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Laporta y varios directivos entonan el himno del Barça en el palco del Olímpico. Efe

Laporta se hace cada vez más pequeño

Lluvia de críticas ·

Su bochornoso comportamiento en Yeda dibuja a un presidente del Barça devorado por el cargo y convencido de que el mundo gira sobre su eje

Jueves, 9 de enero 2025

Joan Laporta se hace cada vez más pequeño. El presidente del Barcelona nunca ha sabido perder, hay infinitas muestras de ello tanto en su primera ... etapa en el club azulgrana como en la actual, pero en Arabia Saudí ha demostrado que tampoco sabe ganar, ni en el terreno de juego ni en los despachos. Su bochornoso comportamiento en el estadio de Yeda antes y después de la semifinal de la Supercopa ante el Athletic –con cortes de manga, peinetas y graves insultos a los responsables de las federaciones territoriales tras conocerse la cautelar a Dani Olmo y Pau Víctor– dibuja a un presidente devorado por el cargo y convencido de que el mundo gira sobre su eje.

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Sin embargo su populismo, sustentado en mensajes victimistas y supuestos agravios desde la capital, seduce a numerosos adeptos que no dudan en embarcarse en la cruzada para defender 'Can Barça'. Es el ejército que le protege de la oposición, que de momento amaga pero no golpea. Los soldados 'laportistas' son fieles pase lo que pase y las reacciones desproporcionadas de su jefe cuando se siente 'atacado' desde Madrid no sólo no le alejan de él sino que acrecienta su lealtad.

Si no fuera tan grave, lo sucedido el miércoles en la entrada y en el palco del campo que acoge la 'Final Four' del primer título oficial de 2025 se asemeja a una astracanada con un guion disparatado. Laporta había aterrizado en Yeda con la mochila cargada. Crisis deportiva con tres derrotas consecutivas en casa y la pérdida del liderato; máxima incertidumbre sobre el futuro de Olmo, su fichaje estrella, y por extensión del equipo; la entidad arruinada económicamente y sin visos de remontar; y un reagrupamiento de las plataformas críticas con su gestión que apuntaba a una eventual moción de censura. Todo eso rondaba por la cabeza del máximo dirigente de la entidad culé cuando le comunicaron que el Consejo Superior de Deportes (CSD), con un argumentario surrealista, enmendaba la plana a la Liga y a la Federación y permitía inscribir al futbolista internacional y a Pau Víctor. Su reacción fue propia de un villano en una película de serie B.

La noticia saltó poco antes del enfrentamiento con el Athletic. Los primeros minutos estuvieron llenos de interrogantes. Faltaba apenas hora y media para que comenzara el encuentro y se especulaba con que incluso Olmo pudiera entrar en la convocatoria para disputar la semifinal. Mientras los medios daban vueltas a esa posibilidad, una primera imagen de Laporta presagiaba ya una tarde-noche movidita. El mandatario azulgrana entraba acelerado en el estadio y tras cruzar unas palabras con uno de sus directivos lanzaba un corte de mangas que ponía una guinda lamentable a su transitoria 'victoria' en un caso que le había puesto contra las cuerdas y, visto lo ocurrido en Yeda, le había sacado de quicio. Mientras el presidente del Athletic, Jon Uriarte, y el director deportivo del Barcelona, Deco, cruzaban declaraciones sobre el asunto, Laporta ocupó su asiento en el palco y respiró aliviado 90 minutos después con el triunfo blaugrana.

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Pero en cuanto el árbitro Ortiz Arias tocó el silbato y puso fin al choque, Laporta se desató y perdió los papeles. La tomó con los asientos del palco, arrojándolos con furia, mientras tachaba de «cobardes y sinvergüenzas» a los representantes federativos que viajaron a Arabia Saudí a presenciar el torneo. El tono de sus apelativos fue en aumento y los insultos no cesaron ante la mirada atónita de quienes presenciaron la lamentable escena.

Una nueva arista

La Federación tiene previsto abrirle un expediente mientras la Liga, en boca de su presidente, Javier Tebas, otro ejemplo de mesura y moderación en su actitud y en sus manifestaciones públicas, arremetía contra el contenido del escrito del CSD y añadía una arista a la polémica para enredar aún más la madeja. Y es que a Tebas le ha sorprendido el silencio de Real Madrid TV, el canal oficial del club blanco que no suele escurrir el bulto en los temas espinosos. Laporta ha conseguido algo inaudito en la historia del fútbol de este país: la alianza de la Federación y la Liga en el conflicto de la inscripción de Dani Olmo, dos instituciones que suelen mirarse de soslayo y con desdén.

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El abogado catalán que rige los designios del Barcelona ha ganado tiempo desde que estalló el 'caso Olmo' y ahora trata de hacer lo mismo una vez que se ha resuelto, eso sí, de forma transitoria. Amparado en que no quiere dar un paso en falso que despiste a los futbolistas blaugrana de cara a la final del domingo –como si lo sucedido en el palco no lo fuera– tiene previsto ofrecer una rueda de prensa el martes, ya en la Ciudad Condal con el equipo de vuelta. El asunto central de su comparecencia será la resolución del CSD, pero hay tantos flancos abiertos ahora mismo en la entidad que ha despertado una gran expectación en la familia culé y también fuera de ella.

La política de pactos entre el Gobierno de Pedro Sánchez, del que depende el CSD, con el nacionalismo catalán también ha sobrevolado como un fantasma invisible sobre la decisión que ha puesto patas arriba el fútbol español. La invisibilidad no es un rasgo característico de Laporta, ni siquiera cuando todo se derrumba a su alrededor. Se siente intocable.

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