El Amorebieta logra un triunfo histórico

El 29 de agosto de 2021 quedará señalada como una fecha histórica en la casi centenaria vida de la Sociedad Deportiva Amorebieta. El conjunto zornotzarra, en su estreno como local en las instalaciones de Lezama, ha logrado un tan trabajado como merecido triunfo ante el potente Almería, que tuvo que jugar 75 minutos con uno menos por la expulsión de Robertone. El derroche de esfuerzo e intensidad de los de Iñigo Vélez fue tremendo. Una actuación coral casi perfecta que tuvo sus protagonistas en Iker Bilbao y Koldo Obieta. Suyas fueron las dianas que dieron los primeros tres puntos a los azules en Segunda División.

Fue un Amorebieta muy distinto al que se vio en Anduva en la jornada anterior. No tanto por el estilo, al que se es totalmente fiel, sino por los actores sobre el verde. Se podían prever movimientos en el once para frenar la velocidad del ataque almeriense, pero tal vez no tantos -hasta 7- como los que presentó Vélez de Mendizabal, con una línea defensiva en la que solo repetía Oier Luengo. El recién llegado Larrazabal para fortalecer el carril derecho, Markel Lozano retrasando su posición al eje de la zaga, con Gil y el capitán Iker Seguín escorados a la izquierda. Por delante, el estreno como titular de Mikel San José a los mandos en la medular; e Iker Unzueta con Guruzeta en la punta de ataque para hacer moverse a la zaga rojiblanca con su movilidad.

Empezaron bien los zornotzarras, mandando en los primeros compases y generando un par de saques de esquina. Sin embargo, a los tres minutos, Curro aprovechó un despeje corto de San José en la frontal para inventarse una vaselina con el exterior de primeras que se coló en la portería de Santamaría de forma espectacular.

El gol no cambió el guion de partido dibujado por Iñigo Vélez, que siguieron a lo suyo. La presión ejercida en una zona muy alta se le atragantó al Almería. Y especialmente al meta Makaridze. Un error suyo en la entrega propició el tanto de Iker Bilbao al borde del cuarto de hora. El autor del gol del ascenso en el Nuevo Vivero pasará también a la historia por ser el primer goleador azul en LaLiga SmartBank. Su zapatazo desde el punto de penalti puso las tablas en el marcador, para júbilo de la afición presente en Lezama.

El partido se le puso un poco más de cara al Amorebieta con la expulsión de Robertone en el 17' de juego. El argentino derribó en la misma frontal a un Guruzeta que se disponía a fusilar tras otro recuperación de los azules en zonas de peligro. Bilbao estrelló el lanzamiento de la falta en la barrera y Álvaro Peña, en el rechace, envió el cuero junto a la escuadra. Casi a renglón seguido, se produjo otra acción prácticamente a la del primer gol. Otro mal pase de Makaridze lo recogió de nuevo 'Bilbo', pero esta vez el control se le fue algo largo y no pudo impactar bien con el esférico.

El Amorebieta supo aprovechar su superioridad numérica para seguir inquietando al equipo de Rubi, que no encontraba soluciones ante el empuje de los locales. Iker Seguín estuvo muy activo por banda izquierda, sirviendo buenos centros al área. Unzueta y Guruzeta abrían espacios para la llegada de los hombres de segunda línea. Atrás, supieron maniatar a un Sadiq que apenas tuvo opciones a explotar su velocidad.

En la segunda mitad, el Amorebieta supo leer el partido y actuar de forma adecuada a cada momento. Acelerando el juego cuando era necesario y contemporizando el cuero para ordenarse y no dar opciones a un Almería que tuvo más el balón en la reanudación, pero casi siempre muy lejos de zonas de peligro. El rigor azul fue impecable en ese sentido. Los andaluces solo inquietaron mediado el segundo periodo, pero se encontraron con una doble intervención de un Santamaría salvador. Metió una buena mano abajo para desviar el disparo desde la frontal de Curro, y atajó también con ayuda de Luengo el remate de Arnau a servicio de Sadiq.

Con tablas en el marcador y el crono avanzando de forma inexorable, el Amorebieta no se conformó. Quería más. Quería dar un golpe sobre la mesa y presenciar sus credenciales derrotando al gigantesco Almería, construido para ascender a base de millones. Metió al equipo de Rubi casi en su área con múltiples centros laterales. Imprecisos muchos de ellos, pero siempre inquietantes para el arquero Makaridze.

Hubo que esperar casi hasta los títulos de crédito para vivir el eufórico desenlace. Una película de suspense que duró dos eternos minutos. Obieta había logrado cazar dentro del área un balón y alojarlo en la red. García Verdura lo anuló a instancias de su asistente, que había levantado la bandera. Entró en juego entonces el VAR, que dictaminó que el delantero ni estaba en fuera de juego ni había cometido falta sobre su defensor. La explosión de júbilo, dentro y fuera del terreno de juego fue tremenda. Histórica.

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