Simone Biles denuncia formalmente al Comité Olímpico de EE UU por abuso sexual

Ha pasado de las palabras, a los hechos. A mediados del mes de enero de 2018 Simone Biles, la gimnasta artística más galardonada del mundo, confesó formar parte de la numerosa lista de víctimas de abusos sexuales perpetrados por el médico de la federación norteamericana Larry Nassar, condenado a pasar entre rejas 175 años. Un calvario que guardó en silencio, hasta que no pudo más.

Desde entonces no se ha callado y no ha dudado en apuntar más alto, a la propia federación, por haberlo permitido. Ahora acaba de dar un paso más estampando por primera vez su firma en una demanda formal, contra el Comité Olímpico y Paralímpico de Estados Unidos (USOPC). Esto le obligará a presentarse ante los tribunales de justicia, donde seguirá pidiendo que todos los que no hicieron nada para frenar al doctor Nassar paguen por ello.

Abogados de otras deportistas olímpicas como Madison Kocian, Aly Raisman, McKayla Maroney, Kyla Ross, Jordyn Wieber y Jamie Dantzscher, junto con otras 140 víctimas de agresión sexual del médico del equipo nacional estadounidense, presentaron una moción para solicitar el testimonio de directivos olímpicos actuales y pasados. Entre ellos, el de la actual presidenta de la USOPC, Susanne Lyons, el del exCEO de la organización, Scorr Blackmum, y el del antiguo jefe de rendimiento deportivo Alan Ashley. Según una investigación realizada con anterioridad, tanto Blackmun como Ashley fueron informados sobre las agresiones sexuales de Nassar a gimnastas del equipo nacional en julio del 2015 por el antiguo director ejecutivo Steve Penny.

Hace algunos meses desde la federación norteamericana de gimnasia (USAG), se lanzó una propuesta de solución que curiosamente reflejaba en uno de sus puntos que el Comité Olímpico de EEUU quedara libre «de cualquier reclamación actual o futura». Eso no solo significaba que el USOPC no sería responsable financieramente de compensar a las víctimas de Nassar, sino que ninguno de sus directivos, ni los pasados ni los de ahora, tendrían que sentarse en un banquillo a declarar sobre lo ocurrido.

Un intento de salir indemnes del horror cometido durante años bajo su nombre que no será posible gracias a la insistencia de las gimnastas. «La intención es proteger a las víctimas, para que ante la justicia y el público se conozca la verdad de lo que el USOPC sabía sobre el abuso sexual de sus atletas», reclaman. Aunque en una audiencia telefónica llevada a cabo la semana pasada, Robyn L. Moberly, juez principal del Tribunal de Bancarrotas de Estados Unidos en el Distrito Sur de Indiana, aseguró que sería un beneficio «enorme» para el Comité Olímpica si una propuesta de acuerdo de solución liberara a la organización de cualquier demanda.

Tanto Biles como el resto están decididas a seguir adelante. La propia gimnasta, que buscará colgarse de nuevo el oro en los Juegos de Tokio, ya ha declarado que le resulta complicado defender en las competiciones «a una organización que nos ha fallado tantas veces». «Nosotras teníamos un objetivo e hicimos lo que nos pidieron, incluso cuando no queríamos, y ellos no pudieron hacer su maldito trabajo, que era protegernos», aseguraba hace algunos meses tras un entrenamiento, confesando que aún tiene secuelas por lo ocurrido. «Es muy triste porque ahora cada vez que voy al médico o a entrenar, me tienen que tocar. Me tocan, y yo no quiero que lo hagan, pero me duele el cuerpo. Es duro, intentamos superarlo, pero llevará un tiempo«, afirmaba entre lágrimas.