Lia Thomas, la nadadora transgénero que destroza récords en medio de la polémica

Lia Thomas sigue acaparando portadas y su figura se asocia a la polémica cada vez que se lanza a las piscinas para competis. La nadadora transgénero compite en pruebas femeninas y lo hace con victorias abrumadoras, tanto que cada día son más las voces que exigen que no participe con mujeres.

Esta vez ha sido en la Ivy League, una competición en la que intervienen las ocho mejores universidades del noroeste de Estados Unidos. Thomas, que nació varón hace 22 años, revalidó el título de campeona de las 500 yardas estilo libre con una ventaja abrumadora, sacando más de media piscina y unos siete segundos a la siguiente nadadora, su compañera en la Universidad de Pensilvania Catherine Buroker. También gano la prueba de 20 yardas.

Y comenzaron a llegar las protestas. Varias agrupaciones han reclamado que se endurezca la reglamentación para que atletas trasngéneros con niveles elevados de testosterona no compitan en pruebas femeninas.

Según publica ABC, en el ámbito de la Ivy League, varias nadadoras clamaron por que se evitase su participación, pero la organización se negó al veto bajo el amparo de la protección de todas las identidades de género. La protesta se basa en la evidente superioridad física de Thomas, que durante la competición no solo ganó sus pruebas sino que superó los récords universitarios de campeonas olímpicas y estrellas mundiales como Missy Franklin o Katie Ledecky. De hecho, según 'Swimming World Magazine' protagonizó un último 50 en la prueba de 200 yardas que es ya el mejor tiempo de la historia de los campeonatos universitarios.

En coincidencia con las últimas actuaciones de Lia Thomas, este fin de semana se ha celebrado en Madrid la I Conferencia Internacional en Defensa de las Categorías Femeninas. Sus organizadores pretenden advertir a la sociedad y a los gobernantes sobre la nueva Ley del Deportes que, según dicen, «permite que varones autoidentificados como mujeres compitan tramposamente» en pruebas y categorías femeninas.

El pasado verano Laurel Hubbard se convirtió en la primera atleta trasngénero que competía en unos Juegos en categoría femenina. Nació hombre y tras una adolescencia tormentosa y confusa, en la que acudió a la halterofilia para tratar de reafirmar su virilidad, resolvió que su verdadera naturaleza era otra. A los 35 años siguió tratamiento hormonal para convertirse en mujer. Ahora tiene 43. La neozelandesa se benefició de un cambio en las normas del COI, que en 2015 admitió la participación de mujeres transgénero aunque no hubieran sufrido cirugía testicular, si demostraba que sus niveles de testosterona no alcanzaban un determinado nivel (10 nanomoles por litro) durante al menos doce meses.