Paco Gómez, disparos como puntadas
Fotografía ·
Una exposición en la Real Academia de BB AA de San Fernando muestra la obra de este sastre de profesión que captó en sus imágenes instantes poéticosbegoña rodríguez
Sábado, 5 de junio 2021, 02:27
Figura mayor de la generación de los sesenta, el de Paco Gómez es un universo intimista y atemporal. Como escribe Publio Mondéjar, este sastre de ... profesión, que fue uno de los fotógrafos españoles más importantes de los años sesenta y setenta, trabajó ajeno al cambiante dictado de las modas y se recluyó en un espacio visual limitado y personal. Construyó así, honesta y calladamente, ese lenguaje despojado y profundamente original que sirvió para acceder a la poesía natural de las cosas más humildes -paredes desconchadas, ámbitos desolados, graffitis, objetos abandonados-, de la que ya hablaba Brassäi. La Real Academia de Bellas Artes de San Fernando muestra hasta el próximo día 20 una selección de sus obras.
En esa sencillez cargada de evocación y de nostalgia reside la magia de Paco Gómez, el miembro más adelantado de la Escuela de Madrid; «el más arriesgado, el más sutil, el más irónicamente tierno y entrañable», como lo describe Mondéjar.
Francisco Gómez Martínez (Pamplona, 1918-Madrid, 1998) mantuvo una mirada innovadora que hoy está de plena actualidad, con esas fotografías de interiores y exteriores de edificios y construcciones arquitectónicas de la época. Respecto a su trabajo, el mismo Gómez señalaba que sus fotografías serían «mejores o peores» pero pretendía que fueran suyas y olieran «a frescas. (…). Admiro la técnica, pero considero que una fotografía es verdaderamente buena cuando el que la contempla no lo tiene en cuenta si carece de ella».
Paco Gómez no era ni un fotógrafo técnico de arquitectura, ni un seguidor más de la fotografía humanista, ni un neutro documentalista. Era un aficionado con un talento plástico innato, conocedor del arte, del mejor cine de su tiempo y del jazz, y se integró en los grupos que, en Madrid, impulsaron la renovación de la fotografía española: AFAL y La Palangana.
Su faceta creativa formada por objetos inertes, con preferencia por los muros y las paredes en mal estado como también por otros elementos como sillas, puertas o escaleras, son su temática más conocida. Un segundo grupo lo forma su obra relacionada con la arquitectura y el urbanismo, encargada, entre 1959 y 1974, por la revista del Colegio de Arquitectos de Madrid, y que forma más de la mitad del fondo. Siendo mayúsculo lo anterior, se pueden encontrar otras preocupaciones en su obra, entre los que destaca el paisaje, el retrato, el reportaje social y la vida cotidiana, generalmente materializado en excursiones con varios de sus amigos o familia.
Gómez recurrió a juegos de luces y sombras para retratar los nuevos barrios periféricos de Madrid
Entre realismo y abstracción
Paco Gómez demostró un interés por la incipiente práctica documental urbana. El fotógrafo navarro capturó con su cámara una época fundamental de la creación arquitectónica española. Supo retratar el crecimiento de los barrios periféricos de Madrid con instantáneas expresivas basadas en juegos de luces y sombras, quiebros de esquinas, tapias y escaleras, la abstracción de muros y medianeras, y perspectivas insólitas. Su obra se sitúa así en un territorio equidistante entre el realismo y la abstracción, entre la fotografía subjetiva y el neorrealismo característico de su época.
Así, en 'Archivo Paco Gómez. El instante poético y la imagen arquitectónica' podemos atisbar cómo fue una época crucial en la arquitectura de España, desde los años 60 hasta mediados de los 70, en los que se crearon grandes obras a cargo de famosos arquitectos y los barrios periféricos de Madrid cambiaron totalmente su cara a base de construcciones.
Francisco Gómez retrató aquella revolución urbanística y logró unas imágenes con «una gran potencia expresiva gracias a los juegos de luces y sombras, los quiebros de esquinas, tapias y escaleras, y las perspectivas insólitas», consiguiendo «una interpretación poética de lo arquitectónico que transmite una cierta atmósfera existencial», según Alberto Martín, comisario de la exposición de la Real Academia.
En los últimos lustros se han ido recuperando fotógrafos de mediados del siglo XX, en algunas ocasiones tras «peripecias de lo más rocambolesco», como las denomina J.M. Costa: pensemos, por ejemplo, en el caso de Agustí Centelles (1909-1985) y en otras fruto de legados post-mortem, generalmente encontrados por azar. 'La caja roja' de Gómez aporta imágenes en las que contemplamos una nueva manera de trabajar con la imagen. La sobriedad, la expresividad y la composición de las imágenes de este autor -que siempre se definió a sí mismo como un amateur- dejaron una huella imborrable en la fotografía contemporánea, que tenía en sus sutilezas y silencios una clara visión del mundo. Una maravilla poder recuperar su legado y, sobre todo, contemplarlo.
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