Bilbao se queda fuera del escaparate
En el peor momento, el de crear las condiciones para la reactivación económica, la ciudad pierde una buena vía de proyección internacional
I.MARTÍN
Jueves, 22 de abril 2021, 00:41
Se había convertido ya en una cuestión de imagen, más que económica. La pandemia le rompió el cántaro a la lechera, ese con el que ... se pretendía regar de millones a Bilbao y Bizkaia, pero ser una de las sedes de la Eurocopa tenía todavía un incentivo no pequeño, vender imagen de ciudad a través de las pantallas de todo el mundo, mostrar sus encantos turísticos y aumentar su capacidad de atracción de actividad y de inversiones para todo el sistema productivo. Una promoción que si siempre es necesaria, resulta capital en un escenario de recuperación económica como el que se espera una vez que se supere la crisis sanitaria. Un escaparate con el que, tal y como se terminó de oficializar ayer, Bilbao ya no podrá contar.
En términos puramente monetarios, es imposible determinar cuánto ha dejado de ganar la ciudad. No tanto lo que ha perdido, que el Ayuntamiento cifra en 1,27 millones ya desembolsados de los 3,5 que iban a invertir las administraciones, y que el Consistorio tiene previsto reclamar a la UEFA. El eventual impacto económico, desde luego, no iba a alcanzar los 84 millones que se presumían justo antes de que el coronavirus hiciera acto de presencia y le diera la vuelta a todo. Para empezar, solo por la asistencia de público ya se habría producido un recorte de nada menos que el 75%: de las casi 53.300 localidades con que cuenta San Mamés, con la limitación de aforo al 25% que se planteaba se habrían quedado en algo más de 13.300.
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Eso, multiplicado por los cuatro partidos que en principio se iban a disputar en La Catedral: los tres de España en la fase de grupos -contra Suecia, Polonia y Eslovaquia- y uno de octavos de final. Entradas, alojamiento, compras, 'souvenirs', restauración... No mucho más, pero tampoco menos, que un pequeño alivio en el arranque del verano para la maltrecha economía de bares, restaurantes, hoteles y comercios después de más de un año de cierres y restricciones.
A medio y largo plazo, sin embargo, el mayor perjuicio que acarrea la decisión que la UEFA comunicó ayer a las instituciones vascas se produce en términos de proyección internacional. Tras un año en el que Bizkaia ha perdido o ha visto reducida a la mínima expresión los congresos, eventos deportivos o culturales y encuentros profesionales en foros como el palacio Euskalduna o el BEC -entre ellos la Bienal de Máquina Herramienta, la feria del sector más importante de España y entre las primeras de Europa-, la presencia durante cuatro días en millones de televisores del todo el mundo (111 millones de espectadores vieron de media cada uno de los partidos de la anterior Eurocopa) habría funcionado como una carta de presentación impagable.
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