La anécdota subida de tono de Arguiñano sobre Tailandia que escandalizó a su audiencia

De todos es conocido el gusto de Karlos Aguiñano por los chistes subiditos de tono. El cocinero vasco los cuenta cada dos por tres ante las cámaras de televisión en su programa de Antena 3, que se emite de lunes a viernes al mediodía, mientras elabora las recetas para su fiel audiencia. Pero el guipuzcoano ha ido más allá al recordar una vivencia de lo más íntima con su mujer en Tailandia. En este caso, el picante no estaba sólo en sus platos.

En un primer momento, nada parecía indicar que Arguiñano iba a ponerse tan carnal en su programa, ya que comenzó hablando del arte culinario del país asiático. «Yo tengo un recuerdo muy bonito de los caramelos de jengibre. En Tailandia recuerdo que las sopas te las sirven calientes, ponen una brasita, y la sopa estaba hirviendo sobre el plato. Combaten el calor con picante y más calor. Muy curioso», explicaba como siempre con una sonrisa en la boca.

Quizás fuera por tanto picante, pero, acto seguido, el cocinero aseguró entre risas que «ahí hice un hijo yo. Ahí hice a mi hijo Txarli. Me pareció un sitio bonito para hacer un hijo. No me ha salido con los ojos achinados... es parecido a su madre. Con muy buen pelo y con buen carácter». Se desconoce si a Luisi Ameztoy, su esposa, le habrá hecho gracia que su marido fuera tan explícito ante la audiencia, aunque es de suponer que a estas alturas esté más que acostumbrada a la locuacidad de su marido en según qué temas.

Se da la curiosa circunstancia que pese a ser engendrado entre platos de la gastronomía tailandesa, Txarli, de 39 años, no ha seguido los pasos culinarios de su padre. El cuarto hijo de Arguiñano ha trabajado de director de fotografía en series tan populares como 'El internado: Las cumbres' o 'La línea invisible'. En total, el chef, Premio Nacional de Televisión en 2021, tiene seis hijos más -Eneko, María, Zigor, Martín, Joseba y Amaia- y 12 nietos.

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