Las siete críticas literarias de la semana
Valeria Luiselli combina ensayo y biografía en un potente relato sobre la fragilidad de las relaciones humanas
Viernes, 20 de diciembre 2019, 22:20
De éxodos y rupturas
Iñigo Linaje
Hay viajes que nos conducen a destinos previstos y viajes cuyo final ignoramos. Y hay viajes en los que, antes de partir, ya ... intuimos caminos poco favorables y esa misma intuición determina nuestro tránsito. La escritora Valeria Luiselli (Ciudad de México, 1983) ha articulado su última novela, 'Desierto sonoro', en torno a dos viajes paralelos con un desenlace no precisamente feliz. Y lo ha hecho tomando elementos de su vida personal y del periodismo en una narración de potencia sostenida, formalmente proteica y exenta de tremendismo.
Narrada por tres voces distintas pero rigurosamente interconectadas, la novela recrea la 'odisea' de una familia en crisis a través del desierto. Una travesía que encierra dos historias y da cuenta, a la vez, del éxodo de miles de niños que llegan a la frontera de sus países en busca de asilo. Luiselli ya había abordado el drama de la diáspora en su libro anterior, y el presente diríase el laboratorio o el cuaderno de campo que sirvió de soporte documental a aquel ensayo: 'Los niños perdidos'.
En la primera parte del libro, la autora reconstruye la historia de amor con su pareja y consigna los pormenores de una aventura que inician «juntos pero solos». Ambos trabajan como documentalistas en la Universidad de Nueva York. Ambos se casan aportando un hijo al núcleo familiar y emprenden un viaje por la América profunda. Pero la narradora-protagonista, más que documentar los sonidos que le rodean, que es, en teoría, el objetivo de su trabajo, registra los silencios entre ella y su marido: el deterioro progresivo de su relación. Y los hijos, testigos de su distanciamiento, se van contagiando de esa atmósfera enrarecida y de sus propios miedos. ¿Qué pasaría, se pregunta uno de ellos, si sus padres desaparecen y se quedan solos, como los niños deportados, en medio del desierto?
En un giro inesperado, que coincide con el segundo tramo de la obra, la narradora en primera persona se desdobla en una voz masculina y los niños se erigen en protagonistas del relato. Esta recreación de la historia anterior desde una perspectiva distinta –otra novela dentro de la novela– posee cierto grado de inverosimilitud, pero se adapta tan bien a la trama argumental que confiere al texto una doble dimensión: ética y épica. Así, en un momento determinado, todos los personajes (padres, hijos, los propios transterrados) se convierten en niños perdidos, motivo que enlaza con las 'elegías': esas piezas cargadas de lirismo que denuncian la barbarie.
'Desierto sonoro' es una novela ambiciosa que mezcla con rigor ficción y relato documental, ensayo y biografía. Y Valeria Luiselli demuestra ser una narradora excelente, capaz de trazar auténticas coreografías verbales y de hurgar en la fragilidad de las relaciones humanas. Si la autora registra su viaje en una suerte de diario con la intención de recordar, el personaje infantil hace lo propio para guardar esa experiencia en el futuro, metáfora del carácter cíclico de la historia y de la vida, a la vez que promesa imposible de permanencia: «Concentrados en coleccionar intimidades ajenas, nunca sospechamos que el silencio se iría ensanchando entre nosotros, ni que, un día, terminaríamos por perdernos el uno al otro entre la muchedumbre».
Como viajes en el tiempo
Elena Sierra
Una mujer criada entre algodones en Madrid –por mucho que le guste la aventura, es una princesita– tiene que trasladarse a Bolivia a la muerte de su madre y allí, misteriosamente, es capaz de enfrentarse a todo. A la mala gente, a las alimañas, a perderse en el salar de Uyuni, al abandono... Incluso si, como debe ser cuando se lee ficción, el pacto es que se cree lo que se cuenta, incluso entonces es un poco difícil creerse del todo a esta niña que vive un millón de aventuras en tres o cuatro años. Y que, a comienzos del siglo XX, es una gran defensora de los derechos humanos, supera todos sus prejuicios raciales en un pispás (hasta se lía con un indígena) y no se sabe muy bien cómo tiene toda la libertad del mundo incluso para hacer negocios en un mundo de hombres.
Susana López Rubio sabe escribir, no hay duda. Tiene mucha experiencia en guiones para series de televisión y ya ha publicado una novela anteriormente; ese no es el problema. El problema es la construcción de imposibles personajes capaces de todo, que parece que han viajado en una máquina del tiempo desde este 2019 hasta aquel 1913.
En cuanto a la estructura, y es algo que comparten muchos autores de hoy en día, las primeras partes de la novela van despacio y, de repente, un millón de acciones se suceden a la velocidad del rayo. Dan ganas de preguntar si hay un tope de páginas requeridas por la editorial y allá por mitad de libro los autores se dan cuenta y cortan por lo sano.
