Jesús Navas, el héroe con artrosis: «No puedo ni jugar con mis hijos»
El de Los Palacios marcó el sábado el gol de la victoria ante el Getafe; a sus 38 años, la dolorosa enfermedad no ha podido con su corazón sevillista
«Lo saben mis compañeros y lo sabe mi entrenador, hace dos días no podía moverme, no estoy ni para jugar con mis hijos». Jesús Navas (Los Palacios, 21 de noviembre de 1985), que dejará en diciembre el Sevilla de sus amores después de veinte años en la élite, se convirtió de nuevo el sábado en el héroe del Pizjuán al conseguir con un potente disparo el gol que le dio la victoria al equipo de la capital andaluza ante el Getafe.
Sonaban otra vez tambores de guerra en Nervión por un inicio de curso muy decepcionante y el veterano futbolista internacional de 38 años ha logrado al menos atemperar los redobles. La rabia con la que se señaló el escudo cuando hizo el tanto y su mirada a la grada llamaban a la unidad en tiempos de crisis. Y la palabra de Navas, el símbolo del sevillismo, es sagrada.
El reloj biológico del palaciense tiene sus propios mecanismos. Lo físico le tiene martirizado desde la Eurocopa de Alemania, con dolores permanentes en la cadera y una artrosis que ha venido para quedarse y le deja derrengado, vacío. Es el corazón y la pasión por los colores los que le mantiene en pie y le permiten hacer diabluras por la banda derecha a pesar del desgaste acumulado en 936 partidos como profesional. El sábado, en el minuto 23, apareció en el lateral del área y, sin pensárselo dos veces, envió un zapatazo cruzado que se coló como un obús en la portería del Getafe.
Celebró el gol como si fuese una final. Echó a correr hacia el centro del campo pero en el último momento dio un giro y se dirigió hacia la grada del fondo para señalarse el escudo de la camiseta y ganarse la complicidad de la afición. Se convirtió con ese tanto en el jugador más longevo del Sevilla en hacer un gol al superar a Sergio Ramos. Habían transcurrido nada menos que cinco años y medio desde que anotó su penúltima diana. Doscientos choques sin ver portería.
Antes del verano el lateral andaluz amagó con marcharse, pero los dirigentes del club le convencieron de que se quedara hasta fin de año para servir de bisagra entre una temporada para olvidar y la que debe servir de resurrección. Aunque aún estamos en los albores de la Liga, el divorcio entre la grada y el palco y los discretos resultados del Sevilla en los primeros partidos del curso presagiaban una tormenta inminente. Navas sabía que era necesario amainarla cuanto antes y su gol fue el antídoto perfecto. Primera victoria del Sevilla en el campeonato. Acabó el encuentro entre lágrimas y con los aficionados entregados al héroe que detuvo el tiempo en el Pizjuán. «Vivo esto más que nadie. La afición está sufriendo, es duro para todos los que somos de aquí. Intento darlo todo hasta que el cuerpo aguante. El trabajo de todos ha sido increíble. La afición estará contenta con nosotros», declaró para Movistar.
Indirectas
García Pimienta sabe mejor que nadie que la presencia de Navas en el vestuario puede resultar determinante para devolver la ilusión a los atormentados seguidores hispalenses. Al principio el entrenador le lanzó varias indirectas para tantear la opción de que su contrato vaya más allá de diciembre. Sin embargo, su ambición ha decrecido tras haber escuchado las últimas declaraciones de su pupilo más veterano. «Vamos a intentar convencerle entre todos para que siga en el equipo hasta final de temporada. Espero que su cadera se lo permita», afirmó el técnico, quien considera que su capitán «es un ejemplo para los jóvenes porque juega donde le digan y los minutos que sea, de titular o de suplente, siempre con una sonrisa».
Sus compañeros también quieren que se quede. Es el eslabón perfecto entre los futbolistas experimentados y los nuevos talentos del club y siempre que salta al campo da la cara, sea cual sea su estado físico. Ante el Gefate fue sustituido en el minuto 67 y abandonó el césped ovacionado. Al instante ya estaba de pie en la banda ordenando correcciones y animando a sus compañeros. Jesús Navas, genio y figura, con el poder de detener el tiempo.