El minibasket trajo los primeros títulos nacionales a Álava

La historia del minibasket en España comienza en 1962, cuando la federación española creó la comisión Hesperia para difundir el baloncesto escolar, formar entrenadores y 'tecnificar' a los jugadores altos. Se adoptó un paquete de medidas y entre ellas destacó una importada de Estados Unidos: el biddy basket (baloncesto para polluelos). Una invención del pensilvano Jay Archer, en la que niños de 8 a 12 años jugaban a baloncesto con aros más bajos y balones más pequeños. El biddy basket tuvo una inesperada e importante acogida en Vitoria. Javier Añua, delegado de la comisión Hesperia, asumió en 1964 los retos de implantarlo en Álava y llevar a cabo la 'Operación 500', que tenía como objetivo conseguir medio millar de fichas federadas en dos años.

Añua se reunió con los responsables deportivos de Corazonistas, Marianistas y San José, los Hermanos Florentino, Olaciregui y Gerardo, respectivamente. La presencia de los tres colegios en el proyecto era fundamental a la vista de su tradición en el deporte de la canasta. A los tres centros se les proporcionó canastas y balones y se formaron equipos que jugaban a todas horas: en los recreos, en la clase de gimnasia, en los días de fiesta… Tal fue la fiebre desatada, que surgieron más de 200 equipos con 2.590 jugadores involucrados.

José Olaciregui tuvo una peculiar manera de convencer a sus alumnos de Marianistas. Les obligó a jugar a todos, al tiempo que apuntaba el nombre de los mejores en una libreta. Por tanto, cuando el periódico 'La Gaceta del Norte' se decidió a montar el primer torneo de minibasket de la historia de Álava, Olaciregui tenía ya un par de conjuntos seleccionados. Ni que decir tiene que ambos disputaron la final.

Al término de este partido se conoció que la Delegación de Deportes quería organizar el primer campeonato de España de minibasket. Por ello, y casi sin tiempo para prepararlo, se puso en marcha el campeonato de Álava con los cuatro colegios mejor clasificados en la Copa Gaceta: Marianistas, Corazonistas, San José y Escuelas de Ali. Marianistas, ya unificado, se llevó el campeonato sin problemas y jugó la fase sector, que se celebró en Vitoria. Con un tiempo de perros, los Marias ganaron a Nuestra Señora del Rosario (31-24), a Aranda (71-20) y por último, a los Corazonistas de Rentería (24-8). Sin solución de continuidad, Madrid les esperaba.

Con la ausencia de Pagoaga, enfermo, hasta Vallehermoso viajaron Orbegozo, Castellón, Muñoz, Ocerín, Garaigordobil, Arizmendiarrieta, Garavilla, Goiriena y Echeita y Páramo. El equipo alavés, denominado El Pilar, superó a San José de Huesca, a Maristas de Valencia y a San Francisco de Madrid. Tres claras victorias con las que obtuvo el billete a la final frente al colegio Mariano Velasco de Jaén. El Pilar se llevó el primer campeonato de España de minibasket por 36 a 14, con arbitraje del irrepetible Emiliano, jugador internacional del Real Madrid.

Cuatro temporadas más tarde, Álava tenía 16 equipos de mini en el torneo territorial. El que entrenaba el Hermano Jausoro de Corazonistas se proclamó campeón de Álava de 1968. Como ocurrió con Marias, el sector que daba paso al nacional se celebró en suelo alavés. Javier Añua, recién llegado de Estados Unidos, los preparó personalmente. Entrenaron una zona press 1-3-1 directamente traída desde la universidad de Saint John's de Lou Carneseca. Una presión que muy pocos conocían en Europa y que el técnico alavés se arrepentiría más tarde de enseñar a jugadores tan jóvenes. Los partidos se disputaron en Corazonistas. En aquel fin de semana de San Prudencio, los vitorianos no encontraron contrincantes. Ni los Maristas de Burgos, ni los de Palencia, ni tampoco el Loyola Indauchu de Bilbao. Directos al nacional de Granada, pero con un gran contratiempo. El FC Barcelona fichó a Javier Añua y el Hermano Jausorono no podía encargarse de la gran cita. Añua llamó a Juan Pinedo, jugador del filial del KAS y entrenador en San José, para que se encargara de dirigir a los Marzana, Gorospe, Pradera, Basterrica, Zalduendo, Gómez, Arenaza, Mikel Sánchez y Mikel Añua.

En Granada, los Coras abrieron fuego con victoria frente al colegio San Agustín de León. Después, otro triunfo contra el favorito, el Chamberí de Madrid. La fase de grupos terminó con éxito frente al Maristas de Sevilla. En semifinales les esperaba, también por sorpresa, el La Salle de Irún. El encuentro resultó igualado. Cuando el partido llegó a los últimos segundos, con un punto arriba para los guipuzcoanos y balón para los alaveses, Mikel Añua lanzó un tiro que dio en el aro. El poderoso y discutido Zalduendo -Juan Pinedo tuvo que presentar su partida de nacimiento en cada partido del campeonato porque nadie creía que solo tuviera 12 años- capturó el rebote. La mesa pitó el final, pero el árbitro, el riojano Victor Manuel Alfaro, no lo escuchó. Zalduendo anotó el palmeo y como el árbitro concedió la canasta, no hubo lugar para las quejas guipuzcoanas. Corazonistas venció por 36-35. En la final, el Maristas de Valencia no pudo hacer frente a la zona 1-3-1 neoyorquina y el campeonato de España fue para el colegio Corazonistas.

Así que los primeros campeones fueron los Marias y después los Coras. Sin embargo, su reinado les duró poco. San Viator, al año siguiente, presentó en minibasket el que se convertiría en el mejor equipo de formación de la historia del baloncesto español. Terminó quinto en el nacional de Cáceres. En 1970, en Madrid, le despojaron del título de minibasket en la única expulsión que sufrió Iñaki Garayalde en su carrera baloncestista: Pero esa es otra historia…