El Tour, de Copenhague a Bilbao
Una delegación vasca viaja a la ecológica capital danesa, salida de esta edición previa al desembarco de la ronda gala en Euskadi en 2023
Un padre y dos críos subidos en la misma bicicleta se cruzan con una chica pedaleando hacia su oficina y con un vecino que rueda ... con su perro en una cesta atada al manillar. Es una escena habitual en Copenhague, punto de partida el próximo viernes del Tour de Francia 2022 y la ciudad que todos toman como ejemplo en la lucha contra la contaminación que provoca el transporte a motor. Hasta allí viajará esta semana una delegación de las instituciones vascas para asistir la víspera de la carrera a un congreso sobre sostenibilidad urbana y, claro, para estar presentes en la Gran Salida previa a la que tendrá lugar en Bilbao, en Euskadi, en la edición de 2023 de la Grande Boucle.
Dinamarca va a ser escenario de tres jornadas de este Tour. Dentro de un año, el 1 de julio de 2023, la ronda arrancará desde Bilbao con la etapa inaugural más dura en los 120 años de historia de la carrera. Ese día inicial también acabará en la capital vizcaína tras subir el Vivero y Pike antes de llegar a la meta del Parque Etxebarria. La segunda jornada irá desde Vitoria a San Sebastián por Jaizkibel. Y la tercera partirá desde Amorebieta hacia una localidad vascofrancesa.
Una delegación vasca estará en Copenhague. Habrá representantes del Ejecutivo autónomo, de las diputaciones y los ayuntamientos. Unidos en un proyecto de país, aunque la presentación por su cuenta que hizo hace unos días la institución foral vizcaína de una exposición itinerante sobre el Tour por distintas localidades del territorio ha molestado al Gobierno vasco. El desembarco de la ronda gala en Euskadi es un proyecto conjunto que alcanza un presupuesto de doce millones de euros.
Los representantes vascos tendrán la ocasión de comprobar cómo es una ciudad diseñada para la bicicletas. Hasta Christian Prudhomme, director de la Grande Boucle, está asombrado: «El Tour ocupa la cima en la jerarquía del ciclismo mundial, pero tenemos mucho que aprender de los daneses. Han colocado la bicicleta a la vanguardia de los medios de transporte urbanos». Así es. Los daneses pedalean para ir a la escuela o el trabajo. Jóvenes y mayores. También los políticos. Nueve de cada diez ciudadanos tienen bicicleta. En el país hay 12.000 kilómetros de carriles-bici y sólo en Copenhague, 375. Esas vías están separadas de las calzadas para el tráfico rodado. A los turistas se les reparten guías para conocer la ciudad a pedales.
Los 5,8 millones de daneses viven en el país de la bicicletas. «El ciclismo forma parte de nuestra vida», insisten desde el comité organizador de la Gran Salida. Y recuerdan que Dinamarca es el modelo que siguen otros Estados. De hecho, hay ciudades extranjeras en las que al carril-bici se le denomina 'carril de Copenhague'. De ahí, de ese hábito, han salido corredores como Vingegaard, Asgreen, Pedersen, Valgren, Cort Nielsen y Fuglsang, figuras del ciclismo mundial.
El 70% de los más de 500 millones de europeos viven en ciudades. Todas dicen luchar para reducir la contaminación por carbono. Copenhague lo hace de verdad y quiere ser pionera, la primera en alcanzar la neutralidad de carbono en 2025. En ello está con la construcción de edificios eficientes, el uso de energías renovables (el 40% de la electricidad danesa proviene del viento) y con un transporte urbano basado en medios públicos como el metro y en las bicicletas, las reinas del país. En Copenhague, tres de cada cuatro vecinos se desplazan a pie o a pedales. Es un lugar reconquistado por la gente ante la invasión de los vehículos.
Beneficios fiscales
Las bicicletas llegaron a Dinamarca antes que los coches. En un paisaje plano, se hicieron hueco a finales del siglo XIX. Pero fueron desplazadas por los automóviles, que coparon las calles durante décadas. Copenhague se resistió a esa tendencia motorizada, aunque las clases más pudientes se agarraron al volante y dejaron de usar el manillar. En la segunda mitad del pasado siglo, el ciclismo urbano brotó de nuevo con fuerza. Tuvo apoyo gubernamental. Se invirtió en vías exclusivas para ciclistas y se ha conseguido que hoy la mitad de los vecinos de Copenhague se desplace en bicicleta por su ciudad.
Forma parte de su cultura. Los niños crecen viendo pedalear a sus padres y abuelos. En las escuelas, la bicicleta es un elemento más. Se promociona su uso. Y para los ciudadanos que acuden a su trabajo en bici hay beneficios fiscales. En las oficinas es frecuente que se reserven espacio para vestuarios y duchas. Desde que la bicicleta manda en Copenhague todo rueda mejor. Menos ruido. Mejor aire. Más salud. Desde ahí, desde el paraíso de las bicicletas, partirá el Tour previo a la Gran Salida de Bilbao y a las tres etapas vascas de 2023. Buen ejemplo a seguir.
Copenhague
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Población. El municipio tiene unos 600.000 habitantes, aunque el área urbana dobla esa cifra.
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En bicicleta. Casi la mitad de los vecinos se desplazan en bicicleta.
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Carriles-bici. Hay 375 kilómetros de vías exclusivas para los ciclistas y se están habilitando más.
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