De la gloria al infierno en 15 segundos: el final más loco de la historia del fútbol

La felicidad era máxima en el Vinarós. Perdía 0-1 contra el Peñíscola un encuentro de Primera Regional castellonense. En el minuto 95, sin embargo, se produjo el milagro. El empate. No fue de la manera más normal. Ni mucho menos. El técnico local mandó a todo su equipo al ataque. Había que igualar el duelo. Subió hasta el portero. El guardameta obedeció... Y marcó. La grada explotó. El locutor, como se puede apreciar en el vídeo, parecía que estaba narrando el gol de Andrés Iniesta en el Mundial de Sudáfrica. Carlos Aguayo, que así se llama el protagonista de esta, de momento, alegre historia, se había convertido en el héroe de esta formación. Su escuadra había igualado el marcador con uno menos desde el minuto 66.

Abrazos, risas. Júbilo. No había tiempo para más. Eso pensaba todo el mundo. Sería lo lógico, ¿no? Pues error. Con el subidón, el portero regresa a la portería. Mira al cielo, se da la vuelta... Y se encuentra con un futbolista del Peñíscola, el mismo que le había marcado en la primera mitad. Se aproximó Marcos Cano, cogió la pelota, la picó... ¡Y gol! Sí, diana en el 96. Del éxtasis al llanto. Vamos, que no te puedes despistar ni un segundo. Hasta que no suena el silbato...