El sabio amable del cine español
Cine ·
La Espiga de Honor de la Seminci de Valladolid recompensa la dedicación del presidente de la Academia, Fernando Méndez-Leite, a un arte que conoce y ama como nadieUno no espera que quien esté a cargo de una institución sea el que más sabe de la materia, sino que posea dotes de gestión ... y organización que lo hacen idóneo para el cargo. En el caso de Fernando Méndez-Leite no es así: nadie sabe más de cine español que él. Lo ha visto todo, lo ha hecho todo. Por eso, a sus 80 años, la Academia de Cine puede presumir de un presidente cuyo discurso anual en los Goya rezuma concordia y al que aprecian todos en la industria, desde los productores a la crítica. La Espiga de Honor de la Seminci de Valladolid, que recibió anoche, recompensa una labor durante más de medio siglo que siempre ha obedecido a una sola consigna: su amor por las películas.
Armado siempre con una bolsa de plástico con los periódicos del día, Méndez-Leite ya no puede escaparse tanto a los festivales, obligado por su agotadora agenda al frente de la Academia. Sin embargo, siempre parece tranquilo y presto a responder cualquier pregunta que se le haga. ¿Una ignota película española de los años 50? Conoce el reparto y hasta el cine madrileño en el que se estrenó. El documental 'La memoria del cine' le muestra en el sótano del chalet que comparte desde hace treinta años con Fiorella Faltoyano recortando carteles de cine y elaborando programaciones de fantasía, rodeado de miles de vídeos, libros y revistas. Cuando entró al quirófano para implantarle un triple bypass, descubre el filme, lo hizo canturreando. A su salida, como ejercicio para comprobar si mantenía la memoria, repasó los estrenos de la Metro de 1954.
Hijo de Fernando Méndez-Leite von Haffe, el crítico oficial del franquismo, de filiación falangista («admiraba a Hitler y odiaba a Buñuel», apunta en el documental), nuestro hombre acumula en su currículo la crítica de cine, la realización y presentación de programas televisivos, películas y series, la Dirección General de Cinematografía en la etapa socialista, la fundación y dirección durante veinte años de la reputada Escuela de Cine de la Comunidad de Madrid (ECAM), la consolidación del Festival de Málaga y la presidencia de la Academia de Cine. De niño, sus padres le metieron interno en un colegio dos años para que dejara de ir al cine, pero no sirvió de nada.
El mal sabor de boca de su dimisión al frente del ICAA cuando aterrizó Jorge Semprún en el Ministerio de Cultura se lo quitó con el trabajo del que está más orgulloso, la serie 'La Regenta'. En la ECAM, de donde han salido Rodrigo Sorogoyen o Pilar Palomero, se presentaba ante los alumnos tarareando la música de 'Psicosis', para que pensaran que era un viejo chocho. Esa mirada irónica y políticamente incorrecta asoma en su única novela hasta la fecha, 'Fracaso sentimental en la calle 50', publicada el año pasado. Lo dice José Sacristán en 'La memoria del cine': «A ver quién tiene los huevos de poner mal a Fernando Méndez-Leite».
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