Sakoneta aspira a brillar como nunca

En un año complicado, marcado por restricciones, mascarillas y la distancia social, hay un club en Bizkaia que ha aprovechado para hacer historia: Sakoneta Gimnasia Erritmiko Taldea. El conjunto de Leioa, el que más años lleva en la Primera Categoría, se ha colado por primera vez en la final de la Liga Iberdrola como uno de los cinco mejores equipos a nivel nacional. «Ha sido todo un orgullo y una sorpresa», reconoce Judith Torralba, entrenadora y unas de las artífices de la gesta.

Las otras son sus pupilas, las vizcaínas Saioa Agirre e Izaro Martín, vigentes campeonas de España en Primera Categoría y Junior. Y también la vitoriana Salma Solaun, internacional cedida por el conjunto alavés del Beti Aurrera, gimnasta que el pasado año logró una histórica tercera plaza en cinta en el Mundial junior. Las tres hicieron una gran actuación en noviembre en Valencia, donde Agirre fue la única no internacional que logró una medalla, el bronce en mazas.

Fue una de las primeras participaciones del conjunto de Leioa desde marzo. Mejor regreso imposible. «Hasta el último momento no teníamos claro si podríamos ir, al cambiar las restricciones cada día. Compitieron muy bien, que era lo que yo quería, que disfrutaran y tuvieran algo bueno este año». Ahora les queda volver a mostrar su mejor versión ya en 2021, entre el 13 y el 17 de enero, cuando se disputará la gala decisiva para el título. Con ellas también estará Iratxe Gárate, quien a sus 14 años quedó tercera en 2019 en el Campeonato de España base en categoría infantil.

Lo de colgarse el oro en la final, en la que se jugarán el título ante el Ritmo de León, Mabel de Benicarló, Gimnástico Almendralejo y Almara Burjassot, lo ven como algo «inalcanzable». «Ya solo poder estar ahí es como un sueño. Subirnos al podio sería un éxito sin precedentes, pero lo vemos un poco lejos de nuestras posibilidades. Quizá podríamos aspirar al tercer cajón», declara la preparadora. Y es que es consciente de que Sakoneta es «un club pequeño, en una localidad pequeña». «En gimnasia el objetivo es hacer un buen trabajo, el mejor posible, luego la puntuación depende de los jueces. Si vas pensando en un puesto o una nota no vas a disfrutar y no has elegido el deporte adecuado». Además de las medallas, también estará en juego un premio económico (de 3.000, 2.000 y 1.000 euros), un aliciente nada habitual en gimnasia.

Sakoneta tiene antes de esa final una doble cita muy destacada, el Campeonato de España de conjuntos, que será por primera vez mixto, y el individual de Primera Categoría, este fin de semana en Valencia. A este último acudirá Saioa Agirre con la intención de revalidar el título conseguido en 2019, su mayor éxito deportivo hasta el momento. «Ojalá pueda repetirlo, pero mi objetivo realmente es hacer bien lo que llevo entrenando tanto tiempo, y si puedo aspirar al oro de nuevo sería impresionante. Lo principal es quedarte a gusto con lo que has hecho», declara la joven getxotarra, que irá con el mismo pensamiento a la final de liga. «Habrá muchísimo nivel, gimnastas internacionales preparándose para algo mucho mayor a lo que yo puedo alcanzar, pero iremos a mostrar nuestro trabajo y, si se ve reflejado en el podio será increíble».

¿Y si se diera el caso de que tanto en el Nacional como en la final liguera lograran la aprobación total de los jueces? «Sería un ¡chúpate esa 2020!», bromea la entrenadora Judith Torralba, acordándose de los complicados meses de confinamiento, en los que junto a su compañera Igone Arribas, olímpica en los Juegos de Sidney (2000), tuvo que ingeniárselas para continuar con la preparación en casa y mantener a sus chicas motivadas. «La elasticidad para nosotras es muy importante, lo que ganas en una semana se pierde en un día. También queríamos mantenerlas fuertes para evitar lesiones a la vuelta».

Agirre confiesa que al principio entrenando en su casa «estaba un poco perdida». «No podíamos lanzar aparatos, ni hacer acrobacias, pero la verdad es que mejoré mucho en aspectos como el físico, que en época de competición no le puedes poner tanta atención». Ahora se ejercitan en todo momento con la mascarilla puesta. «Al principio era muy incómodo, nos quitaba algo de visión, estábamos un poco torpes con los aparatos, pero es lo que hay, y si para competir hay que llevarla, yo hago lo que sea».

Todo este esfuerzo extra no les ha pasado factura. Al contrario. El buen estado de forma con el que regresaron y su ilusión por volver a hacer lo que más les apasiona les ha hecho deslumbrar aún más, aspirando a todo, pero principalmente a no dejar nunca de disfrutar.