Larraitz descubre que está embarazada en 'Masterchef' y el shock le cuesta la expulsión

La actitud de Larraitz en 'Masterchef' cambió radicalmente en el último programa. Siempre dinámica y activa, la de Barakaldo se mostraba descentrada y dispersa, y eso que empezó con piropos de Fray Marcos, su gran rival. «Una sonrisa suya es como una caricia de Dios», brindaba el sacerdote. Pero la camarera vizcaína no arrancaba. En la primera prueba le tocaba elaborar un plato con productos típicos españoles, y no acertó. «Estoy dispersa», confesaba durante el cocinado. Acabó presentando un arroz «soso y pasado», calificaron los jueces. «He entendido la prueba, pero no me venía la inspiración», argumentaba la aspirante vasca.

Alex, Luca, Marta, Fray Marcos y Eneko destacaron como los mejores en el reto, siendo Larraitz, Ana, Jota, Tuki, Lluis, Sergio, Laura y Leti los condenados con delantal negro. «No habéis entendido la prueba y además los platos no estaban ricos», aseguraron Pepe Rodríguez, Samantha Vallejo Nágera y Jordi Cruz. Tocaba jugársela a una sola carta y era dulce. A Larraitz le encargaron hacer un brazo de gitano de chocolate y frutos rojos en una eliminatoria en la que David y Dani también competían con la intención de convertirse en concursantes de pleno derecho. La de Barakaldo volvía a presentarse sin ideas. «Venga Larraitz, intenta algo», le animaban desde las gradas. Ella asentía, pero se le notaba perdida, tanto que se le olvidó sacar del horno el bizcocho que acabó quemado. «Se ha chamuscado. No se puede salvar, me he comido un cacho y casi me ahogo. Se me ha olvidado que estaba en el horno», admitía aturdida. «¿No habéis visto que Larraitz, tanto en la prueba anterior como en la de ahora, está como apática?», preguntaba Samantha. «Es falta de interés», opinó Jordi mientras Pepe negaba con la cabeza. «Esta no es nuestra Larraitz, con el nervio que tiene ella», decía el de El Bohío. Con todo, Larraitz consiguió darle forma al postre.

La vasca trataba de culminar su propuesta, aunque sin demasiadas ganas. «Has cambiado totalmente de actitud, estás descentrada. Te veo apática, ¿qué pasa?», preguntaba Samantha que se acercó a ella cómplice. «Que estoy embarazada y me he enterado aquí. Y estoy preocupada», respondía la vizcaína dejando perpleja a la jueza. «Pero bueno, eso es lo que más ilusión me hace. Dame un beso», brindaba la repostera emocionada. E indagaba más. «¿Tu chico no lo sabe?», cuestionaba. Larraitz negaba. «No, porque estoy mala, tengo las piernas llenas de moratones por la circulación, por estar de pie tanto rato», explicaba. Samantha entendió su desconcierto y se lo contó a sus compañeros.

«Tiene mérito haberle podido dar forma a una galleta», ironizaba Larraitz al presentar su brazo de gitano consciente de que no era una buena receta. «Después de lo que nos ha contado Samantha lo entiendo todo», apuntaba Pepe. No obstante, su postre no convenció a los expertos. «Tu plato es terrorífico, pero la noticia que nos has dado es muy buena», matizó Jordi. Pepe zanjó la cuestión: «¡Qué pena, Larraitz!».

«Pase lo que pase me lo voy a tomar bien», avanzaba Larraitz viendo venir la expulsión. Luca, su joven compañero de fatigas, no paraba de llorar. «No lloréis más que ya he llorado yo bastante», calmaba la vasca que afirmaba que le daba «rabia» tener que marcharse. «Formas parte de la familia 'Masterchef', prometemos darte un delantal para el bebé», afirmaba Pepe antes de despedirla. «Podéis invitarme el año que viene otra vez», proponía Larraitz simpática, antes de avisar: «Queda la repesca». El que sí consiguió plaza en el programa fue David, que ya es concursante oficial.

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