¿Volverá nuestra hija esta madrugada?
El 'true crime' de ETB y EL CORREO analiza este miércoles, a partir de las 22.15, los casos de Laura Orue, Virginia Acebes y Aintzane Garay
Han pasado muchos años, en torno a un cuarto de siglo ya, pero a muchas personas en Euskadi les basta escuchar los tres nombres para que una vieja angustia despierte en su interior: Laura Orue, Virginia Acebes y Aintzane Garay, enlazadas en la memoria colectiva como una expresión de los peores miedos. Los que eran padres cuando las jóvenes fueron asesinadas no han olvidado aquella zozobra de las noches, que en realidad era la zozobra de siempre pero acentuada por el drama cercano: el oído atento a los pasos en el rellano, los vistazos a la habitación de la hija para ver si había vuelto ya... Y las mujeres que andaban entonces por la adolescencia y la juventud también siguen teniendo presentes sus propios temores, que igualmente no tenían nada de nuevo pero en aquella época se agigantaron.
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«Se generó una situación tensa, de inseguridad. Impactó muchísimo a la sociedad. Hubo un tiempo en el que volver sola a casa no era agradable», evoca la periodista Miriam Duque, de Radio Euskadi. «Generó una gran psicosis: los padres no dejaban a sus hijas salir de casa. Y las chicas estaban asustadas», añade Ainhoa de las Heras, redactora de sucesos de este periódico. Las dos profesionales de la información participan en el tercer capítulo de 'Así se escribe un crimen', la serie documental de EL CORREO y ETB que repasa la crónica negra de los últimos años. Esta entrega, de hecho, es la única que se remonta hasta el siglo pasado, en respuesta a la alarma social que provocaron los tres casos –el título, 'No salgas sola de noche', se hace eco de aquel pensamiento obsesivo que atormentaba a tantas familias– y a la profundísima huella que dejaron.
Las lentillas
En realidad, cada uno de los tres homicidios tuvo sus peculiaridades. El de Laura Orue, de agosto de 1999, ha quedado envuelto en cierto misterio, sin culpable conocido: «La gente que sabe de esto siempre dice que hoy en día se habría resuelto», apunta en el documental David Olabarri, también periodista de EL CORREO. A Virginia Acebes, en noviembre de aquel mismo año, la abordó un desconocido en Iturribide, la metió por la fuerza en su vehículo y, tras violarla, acribilló su cuerpo con más de 50 puñaladas: «En cuanto no vi las lentillas en el lavabo, pensé que no iba a volver a casa, que volvería muerta», explicó con desolada sencillez su madre, Leonor. A su asesino, Luis Gabriel Muñoz, lo pudieron apresar porque lo intentó de nuevo en el mismo sitio, pero en esa ocasión la chica logró escapar y los vecinos de la calle apuntaron la matrícula. Y a Aintzane Garay la mató en 2005 un exnovio, Mikel Herman, que le asestó catorce cuchilladas y la dejó agonizando en un monte de Bakio.
«Llegaron a mi casa las madres de muchas chicas desaparecidas, la de Virgina Acebes, la de Laura Orue, y a mi madre la ayudaron mucho», agradece en un emocionante pasaje del capítulo el hermano de Aintzane, David Garay. Y Olabarri establece la dolorosa conclusión: «Todos los fines de semana, muchas chicas jóvenes salen de casa con miedo, y eso no puede ser, es algo que no podemos permitir como sociedad».
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