor profundidad por el carril zurdo y para servir centros a sus puntas, principalmente a un Iñigo Orozko que estuvo acompañado por Unzueta para cazar esas segundas jugadas y balones divididos. Además, presentó un centro del campo reforzado a nivel físico. Dejó fuera a San José para dar entrada a Bilbao, con Markel y Olaetxea repitiendo en la medular. El defensa, el cambio obligado por la baja de Gil, cuyo lugar lo ocupó Irazabal.

Esta vez el plan de partido sí le funcionó al técnico vitoriano. El Valladolid tuvo la posesión, mucha posesion, pero estéril. Los azules estaban lanzados, deseosos de darse una alegría y dársela a su afición. No tardaron en llegar un par de avisos serios sobre la meta pucelana, ambos partiendo de las botas del capitán Iker Seguín. En el primero, Orozko cabeceó alto. En el segundo, forzaron un saque de esquina. No fallaron sin embargo en el tercero. A los doce minutos, esta vez tras un centro preciso de Larrazabal, el ariete donostiarra entró con potencia al remate, estrellando el testarazo en el travesaño para después cazar el rechace y marcar. Un tanto celebrado con mucha rabia.

La alegría, no obstante, duró poco porque Fede San Emeterio empató apenas cinco minutos más tarde cabeceando en área pequeña y de rodillas un rechace tras un saque de esquina. Vuelta a empezar. Los de Urritxe siguieron percutiendo con insistencia y acierto. La profundidad de sus carriles fue un quebradero para un Valladolid que se veía superado por la propuesta de los zornotzarras, con un Orozko inmenso que ganó casi todos los duelos aéreos. Antes de la media hora, Lander Olaetxea adelantó de nuevo a los suyos, metiendo la puntera de la bota casi en línea de gol para anticiparse a los centrales y enviar el esférico al fondo de la portería vallisoletana.

La intensidad demostrada por los de Iñigo Vélez fue clave para el tercero. La zaga del Valladolid no acertó a despejar el balón de su área, Orozko y Bilbao lo pelearon y Unzueta lo rescató en línea de fondo, junto al palo, para terminar marcando casi a placer. Primera diana del curso para el de Abadiño, que estuvo muy cerca de marcar el cuarto antes del descanso en un remate de cabeza que se fue junto a la cruceta.

Con el viento del partido a su favor, el Amorebieta trabajó durante la segunda mitad para mantener su ventaja. Vélez colocó un 5-4-1 en fase defensiva, con Orozko como solitario pero infatigable faro para el ataque. Buscó cerrar todas las líneas de pase de un Valladolid que tuvo mucho balón pero que fue incapaz de desarmar la muralla de los de Urritxe y que apenas si probó a Saizar en todo el segundo periodo.

𝗭𝗘𝗟𝗔𝗞𝗢 𝗙𝗔𝗠𝗜𝗟𝗜𝗔! 🔷🔊 pic.twitter.com/KDdC85xvX0

SD Amorebieta (@SDAmorebieta) November 3, 2021

Ni el paso de los minutos ni el tremendo trabajo de desgaste realizado por los azules para controlar la situación les pasó factura. Más bien al contrario, se sintieron fuertes ante uno de los grandes de la categoría. Fueron, además, capaces de dar la puntilla a los pucelanos en los instantes finales. Larrazabal apareció como improvisado delantero para recoger una peinada de Obieta, plantarse en el mano a mano ante Roberto, batirle bajo las piernas y redondear otra cita para la historia de los zornotzarras.

Temas

• Liga de Fútbol Profesional
• Real Valladolid Club de Fútbol
• SD Amorebieta
• Segunda División