Vamos a ver

La dura batalla de un hijo para que no separen a sus padres con alzhéimer en distintas residencias: «Es matarlos en vida»

José Hernández ha logrado reunir más de 50.000 firmas en change.org para instar a la Junta de Extremadura a modificar los criterios para asignar plazas y que tengan en cuenta la condición de matrimonio

Viernes, 11 de octubre 2024, 21:52

Hay decisiones de las administraciones que muchas veces no se entienden. El caso de Dionisio y María Soledad es una de ellas y, además, supone un drama familiar y personal que es una injusticia a todas luces. Su hijo José Fernández está removiendo Roma con Santiago para tratar de impedir que la Junta de Extremadura separe a sus padres, ambos enfermos de alzhéimer, en residencias distintas. Ya ha recogido más de 50.000 firmas a través de la plataforma change.org para pedir un cambio en los criterios del sistema de asignación de plazas en las residencias de la comunidad.

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El hombre ha relatado su dura batalla en el programa 'Vamos a Ver' para sacar a la luz la problemática del sistema y pedir al Gobierno extremeño que recule y permita que su padre y su madre vivan juntos hasta el final de su días. «Separarlos es matarlos en vida», ha afirmado durante su entrevista en el programa de Telecinco acompañado por sus progenitores.

María Soledad, de 80 años, no podía reprimir las lágrimas y su marido Dionisio, de 84, no cesaba en su empeño de consolar a su mujer. Caricias, besos... Ambos sufren una enfermedad devastadora pero el amor que se profesan se mantiene incluso cuando la lucidez brilla por su ausencia. «Es una petición bastante razonable. Si nos imaginamos a nuestros padres, tampoco querríamos que los separasen», ha dicho Joaquín Prat con la voz entrecortada.

Atención las 24 horas del día

Las palabras de José han conmovido a los presentes en el plató y Patricia Pardo y varios contertulios han roto a llorar incrédulos e impactados por la situación que le ha tocado a vivir a esta familia que no busca otra cosa que mantenerse unida a pesar de las adversidades. «Aunque el recuerdo se borre, ese cariño se mantiene entre ambos y lo último que se pierde es el amor», asegura el hijo.

Ambos requieren atención durante las 24 horas del día. Aunque José vive volcado para sus padres, asegura que van a estar mejor atendidos por profesionales. El mazazo llegó cuando al solicitar residencia para su progenitores descubrió que los criterios para asignar plazas no tienen en cuenta la condición de matrimonio.

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