El Heine de Mariano Zabía
Un recién publicado ensayo resume bien la doble y paradójica naturaleza del hombre que escribió el 'Libro de las canciones', uno de los grandes poetas alemanes y filósofo de su tiempo
Un ruiseñor alemán que hizo nido en la peluca de Voltaire». Con estas palabras describió Marcelino Menéndez Pelayo a Heinrich Heine. Y con ellas se ... abre el excelente ensayo que acaba de publicar Mariano Zabía sobre el gran autor judío-germano. La cita no es casual. Resume bien la doble y paradójica naturaleza del hombre que escribió el 'Libro de las canciones' ('Buch der Lieder') y que no solo fue uno de los grandes poetas alemanes sino a la vez un filósofo de su tiempo, como prueba su beligerante prosa periodística. Ese binomio nos conduce directamente a otro que puede presentarse como contradictorio: Heine fue un romántico imbricado en la tradición lírica alemana, pero también un intelectual enamorado de la Ilustración francesa. En esas dobles vertientes de su personalidad y su obra reside la clave de la complejidad de su legado. En ellas se centra lúcidamente el libro de Zabía, que de una manera significativa se titula 'La herida Heine' (Ed. Sonora) y nos descubre unos aspectos del pensamiento de éste que, por un lado, no han gozado de una gran difusión y, por otro, le enemistaron de forma sangrante con la cultura y la mentalidad alemanas.
Heine hizo algo imperdonable para la Alemania de su época y fue la admiración que profesó hacia Napoleón y que acabó en un desengaño similar al de Beethoven y otros genios del siglo XIX. El capítulo que el libro dedica a ese hecho es de vital importancia. Influyó en él la infancia que pasó en una Düsseldorf ocupada por las tropas napoleónicas, los bellos desfiles, que fascinaron al niño, e influyó también, como apunta el libro, «la mejora sustancial que supuso la administración francesa para la comunidad judía de Renania, que por primera vez vio en aquellos años plenamente reconocidos sus derechos de ciudadanía». Aquí se abre otra dicotomía problemática: la germánica y la judaísta. Y a su identificación con el ideal de libertad que vio en la Revolución francesa se añade su amistad con Marx y un acercamiento al socialismo que quedó plasmado en textos como su poema 'Los tejedores de Silesia'.
Ensayo erudito
Mariano Zabía es un profundo conocedor de la cultura alemana, como lo demostró en un anterior ensayo, 'El viaje a Weimar', y nos brinda ahora unas impagables claves internas de un «filósofo de la ironía», como lo supo ver Max Brod; de un pensamiento existencial que se alejó de Voltaire en la madurez para acercarse a Kierkegaard y de esa enemistad del hombre con sus compatriotas, que se agravó con la censura del nacionalsocialismo y de la que aún quedan resabios. En ellos incidía Theodor W. Adorno en una alocución radiofónica que pronunció con motivo del centenario de su muerte y en cuyo título, 'La herida Heine', se ha inspirado este ensayo de apabullante erudición en las fuentes y las referencias. Se trata de un libro que, como todos los de Mariano Zabía, presenta un estilo documentado, pero ameno, emotivo, apasionado y vibrante.
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