La Real Sociedad vuelve a las semifinales de Copa tras imponerse a Osasuna
Gana con solvencia al equipo rojillo que el pasado domingo le había superado en Pamplona, pero que ayer no estuvo acertado
Beñat Bareto
San Sebastián
Viernes, 7 de febrero 2025, 09:01
Por tercera vez en seis temporadas, la Real de Imanol jugará las semifinales de Copa. Otra vez licencia para soñar con tocar el frío metal ... en Sevilla. Enfrente estará uno de los gordos y no será sencillo, pero al menos hasta el 2 de abril, fecha de la vuelta de semifinales, habrá ilusión en una temporada complicadísima. La Real venció a Osasuna sin demasiadas complicaciones en un partido sólido y cuajando un peor encuentro que hace cuatro días en El Sadar, donde perdió 2-1, pero esta vez el equipo que falló fue el rojillo y el que estuvo avispado fue el txuriurdin.
Real Sociedad
Remiro; Aritz, Zubeldia (Aramburu, min.58), Aguerd, Aihen; Zubimendi, Marín (Olasagasti, m.58), Brais Méndez; Kubo (Becker, m.80), Oyarzabal (Óskarsson, m.54) y Barrenetxea (Sergio Gómez, m.54).
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Osasuna
Herrera; Areso, Boyomo, Catena, Juan Cruz; Moncayola (Torró, m.58), Iker Muñoz, Oroz (Ibáñez, m.58); Rubén (Zaragoza, m.58), Budimir (Raúl García, m.70) y Kike Barja (Herrando, m.37).
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Goles: -0, m.20: Barrenetxea; 2-0, m.30: Brais Méndez.
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Árbitro: Melero López. Amarillas a Oyarzabal, Olasagasti, Aguerd, Moncayola, Herrera, Ibáñez y Areso y roja a Catena.
No pintaba bien la tarde en Anoeta tras un arranque pobre de la Rea y un Osasuna que , sin sorprender a nadie, entró mucho mejor a la eliminatoria con ocasiones de Budimir y Oroz, absolutamente solo en la frontal. Pero del cielo cayó el primero y cambió el signo de un partido. Un córner a favor terminó en los pies de Remiro, que buscó en largo a Kubo, que peinó la acción y Barrenetxea y Oyarzabal dibujaron una pared de ensueño, que este último remató a la red.
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El gol le vino de perlas a una Real que marcó el segundo por medio de Brais. El cuarto de hora de ensueño terminó con Catena realizando una entrada temeraria al gallego. Roja como un castillo, aunque Melero López necesitó la llamada del VAR.
En la segunda parte la Real intentó calmar el partido, pero estuvo a punto de dejarse llevar. No volvió a probar con peligro a Herrera pese a disponer de un hombre más durante más de una hora de juego. Es cierto que hay muchos partidos, pero Osasuna demostró amor propio y se marchó de Donostia eliminada pero con el cariño de sus dos mil aficionados, que dieron una exhibición de lo que es apoyar a su equipo.
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