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EFE
De la élite a la vida corriente: ¿cómo afecta la retirada a un deportista?

De la élite a la vida corriente: ¿cómo afecta la retirada a un deportista?

Hablamos con una psicóloga deportiva sobre la situación de vacío que sienten algunas personas que han competido en lo más alto

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Miércoles, 25 de septiembre 2019, 11:05

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Estar en la élite del deporte es el sueño de muchos. Vivir grandes momentos, ganar competiciones, levantar una copa, conseguir una medalla... Todo parece de color de rosa, pero la reciente muerte de Blanca Fernández de Ochoa, primera mujer en conseguir una medalla olímpica para España en unos Juegos de Invierno, ha sacado a la luz un problema que parecía que estaba oculto: ¿cómo llevan los exdeportistas su nueva vida tras haber estado en lo más alto?.

El caso de la esquiadora española no ha sido el único. Urtain, campeón de España y doble campeón de Europa de boxeo en los 70 se lanzó desde un décimo piso, Jesús Rollán, uno de los mejores porteros de waterpolo del mundo, se suicidó en 2006, Luis Ocaña, que ganó el Tour en 1973 se pegó un tiro con 48 años, la judoka rusa Elena Ivashchenko decidió arrojarse desde un decimoquinto piso con solo 28 años...

Ángela Magaz es psicóloga deportiva y reconoce que una de las claves está en la «estima personal». «Todas las personas necesitamos estimarnos, apreciarnos, sentirnos seguros... Hay personas que aprenden a sentirse bien con ellas mismas en función de sus éxitos, del número de amigos. Si aprenden a apreciarse como personas por la situación de éxito, cuando esa situación cambia no solo pierden el éxito de la competición, sino que pierden la estima personal y esa es la peor de las pérdidas que pueden tener. Esta persona si ha aprendido a estimarse en función de los éxitos se queda en un abismo, no se siente bien con ella misma», explica en conversaciones con EL CORREO.

También explica que hay que aprendera vivir de «forma independiente». «Tenemos que vivir de forma libre, tomando decisiones en cada momento, es lo que va a prevenir que la retirada pueda resultar traumática y pueda llevar a una situación de inadaptación en algunos casos con efectos graves», matiza Magaz.

«Sientes que no eres nadie»

La gimnasta alavesa Almudena Cid, tras dejar la gimnasia rítmica, se adentró en el mundo de la interpretación y participó en varias series de televisión, escribió un libro, trabajó de colaboradora en El Hormiguero... «Hay algo muy doloroso para el deportista y es que, después de haberte sentido tremendamente competente y bueno en lo que haces, sientes que no eres nadie sin ser ya el que fuiste. Y es que una ya no es la que fue. Y es que una no puede vivir eternamente de lo que fue», escribía la exgimnasta Almudena Cid en su perfil de Twitter. La española también reconoció que había mantenido encuentros mensuales conducidos por una psicóloga deportiva junto a otros exdeportistas.

«Hubo un momento en el que creí que se me antojaba imposible. Concretamente, 6 meses de mi vida. Al menos fue el tiempo en el que tenía el cuerpo metido en el hoyo. Todo salvo el dedo meñique, ese que dicen que está en peligro de extinción», continuaba Cid.

Magaz señala que «cada vez hay más asesoramiento para preparar a los deportistas para la finalización de su carrera deportiva». «A nivel personal hay que ir preparando a esa persona para que adquiera unos valores de autoestima independientes de los logros y alta, que no dependa de que gane o no», añade. Y es que algunos deportistas, una vez que abandonan su carrera deportiva, se encuentran en un abismo y no saben qué hacer. También añade que hay que realizar ejercicios de «prevención» antes de que finalice su actividad. «Empezar a asesorar y a guiar antes de que se produzca esa situación. No hay que olvidar que los deportistas pueden tener lesiones graves y hay que estar preparada para que en cualquier momento finalice esa actividad», reconoce.

Abandonar el deporte de élite puede ser un poco traumático, pasar de estar en la cima a llevar una vida normal. Y es importante «prevenir y preparar para esa situación».

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