Carta a la madre
Eduardo Laporte
'Ama' es madre en euskera pero también la tercera persona del verbo amor. Así hay que entender este primer libro, memoria de duelo, de José Ignacio Cabrero (Portugalete, 1986). Hijo de emigrantes gallegos al País Vasco, el autor realiza un ejercicio de autoficción en el que la autobiografía parece pesar más que la ficción. Así lo leemos, como una confesión, aunque el autor hable de «novela»; y es que toda reescritura de la propia vida tiene mucho de 'ficción' en cuanto que se reordenan los recuerdos y se recrean según extrañas leyes.
Y lo hace con solvencia y destrezas de escritor más bregado de lo que es, por edad y trayectoria. En un tono que recuerda al Daniel Jiménez de 'Cocaína', también por esa conciencia de clase de los que viven en el lado discreto de la vida, Carnero brinda un homenaje a su madre que es también un retrato de esos vascos que no hacen ruido. El motor principal, como se ha dicho, era ofrecer un regalo a su madre, un libro escrito por el hijo para que esta se sienta orgullosa. Pero aquel libro nunca llega y, una vez fallece la madre, se levanta ese 'ataúd de papel', como diría Delphine de Vigan, del que sin duda estaría orgullosa su 'ama'.
Esa quizá sea una de las debilidades del libro: haber generado un diálogo intenso entre madre e hijo que en ocasiones se traduce en un ritmo moroso. Las fortalezas, no obstante, recompensan al lector con frases para subrayar como «mi madre, a pesar de ser gallega, nunca había visto el mar» o «la Ría es una frontera hecha de agua», que van más allá del relato personalista para dibujar las luchas silentes de esas biografías sin nombre, sin libro, ahora menos silenciadas.
Fiebre alta
'Fiebre alta' es un libro de memorias en el que el gran actor, director, guionista y escritor cartagenero Eusebio Lázaro relata más de medio siglo de viajes, aventuras profesionales, estancias y experiencias en las ciudades en las que ha vivido a lo largo de su intensa existencia que hoy llega a los 77 años: Barcelona, Madrid, Londres, París, Nueva York… A lo largo de las 744 páginas que tiene este volumen autobiográfico y que abarcan desde la segunda mitad del siglo XX a la primera década del XXI, Eusebio Lázaro narra con un estilo ameno no exento de calidad literaria, sus encuentros efímeros o prolongados con una buena parte de los protagonistas de la vida política, la pintura, el teatro o el cine no ya solo españoles sino contemporáneos.
Civilizar o exterminar a los...
Además de catedrático de la Complutense y director de la RAE, Santiago Muñoz Machado es autor de una amplia obra ensayística cuya última entrega es 'Civilizar o exterminar a los bárbaros', donde analiza las ideologías que ampararon las colonizaciones americanas y rebate la leyenda negra según la cual los españoles utilizaron a los indios para sus intereses mientras los ingleses buscaban convencerlos sin violencia de que dejaran sus tierras y solo en caso de resistencia recurrieron a ella. La realidad es que el método español de integración y mestizaje facilitó la implantación de los avances europeos, la educación de la población indígena y la conservación de sus culturas mientras el inglés condujo al exilio de los nativos y a las guerras de exterminio.
Las mejores palabras
Profesor de Filosofía Política en la Autónoma de Barcelona, Daniel Gamper ha centrado su investigación en el ámbito conceptual de la democracia y el liberalismo. 'Las mejores palabras' es el libro con el que ha obtenido el Anagrama de Ensayo y en él plantea la necesidad de fijar una ética democrática del que preserve a esta de la vulgarización pública en la que cae de manera especial cuando se abordan temas políticos. Por un lado, es imprescindible la libertad de expresión y la democracia exige que las palabras circulen sin obstáculos para mantener intacto el vínculo de la representación. Pero, por otro lado, raramente existe una exigencia de rigor, precisión y esmero en las palabras que afloran en los medios de comunicación y en las redes sociales.
El tirano
El norteamericano Stephen Greenblatt ganó el Pulitzer en 2012 con 'El giro', un libro que se centraba en la importancia que tuvo para el surgimiento de la Edad Moderna el hallazgo en el siglo XV de la última copia de 'Sobre la Naturaleza de las Cosas', del poeta latino Lucrecio. En 'El tirano' profundiza con lucidez en el talento de Shakespeare para retratar el ansia de poder y el ejercicio desmedido de este en personajes inolvidables como Ricardo III, Macbeth o Lear, a través de los cuales plasma unas enloquecidas psicologías y también los efectos colectivos que desatan tales excesos, desde la caída de instituciones de sólido arraigo, que de pronto se revelan frágiles, al rencor banderizo o la miseria económica que alimenta la desvergüenza demagógica.
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